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La Zarzuela, un género no tan chico

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¿Es la Zarzuela un género denostado y apartado del repertorio de los teatros? ¿El público sigue demandando Zarzuela o prefiere el glamour de la ópera italiana? Estas cuestiones ya se las planteaban personajes como Antonio Peña y Goñi en su época, allá por el siglo XIX, y nosotros os las planteamos ahora. ¿Cuál es la situación de la Zarzuela hoy en día en España?

Aunque su difusión pueda parecer nimia, sí que es cierto que son muchos los teatros que dedican un hueco en su programación a la Zarzuela. No sólo nos referimos al Teatro de la Zarzuela, que se ha convertido en una especie de santuario para el género, sino otros como el Teatro Romea de Murcia, el Teatro Principal de Alicante, el Teatro Principal de Barakaldo… Por otro lado, la Zarzuela ha transcendido más allá de nuestras fronteras.

Por estrambótico que parezca, una de las cantantes líricas que más ha introducido piezas del repertorio zarzuelístico en sus recitales es una letona. La mezzosoprano Elina Garanca se ha reconocido como una gran amante del género.

Felipe V, el rey que se decantó por la ópera italiana

En cualquier caso, ya se hablaba de la problemática del público en la Zarzuela en el siglo XIX. Antonio Peña y Goñi consideraba que la decadencia del arte nacional empezó con la llegada de Felipe V al trono. Este rey se decantó más por la ópera italiana que por crear un género propio nacional. “Todo lo demás que al arte nacional se refiere, desde Felipe V hasta nuestros días, es tan lamentable, se presentan en tal número las pruebas de escaso interés, del despego incalificable con que el progreso musical patrio ha sido tratado en España, y son de tal entidad los delirios proteccionistas de que, todo lo extranjero, fue en cambio y sigue siendo objeto preferente”.

De tal forma que, a diferencia de países como Francia y Alemania, que habían encontrado una ópera nacional propia, España quedó bajo el yugo de lo que Peña y Goñi llamó “la invasión italiana”. Invasión propiciada por Felipe V, que abrió las puertas a la primera compañía italiana que vino a Madrid.

Una de las figuras más importantes del panorama musical durante el siglo XIX fue el compositor Francisco Asenjo Barbieri. En su momento hizo todo lo posible por impulsar y crear un género propio de ópera nacional, lo que se ha venido a llamar la “Zarzuela grande”.

Barbieri creía que el modelo a imitar no era el de la ópera italiana, sino el de la opera comique francesa. Sin embargo, otorgándole un carácter marcadamente español, con temas españoles. Que no piense el espectador en Zarzuelas como La Gran VíaAgua, Azucarillos y Aguardiente o La verbena de la Paloma, zarzuelas que constan de un sólo acto y que sí podemos calificar como del “género chico”. Hay que pensar en otras zarzuelas de mayor embergadura como Curro VargasEl barberillo de Lavapiés o La tempestad.

Las dificultades de la zarzuela

En un contexto en el que el resto de países europeos ya habían consolidado un estilo propio de ópera nacional, España estaba en la búsqueda del suyo.  A diferencia de otras regiones, como podía ser Bohemia, donde sí que existía un tejido económico y social que apoyara el desarrollo de un género propio, en España, la lucha por la ópera nacional estará respalda por los compositores y no por un sector de la población concreto.

De hecho, Barbieri fue uno de los que financió la construcción del Teatro de la Zarzuela. Es decir, tampoco encontró la ópera española un respaldo por parte del público que, como cuenta Peña y Goñi, preferían la ópera italiana cantada en español: “¿Quién pensaba entonces en Ópera Española?. Nadie seguramente. Las óperas bufas italianas entretenían al público que aplaudía entusiasmado la ópera extranjera, y la interpretación en español, con ser un atractivo especial, de ningún modo implicaba aspiraciones nacionales.”