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Entrevista a Juan de la Rubia

juan de la rubia

Juan de la Rubia será uno de los 20 organistas que formarán parte del ciclo Bach Vermut que se celebra cada sábado a las 12:30 en el Auditorio Nacional de Madrid y que recoge la integral de órgano de Bach. El sábado 25 a las 12:30, Juan de la Rubia nos deleitará con la fantasía en do menor, la sonata II en do menor, los corales de Leipzig y de Schübler y el preludio y fuga en la menor.

¿Es la primera vez que se interpreta una integral de la obra para órgano de Bach en España?

No, que yo sepa. Si no recuerdo mal, creo que fue alrededor del año 2000, coincidiendo con el 250 aniversario de la muerte de Bach, que se interpretó la integral de órgano en la Catedral de La Almudena de Madrid, aprovechando el órgano recién inaugurado. Y sé que en otros lugares de España también se ha hecho. En el resto de Europa es un proyecto que no se hace cada año, porque es de enorme enjundia, pero cuando se hace es un gran acontecimiento.

También participas este año en la XXXI edición del Festival Internacional de Órgano de la Catedral de León. Dada la situación del Festival, ¿qué crees que ocurrirá el año que viene? ¿Crees que sobrevivirá?

Afortunadamente he podido participar en el Festival. Uno de los primeros conciertos que di fue gracias a un acuerdo entre el Festival de León y las Juventudes Musicales de España: yo había sido premiado en un concurso de Juventudes Musicales y eso incluía la organización de algunos conciertos para poderme foguear, por decirlo de alguna manera.  Estuve en el Festival hace 10 años y conocí de cerca todo lo que había detrás. El año pasado también participé y además con mucha ilusión, porque tuve la oportunidad de tocar el nuevo órgano de la catedral recién instalado. Es una lástima que se hayan reducido las ayudas hasta el punto de que los únicos conciertos que se realizan en el Festival son estos que forman parte de la integral y algunos conciertos sueltos de organistas que vienen casi por “amor al arte”, precisamente cuando se ha cumplido el objetivo, que era promover el instrumento mediante un festival por el que han pasado grandes organistas, y después de que se ha tratado de concienciar a la gente y a las instituciones de la importancia que tenía que la catedral tuviera un órgano en condiciones. ¿Qué va a pasar? No lo sé. Yo sólo espero que las instituciones sigan confiando en el Festival como un foco cultural de primer orden en España, porque francamente lo era.

El órgano es una disciplina muy exigente y muy pocos conservatorios enseñan esta especialidad. ¿Crees que existe una buena escuela de órgano en España?

Yo creo que sí. El hecho de que tengamos una buena escuela de órgano en España, y cada vez mejor, es fruto de una semilla plantada por muchos profesores anteriores. Yo puedo hablar especialmente de una gran profesora de Barcelona que se llama Montserrat Torrent, que todavía está en activo. Ha sido una gran pedagoga y yo diría que ha sido la profesora del 95 % de los organistas españoles que están dando clase en los conservatorios y que realizan una actividad concertística importante. Esta generación que surgió en los 70 o 90 está haciendo muy buena labor. Creo que hay una buena escuela pese a la falta de instrumentos. En la Guerra Civil se perdieron muchos de ellos y cuando eso ocurre se pierde la cultura. En la Escuela de Barcelona (ESMUC) ahora hay 5 estudiantes de órgano y lo más positivo de esto no es el número, sino la calidad. Son estudiantes que realmente quieren estudiar órgano; es decir, no son pianistas que estudian órgano como instrumento secundario.

En los últimos años se ha venido recuperando mucha música del repertorio Barroco y Antiguo. ¿Crees que el público está cambiando sus prejuicios con respecto a este tipo de música?

Sí, sin duda. Yo recuerdo las interpretaciones de la llamada música antigua (todo aquello anterior a Beethoven, porque ya incluso Mozart se considera música antigua), y cuando escuchaba estas versiones con instrumentos de la época eran un poco romantizadas. Hoy en día muy pocas de esas grabaciones son tomadas como música de referencia. Yo creo que tanto el criterio histórico como tocar con instrumentos históricos ha calado. Lo raro para nosotros ahora es escuchar esas versiones menos historicistas. Eso es un síntoma de que la música antigua interpretada con criterios históricos está dentro de las preferencias del público.

¿Podrías hablarnos de la técnica organística?

El órgano es un instrumento con siglos y siglos. Por lo que parece nació en la Grecia Clásica, imagínate cuántas maneras de tocar diferentes hay. No es lo mismo tocar una obra de Correa de Araujo o de Cabezón que una de Liszt. El organista tiene que ser muy camaleónico en el sentido de la técnica si quiere tocar todo tipo de repertorios. Liszt, que era pianista, probablemente tocara el órgano con una técnica muy pianística y eso se ve reflejado en su música para órgano. Sin embargo, para tocar a Araujo hace falta una técnica y una posición de la mano totalmente diferente. También hay diferentes tipos de pedalización dependiendo del repertorio. También está el hecho de la oportunidad que tenemos los organistas de trabajar con patrimonio, de tocar muchos órganos históricos y que nos dicen mucho de cómo era la música de aquella época. Muchas veces el órgano es el mejor profesor del organista.

¿Qué difusión tiene la música para órgano en España?

El órgano, hoy por hoy, no es un instrumento de masas, pero sí es cierto que tiene su público y muy fiel. Los aficionados son muy importantes para el mundo del órgano. En ese sentido los organistas amateurtoman un papel muy importante, porque son ellos los que organizan asociaciones de amigos del órgano o los que tratan con las instituciones para que se pueda dar un concierto y creo que esto es una semilla muy importante para la difusión.