‘Musa’ de Jaume Balagueró es un thriller con toques de suspense y con el tono de terror que ya es marca del director. En esta película, a diferencia de su anterior ‘Mientras Duermes’, se sitúa en el lado del bien, en la fuerza que otorga la fe en el amor y la pasión. Se antepone a sus villanas y su actitud antihumana.
Un profesor de literatura y poeta de vocación, Samuel Solomon, es testigo del suicidio de una mujer por la que siente algo que va más allá de lo físico. Hundido por el trauma que le produjo esa vivencia, Solomon comienza a tener pesadillas que suceden en una vieja mansión, donde un grupo de mujeres vestidas de negro asesinan a una otra mujer de una manera muy extraña. Un sueño que le unirá a otra chica, la cual sufre de las mismas pesadillas. Ese sueño les hará recorrer un camino en el que se cruzarán con un mal milenario: las musas, damas inmortales capaces de recitar los versos más bellos con las consecuencias más terribles y crueles que puedas imaginar.
Esa “brujería” trasportada por las palabras se representa en la película en un contexto poético, tanto en su presentación como en sus escenas. Las damas susurran, hechizan y cazan a los todos los mortales que se cruzan en su camino o interfieren en sus planes. Cada villana tiene sus características y están bien diferenciadas, con clase y algo a su alrededor que las hace interesantes a la par que terroríficas. Como las musas de las que hablan los artistas, son terribles armas de doble filo, crueles y egoístas. Son la personificación de la maldad.