Antiguo bastión fronterizo y aduana, es la capital del remoto y magníficamente conservado valle de Benasque. Todavía se conserva la lengua autóctona del patués. Dormir en Benasque te permitirá empaparte de su historia.
En este animado pueblo pirenaico no hay monumentos importantes. Por ello, lo que hay que ver en Benasque es el conjunto de su entramado urbano. Benasque tiene una excelente hostelería y muy buen ambiente. La gente acude a hacer senderismo y otras actividades de turismo activo por el Parque Natural de Posets-Maladeta. En invierno lo más atractivo es el esquí de fondo en los Llanos del Hospital y el esquí alpino en Cerler.
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