Esta pequeña localidad es parada obligada para los peregrinos del Camino de Santiago que quieren visitar el “Mosteiro de san Xian” (Monasterio de san Julián, una abadía benedictina).
Hay mucho que degustar en Samos. Los restaurantes ofrecen los productos del concello o municipio como hortalizas de temporada, sabrosas carnes de ganado bovino, ovino o porcino que se alimentan de los verdes pastos.
Con la matanza del cerdo elaboran chorizos, morcillas o lacón y preparan un plato especial, filloas de sangre.
Son conocidas las anguilas y truchas de sus ríos Sarria y Loúzara y platos que siempre puedes encontrar en esta comunidad son el caldo gallego y el pulpo a feira.
En cuanto a la repostería son famosos los bizcochos de Samos, con una textura muy finita del tipo soletilla que se siguen elaborando con la receta de los monjes de hace más de 250 años.
Los postres de los diferentes establecimientos suelen ser caseros, entre ellos las cañas (canutillos rellenos de crema) y tartas de nueces o de Castaña de Galicia (que posee I.G.P.), productos muy apreciados en la zona.
Los monjes del monasterio están acabando de restaurar la antigua licorería y la quesería y comenzarán de nuevo a fabricar sus licores.
Fabrican el Licor Pax, del tipo benedictino, licor de café, de arándano y aguardientes y los quesos artesanales Cebreiro y Tetilla (ambos con D.O.P.).
Además también se dedican a la elaboración de la tarta de almendra, los almendrados, los chocolates (negro, con leche y blanco), bombones y amplia variedad de mermeladas que se venden en la tienda del monasterio, junto con la miel de sus colmenas.