La geografía, cultura y economía de este pequeño rincón asturiano son los principales responsables de que, a la hora de comer en La Mesa, encontremos un recetario de fuerte corte tradicional. La carne ocupa un lugar de especial relevancia. La ternera de estas tierras constituye una de las materias primas más frecuentes en los fogones locales. También se elaboran embutidos artesanales como chorizo, morcillas, botelos o lacón. El cabrito u otras especialidades cárnicas como las patas de cerdo son, del mismo modo, muy frecuentes.
La cultura gastronómica local cuenta con interesantes notas de contacto entre la cultura gallega y asturiana. Así, es fácil encontrar caldos de aspecto e inspiración transfronterizo o guisos y potes donde ambas regiones parecen darse la mano.
Respecto al pescado, la trucha es el más consumido. Dada su proximidad a la costa, otros productos como el pulpo o el congrio son también muy frecuentes. Para finalizar la hora de comer en La Mesa prueba la repostería. Destacan las famosas mantecadas, unas delicadas piezas de carácter puramente artesanal.