Hay mucho que comer en Panticosa, una localidad emplazada en el centro del valle de Tena que tiene en las carnes y los productos de la huerta varios de los aspectos principales de su gastronomía.
Las carnes más consumidas a la hora de comer en Panticosa son las de ganaderías bovinas, porcinas y ovinas. También las resultantes de la fértil actividad cinegética desarrollada en el valle.
Al llegar el invierno, comienza la temporada de elaboración de embutidos tradicionales como la longaniza, la torteta o el chorizo.
Además, con la carne del cerdo es también habitual la preparación de conservas dispuestas para ser consumidas durante el resto del año.
La micología es una actividad que tiene un gran calado en esta zona. Toda clase de setas y hongos como el boletus o el robellón pasan a condimentar diferentes recetas tradicionales a partir del otoño.
En cuanto a la pesca, las truchas del río Gállego y otros cauces fluviales cercanos son un producto también muy bien apreciado entre todo aquello que hay que comer en Panticosa.
Otros elementos que forman parte de la cultura gastronómica local son los quesos, tanto de producción nacional como provenientes de la cercana zona francesa de Gabas.