La tradición y riqueza gastronómica de Ardales harán que tengas ganas de volver a este maravilloso paraje. Puedes comenzar con alguno de los guisos que se preparan con mucho acierto en los restaurantes de la localidad, ideales para las bajas temperaturas invernales. Destacan la caldereta de cabrito y el cordero al pastoril, perfectos para comer en Ardales cuando llega el frío.
Si por el contrario viajas en época veraniega puedes degustar el rico gazpacho o la porra antequerana (plato similar al salmorejo) para paliar el calor. Encontrarás un denominador común en los platos de la región, el aceite de oliva y las Aceitunas Aloreñas de Málaga con D.O.P, productos de la provincia que dan un toque personal e inigualable al recetario. Este tipo de aceituna es recogida en estado de madurez, luego se parte y se endulza en salmuera mediante la fermentación natural para luego aliñarla con especias que dejan un característico sabor. Este proceso está basado en costumbres ancestrales que se han ido pasando de generación en generación hasta hoy en día.
Cabe destacar también a la hora de comer en Ardales la presencia de embutidos procedentes de la matanza del cerdo, que serán frecuentes en numerosas tapas y platos. Después de almorzar en Ardales, para los paladares más golosos unas deliciosas galletas de almendra, tortas de aceite y roscos de vino. ¿Necesitas más excusas para disfrutar en Ardales de su gastronomía?