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Manuela Malasaña, la mujer que defendió Madrid con sus tijeras de coser

Historia de Manuela Malasaña

El barrio de Malasaña es uno de los más populares de Madrid, apreciado no solo por las nuevas generaciones sino por todos aquellos que valoran el lado más castizo de la capital. A fin de cuentas, es uno de esos distritos que, da la sensación, siempre ha estado ahí. Estuvo, de eso no hay duda, a comienzos del siglo XIX, cuando Madrid se levantó contra los franceses que ocuparon la ciudad, en los albores de lo que terminaría siendo la Guerra de la Independencia Española. Por entonces, el barrio de Malasaña tenía otro nombre. Todavía no había fallecido la joven de 19 años en honor a quien se cambió.

Un poco de contexto histórico

Plaza del Dos de Mayo, recordatorio de la historia
Plaza del Dos de Mayo, recordatorio de la historia. | Shutterstock

Fontainebleau, 1807. Esta ciudad francesa, que hoy tiene más de 15.000 habitantes, fue el escenario donde se firmó, el 27 de octubre del año citado, el tratado que cambiaría la suerte de España. Por la parte española los responsables fueron Manuel Godoy, valido del rey Carlos IV, y Eugenio Izquierdo, Consejero de Estado y Guerra español. Por la francesa, Gérard Duroc, representante de Napoleón.

Este tratado de Fontainebleau determinaba la unión franco-española para invadir Portugal, país que se repartirían cuando finalizase la ocupación. Para que esto fuera posible, España debía permitir que las tropas francesas cruzasen la península. España, de hecho, lo permitió. Se sabe cómo terminó el asunto.

Con las tropas asentadas en buena parte de la geografía española y los órganos de poder más debilitados que nunca tras el motín de Aranjuez del 17 de marzo de 1808, Napoleón comprendió que había llegado el momento de hacerse con España de una vez y para siempre. Con la familia real en Bayona, a punto de ceder el poder al emperador, el país estaba más frágil que nunca. Así se llega hasta la capital. Concretamente, hasta el 1 de mayo de 1808.

La lucha de Madrid

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Palacio Real desde los Jardines de Sabatini

Madrid fue ocupada por las tropas francesas, comandadas por el general Murat, a finales de marzo de 1808. Desde entonces, el francés ignoró la Junta de Gobierno que Fernando VII, heredero de Carlos IV, había dejado establecida para que controlase los asuntos de la capital. Murat actuaba siguiendo los dictados de Napoleón o los suyos propios. Madrid, en definitiva, estaba en manos de los franceses.

En la madrugada del 1 al 2 de mayo de 1808, Murat decidió, supuestamente en nombre de Carlos IV, que los dos únicos hijos de este que aún quedaban en Madrid se trasladasen también a Bayona. Esta información llegó a oídos del pueblo, que comenzó a congregarse frente al Palacio Real. A primera hora de la mañana del 2 de mayo, una multitud se encontraba increpando a los franceses. José Blas Molina, uno de los agitadores más importantes de aquel día, propagó un grito que desencadenaría la acción: “¡que nos lo llevan!”. El Levantamiento del 2 de mayo había comenzado.

El pueblo atacó a las patrullas francesas. Las tropas galas, que se fueron reforzando a medida que avanzaba el día, respondieron con fuerza y violencia. Los madrileños se organizaron, recogieron todo tipo de armas y decidieron que era importante que no entrase ni un solo francés más en la capital. Fue en vano. 30.000 soldados, bajo las órdenes de Murat, llegaron como apoyo a sus compatriotas. Madrid no se amilanó y siguió luchando, cargando contra el ejército francés con todo lo que encontraba: piedras, macetas, agujas de coser. Los franceses extremaron su crueldad y la batalla cayó de su lado, con su posterior represión. Ese día murieron más de 400 personas. El cadáver de Manuela Malasaña recibió el número 74 en el recuento.

La joven que cambió el nombre del barrio

Calle en honor a Manuela Malasaña y su historia
Calle en honor a Manuela Malasaña y su historia. | Shutterstock

Manuela Malasaña era costurera. Nació el 10 de marzo de 1791 en Madrid, hija de María Oroño y el francés Jean Malesagne, de quien tomó el apellido españolizado. Tenían su residencia en el número 19 de la calle de San Andrés. Era una joven alegre y simpática, según narran las crónicas, apreciada en el barrio que por entonces era conocido como barrio de las Maravillas.

Manuela falleció durante el Levantamiento del 2 de mayo. El escritor y periodista Ángel Fernández de los Ríos, que nació poco después del fallecimiento de ésta, afirma que murió tras ser capturada por el ejército francés, mientras facilitaba pólvora y municiones a su padre. Otro documento de la época, sin embargo, indica que su padre falleció antes de este acontecimiento. Por ello suele tomarse por válida la otra versión, la que apunta que falleció con las tijeras en la mano.

Fueron muchas las mujeres que se unieron a esta lucha del pueblo, Manuela entre ellas. Sobre esto, cómo acabó en medio del conflicto, se manejan también dos versiones. La primera, que Manuela regresaba a casa cuando se le abalanzó una patrulla francesa, tratando de abusar de ella, y entonces ella atacó. La segunda, que fue detenida y ejecutada por encontrar un arma en su poder: sus tijeras de costurera.

En cualquiera de los casos, esta figura ha pasado a la historia como símbolo de la lucha del pueblo madrileño, que a pesar de tener todas las de perder no se acobardó en su batalla contra el ejército francés. Manuela Malasaña murió en esta lucha en la que, de una manera u otra, participó.

Ese barrio de las Maravillas ha pasado a ser conocido, poco a poco y con el tiempo, como el barrio de Malasaña, en honor a una de las jóvenes más ilustres de la historia de la capital. Hoy una de sus calles principales, cercana al lugar donde vivió, lleva su nombre. Aunque hay quien todavía lo recuerda con su denominación anterior: el barrio de las Maravillas. También esto se entiende.