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¿Por qué a Fernando III se le llama “el Santo”?

¿Por qué a Fernando III se le llamaba "el Santo"?

Fernando III de León y de Castilla nació en Peleas de Arriba, aunque la documentación recogida no establece una fecha exacta para su nacimiento. Sí se conoce que fue en algún punto entre 1199 y 1201. Falleció cincuenta años más tarde: el 30 de mayo de 1252, en Sevilla. Fue un rey apreciado y eso que estuvo a punto de no serlo, pero esa es historia para otro día. Lo que importa en estas líneas es la manera en que fue conocido: Fernando el Santo.

El rey que cambió el mapa de la península

Estatua del rey Fernando III en Sevilla
Estatua del rey Fernando III en Sevilla. | Anual, Wikimedia

Fernando III es especialmente conocido por dos razones. En primer lugar, porque siendo como era un hombre conciliador sin una especial tendencia hacia los conflictos, consiguió unificar las coronas de Castilla y León. La unión se oficializó en el año 1230 y pervive, como es bien sabido, en la actualidad.

Fernando nunca encontró el enemigo en otros reinos cristianos, así que no le fue difícil mantener una buena relación en la península. El enemigo estaba, así lo consideraba por fe y por política, en Al-Andalus. Así que puso todo su empeño en esta empresa y el asunto le salió bien. Logró conquistar la mayor parte del territorio. El 29 de junio de 1236, Fernando III hizo su entrada triunfal en Córdoba, un hito siempre recordado. Además, fue el responsable de devolver las campanas de la catedral de Santiago, saqueada por Almanzor en 997, a la ciudad gallega.

Con todo, fue un rey querido y apreciado. El mapa de la península había cambiado radicalmente con sus intervenciones y tras su muerte se generó un sentimiento casi espiritual hacia él. Enterrado en la catedral de Sevilla, a donde se desplazaron numerosos fieles para despedir al monarca. En 1590, siglos después de su fallecimiento, el papa Sixto V confirmó que Fernando III poseía un halo de santidad y que merecía el tratamiento correspondiente. El 7 de febrero de 1671 fue canonizado por el papa Clemente X. Así ha sido conocido desde entonces. Fernando III de Castilla, el Santo.