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El origen de los villancicos, del noticiero popular hasta el cántico navideño

Villancicos

Llega la Navidad, acompañada como siempre de la entrañable tradición de los villancicos. En su origen, fueron los encargados de registrar la vida cotidiana de las gentes. Actualmente, se trata de composiciones poéticas tradicionales que aluden directamente a la Navidad. Sea como fuere, siempre vinculados a la vida de las personas, que con amor les dan vida hoy en día.

Cantos cortesanos

Persona tocando un laúd
Persona tocando un laúd. | Shutterstock

Este canto surgió en el siglo XIII y se difundió por toda España durante los siglos XV y XVI, en pleno renacimiento. Era una manera de recoger los principales hechos de una comarca que, a modo de tradición oral, los cantaban sus habitantes. Sin embargo, su origen no se centró únicamente en el entorno rural, a pesar de que algunos autores los vinculan al nombre, villa, y a sus habitantes. Basados en temas amorosos y cortesanos, fueron ampliamente difundidos en los salones de la nobleza y musicados por autores de renombre.

En cualquier caso, estos poemas tuvieron un gran éxito en su momento y constituyeron uno de los tres principales géneros de la lírica española popular, junto con las cantigas y las jarchas mozárabes. Los villancicos tenían una forma similar al del virelai francés antiguo y al rondó de fines del siglo XIII. Parecen derivar del villançete italiano de Carvajales, poeta de la corte de Alfonso V de Aragón el Magnánimo, y que se recoge en el Cancionero de Estúñiga del siglo XV. También fueron recogidos en el Cancionero General, el de Palacio, el de Linares, el de Medinaceli, el de la Colombina o el de Upsala.

Niño Jesús
Decoración navideña. | Shutterstock

Posteriormente pasaron a las cantatas religiosas que se sucedían desde el día de la Inmaculada hasta el de Reyes, culminando en la Nochebuena y Navidad. Los cancioneros se llenaron de villancicos gracias a autores notables como Juan del Encina, Francisco Guerrero o Pedro de Escobar. Su origen cortesano, lleno de excesos teatrales, le pasó factura y se prohibieron en los templos, aunque más tarde retornaron a ellos. Fue en ese momento cuando llegaron al pueblo llano. En el siglo XVII y XVIII, alcanzaron una gran sofisticación y se incluyeron coros, solistas y representaciones escénicas. A finales del siglo XVIII se fueron fundiendo con otros géneros como la tonadilla, y más tarde con la zarzuela. Posteriormente en el siglo XIX se consolidó como género navideño cantado en las iglesias.

Una oda a la Navidad

El villancico está formado por versos hexasílabos u octosílabos distribuidos en un estribillo, donde se anuncia el tema. Una o más estrofas, por lo general redondillas, y una o más vueltas que a través de un verso de enlace repiten el estribillo. Uno de los primeros villancicos se atribuye a Mateu Fletxa el Vell, nacido en Prades en Tarragona. Fue famoso por sus ensaladas, composiciones para cuatro o cinco voces pensadas para la diversión de los cortesanos y en donde se mezclan habitualmente diferentes idiomas. Además de los villancicos más tradicionales, hay algunos regionales muy populares que se cantan en Galicia, como Bo Nadal, en Catalunya, como Santa nit o Rabadà, y en Andalucía, como Corre corre al portalico. Inolvidables son también el Ay del chiquirritín, de Navarra, o el Hacia Belén va una burra, de Castilla y la Mancha.

Coro de villancicos
Coro de villancicos. | Shutterstock

Campana sobre campana, de origen andaluz, Los peces en el río, con su influencia árabe, 25 de desembre Fum, Fum, Fum o Arre Borriquito, son buenos ejemplos conocidos por todo el mundo. Mención aparte merece la Blanca Navidad, cantada por Bing Crosby, incluido en el libro Record Guinnes por ser uno de los temas más vendidos de la historia y que se mantuvo 72 semanas en la lista de éxitos. Noche de paz es hoy en día el villancico más cantado y popular del mundo. Lo creó un sacerdote austríaco que tuvo que componer una canción que pudiera interpretarse sin el acompañamiento del órgano de la iglesia, ya que se había estropeado. Fue declarado Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad en 2011.

El villancico hoy en día

Hoy en día, los villancicos son una costumbre popular y una de las señas identitarias de la Navidad, especialmente para los niños. No hace tanto los podíamos ver armados con zambombas y panderetas visitando a familiares y vecinos en busca del tan preciado aguinaldo o al menos de un polvorón. Otros instrumentos fueron la carraca, el cascabel o incluso la botella de anís. El almirez, un mortero metálico que servía para machacar especias o semillas, permitía obtener, al golpearlo, un sonido muy característico que acompañaba a la perfección la tonadilla del villancico.

Una zombomba
Zambomba. | Shutterstock

Desgraciadamente, ahora es mucho más extraño disfrutar de esta tradición que se relegó a los centros comerciales en los que su dulce melodía acompaña a los compradores. No hay que olvidar que algunos grandes intérpretes han conseguido colocar en las listas de éxitos algunos villancicos de Navidad. Mariah Carey y su All I want for Christmas is you, o Bing Crosby y Frank Sinatra que muchos años antes dejaron su contribución.