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La oveja merina, la madre del ovino mundial

La oveja merina: celebrando un modo de vida

En esa mesa localizada en Extremadura, donde perfiles diferentes pero complementarios se han sentado para impulsar el desarrollo de la oveja merina, se sigue hablando. Si Silverio y Miguel dieron su visión sobre el oficio de pastor, ahora Antonio Granero aporta el contexto histórico a la conversación. Secretario de la Asociación de la Oveja Merina, su mirada recuerda a los allí presentes cómo este animal estuvo íntimamente atado al desarrollo de la economía y la cultura española en siglos pasados, desde la Edad Media y durante un largo periodo de tiempo.

“El merino está muy ligado a la historia de España. El merino es España”, explica. Todos asienten, porque todos así lo sienten, cada uno desde su propio prisma. Dos pastores, un cocinero, un empresario, un artista y este guardián institucional de las merinas, en el que ahora se pone el foco. Porque no se puede comprender el presente sin conocer el pasado y hacerlo lleva a plantearse el abandono que ha sufrido este animal que tan importante fue. Por eso debe recuperarse y cuidarse.

Silverio Muñoz, Antonio Granero y Pepe Pisa charlando sobre la oveja merina
Silverio Muñoz, Antonio Granero y Pepe Pisa

En ello trabaja la Asociación de la Oveja Merina, tan elemental en esta conversación diversa como en el estado actual de la raza ovina. Lleva décadas vigilando su desarrollo y Granero asegura que así seguirá siendo. Que llueva o nieve, pasen años o siglos, esta asociación siempre estará del lado de la oveja merina, sin importar modas ni temporalidades. Así que a través de su mirada se descubre el pasado del animal, pero también su presente y futuro. Después de caminar junto a Silverio, Miguel y sus ovejas, antes de centrarnos en los platos de Daniel Valverde, toca detenerse para reflexionar.

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El inicio de un modo de vida

Antonio Granero, Secretario de la Asociación de la Oveja Merina
Antonio Granero, Secretario de la Asociación de la Oveja Merina

“La raza merina es como la madre del ovino mundial”. Granero lo resume y de nuevo sentencia, rotundo. Concuerda así con la opinión de Pepe Pisa, impulsor de ese espacio común que ha tomado el nombre de La Nave Va. Ambos observan esta raza como el inicio de un modo de vida y se niegan a darlo por perdido. En esa conversación conjunta, se repasa la historia de esta oveja que nació en campos como los que todavía se disfrutan en Extremadura, donde Pisa ve una gran oportunidad de recuperación. Están trabajando en ello.

“Bajo mi punto de vista”, explica Granero, “(la oveja merina) debería ser catalogada como Patrimonio de la Humanidad”. No en vano fue esta raza la que permitió que naciesen y prosperasen otras muchas a lo largo y ancho del mundo, con España como epicentro. Siendo este su lugar de origen y la tierra a la que tanto aportó, resulta complejo explicar el maltrato que ha sufrido en los últimos tiempos. Es ahí donde entra la Asociación Nacional de la Oveja Merina, que lucha, como el resto de los comensales con los que conversa Antonio, por dar la vuelta a la situación.

Velando por la merina

Celebrando un modo de vida
Celebrando un modo de vida

“El propósito de la asociación es el merino”, prosigue Antonio. Esta comunidad surgió a mediados de los setenta del pasado siglo, en uno de los peores momentos que ha atravesado esta raza. Para impedir su desaparición, se rescataron y unieron los animales más representativos de las distintas ganaderías que conservaban líneas históricas puras. Fue un trabajo arduo y minucioso que desde la Asociación definen como “casi artesanal”. En 1975 se constituyó oficialmente la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Merino, y hasta hoy.

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“La asociación siempre va a proteger a la raza”, cuenta Antonio. Para ello se han establecido tres pilares básicos de actuación. Estos son la mejora y conservación de la merina, la divulgación de logros y resultados y la representación de los socios de la asociación. Lo importante es la merina, pero se cuida a quien la trabaja. Porque sin quienes se sientan a su lado, como el pastor Silverio. Tampoco Che Marchesi podría haber realizado algunas de sus obras, ni Daniel haber creado muchos de sus platos. Dan sentido a esta ganadería. Sin ellos esta mesa estaría vacía.

La búsqueda de lo genuino

La Nave Va, punto de encuentro de diferentes perfiles relacionados con la oveja merina
La Nave Va, punto de encuentro de diferentes perfiles relacionados con la oveja merina

“El consumidor busca lo genuino”, explica Antonio, que pone entonces el foco en la calidad de la merina. Sus compañeros de mesa coinciden, mientras degustan los platos elaborados esa misma mañana. “Hay que saber que lo que se está consumiendo es original, que no hay adulteración y que no hay manipulación”, continúa, hablando acertadamente de la nueva inquietud existente en la sociedad. Se busca lo natural y lo cercano, lo que pertenece a la tierra. Se desea, por tanto, la oveja merina.

“Si yo quiero comer algo genuino en España, debo comer merino”. Y hay muchas formas de hacerlo, como demostró el cocinero Daniel Valverde en ese punto de encuentro extremeño. También su visión, en el próximo episodio, es de gran valor.