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Los secretos de la Dama de las Catedrales

La Dama de las Catedrales, la catedral de Segovia

La Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos de Segovia, conocida como la Dama de las Catedrales, comenzó a construirse en el siglo XVI. Preside de manera imponente la plaza mayor de la ciudad, como un cuerpo de volumen impresionante que queda, sin embargo, perfectamente integrado entre todos los demás edificios. Destacando pero encajando entre las calles de la judería y aquellas que conducen al alcázar, cerca de una muralla que todavía se conserva y el centro de la vida social de los segovianos. Esta catedral es el resultado de una anterior que fue destruida y encierra secretos, detalles y elementos únicos que merece la pena conocer.

A catedral muerta, catedral puesta

La catedral vista desde la Plaza Mayor
La catedral vista desde la Plaza Mayor. | Shutterstock

La de Santa María fue la catedral primigenia de la ciudad de Segovia, construida en el siglo XII en el dominante arte románico de por entonces. Estaba situada en las inmediaciones del Alcázar, junto al palacio arzobispal y un hospital. El templo, sin embargo, fue destruido durante la revuelta de los comuneros, rebelión que tuvo lugar entre los años 1520 y 1522. Poco tiempo después, en 1525, el rey Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico decretó su destrucción y tomó la decisión de levantar una nueva.

Así nació la catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos, que comenzó a construirse en el año 1525. No se consagraría, sin embargo, hasta el año 1768, curiosidad de la que se hablará más adelante. Se levantó siguiendo las directrices del tardogótico castellano, asemejándose así a la catedral nueva de Salamanca. Es uno de los mejores ejemplos de este estilo de la arquitectura española y uno de los últimos de Europa.

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Fue Emilio Castelar, presidente de la Primera República, quien se refirió a este monumento como la dama de las catedrales de la geografía española. Este es el título que posee desde el siglo XIX, en mayúsculas: la Dama de las Catedrales.

Una construcción fuera de lo normal

Así sobresale la Dama de las Catedrales entre los tejados de Segovia
Así sobresale la Dama de las Catedrales entre los tejados de Segovia. | Shutterstock

El mismo Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico fue el encargado de impulsar la nueva catedral, tomando la decisión de llevarla lejos del alcázar. Se escogió para ello uno de los puntos más altos de la ciudad, antaño conocido como la plaza Grande. Las obras se instalaron en unos terrenos que pertenecían a la judería, sobre el antiguo convento de Santa Clara, que fue derruido. Esta zona de la ciudad sufrió una tremenda transformación a raíz del proyecto. Al necesitar de un espacio tan grande para su construcción, tuvieron que derrumbarse un centenar de casas para seguir adelante.

Lo cierto es que fue un proyecto que se desarrolló de manera inusual desde el principio. Entre otras cosas, porque este tipo de templos suelen comenzar su edificación por la cabecera, para poder así oficiar misa lo antes posible. La de Segovia, en cambio, comenzó a construirse por los pies. Se tenía la fortuna de contar con la capilla de ese convento mencionado, situado este sí en la cabecera, para tal función.

De la antigua catedral se rescataron varios elementos para abaratar costes, muchos de ellos financiados por los propios segovianos. El claustro de la catedral de Santa María, por ejemplo, se transportó piedra a piedra. Otros necesitaron de varias intentonas hasta que por fin se asentaron. Es el caso del antiguo chapitel de madera que, con 25 metros de altura, fue alcanzado por un rayo en una gran tormenta a comienzos del siglo XVII. Antes de perecer en el incendio, era el más alto de España.

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Hay que destacar también los 243 años que transcurrieron desde que se colocó la primera piedra del templo hasta que finalmente éste se consagró, el 16 de julio de 1768. Parte de culpa la tuvo la cúpula del crucero, para la que no se terminaba de encontrar el proyecto adecuado. Durante estos siglos se habían vivido todo tipo de derrumbes en toda la geografía española, un hecho que no se deseaba repetir en Segovia. Tuvieron que pasar varios maestros de obras, muchos consultores y más de cincuenta años, entre demoras y paralizaciones, hasta que finalmente esta cúpula se llevó a cabo. Se concluyó en 1685.

Tres secretos de gran valor

Postal desde las alturas, al amanecer, en el que se observa bien la torre de la catedral
Postal desde las alturas, al amanecer, en el que se observa bien la torre de la catedral. | Shutterstock

En primer lugar, un hecho histórico. En el Archivo de la Catedral se conserva el famoso y apreciado Sinodal de Aguilafuente, el primer libro incunable impreso de la historia de España. Fue impulsado por Juan Arias Dávila, obispo de Segovia, que desarrolló la considerada primera imprenta del país. Este manuscrito data del año 1472 y contiene las actas del sínodo diocesano que tuvo lugar en Aguilafuente, pueblo segoviano, en junio de ese año.

Otro de los detalles destacables tiene que ver con la torre, que puede observarse de manera excelente desde el espacio conocido como la Puerta del Perdón. Se llama así, por cierto, por el perdón que otorgó el obispo a quienes destruyeron la antigua catedral. Esta torre mide 88 metros y en ella vivía, antiguamente, el campanero. Dado que subir los escalones de estos casi noventa metros no era una práctica apetecible, se ideó un método para poder comunicarse con él sin necesidad de ascender. Se construyó en la base de granito de esta torre un agujero. Al golpearlo, por el efecto del eco, el ruido llegaba a lo más alto de la construcción. Fin del problema.

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Por último, un pequeñísimo secreto. En el interior del templo, en un lugar que no se revelará para invitar a la búsqueda activa, se encuentra la piedra más pequeña de toda la construcción. Dicen que aquellos que la encuentren tendrán la oportunidad de dar tres vueltas alrededor de ella. Si se consigue y se pide un deseo, éste se cumplirá.