fbpx

La poesía en Madrid, un incendio sin control

poesía Madrid

“Veinte minutos de razones bajo el tejado donde habitan los gatos”. “Ciudad y no ciudad, universo de tránsito en donde los viajeros traducían el mundo”. Estas frases, de La Morada y Verónica Aranda respectivamente, son dos de los versos que en 2018 se distribuyeron a través de 1.100 pasos de cebra de la capital. La iniciativa se llamó Versos al paso y fue toda una representación del movimiento poético que recorría la ciudad.

Sobre aquellas palabras han pisado muchas personas y coches, ha llovido, ha pasado Filomena… El tiempo no perdona y los versos se han deteriorado hasta desaparecer. Pero la poesía no. La poesía sigue recorriendo Madrid con fuerza hasta llenar bares, plazas e incluso teatros. Como un incendio que ya no se puede apagar.

Bares llenos de versos

Así que sí: Madrid está llena de poetas. Los más sonados, Marwan o Elvira Sastre. Entre nombres menos conocidos para el público general: Leo Zelada o Escandar Algeet. Hasta poetas que dedican su vida a eso mismo, pero que son agujas en un inmenso pajar de nombres. Todos ellos, famosos y desconocidos, necesitan espacios donde desarrollarse, compartir, crear… Y Madrid se los ofrece. Es más: dispone de una amplia oferta.

¿Y cómo son estos espacios? ¿Qué es lo que puede fomentar la poesía? La respuesta es clara: los bares y los micros abiertos. Aunque también hay centros culturales que organizan este tipo de actividades, los más célebres entre los artistas son los garitos. El Aleatorio Bar, abierto en el año 2014, encabeza la lista. El Vergüenza Ajena, de una larga trayectoria, El Búho Real o el María Pandora también son sitios muy frecuentados por los versos.

Hablamos de bares que no solo organizan las llamadas jams de poesía o eventos de micro abierto, sino que también albergan presentaciones de libros, recitales, acontecimientos literarios… Asimismo, la mayoría de estos lugares dan cobijo a otro tipo de artistas. Música, literatura y dramaturgia suelen ser los talentos más exhibidos en, por ejemplo, el Café Libertad 8, el Calvario o La Fídula.

También te puede interesar  El castillo fortificado más antiguo de España

La Poetry Slam, una competición poética

Pero la cosa no se queda aquí. Las Poetry Slam, campeonatos de poesía, también protagonizan la escena. Sí, sí, como se oye: los y las poetas también pueden competir. Lo hacen en concursos cuyo lema suele rezar: “10 poetas, tres minutos, el público decide”. Además, se trata de campeonatos que no solo se celebran en Madrid, sino también en ciudades como Barcelona o Málaga. Y más allá: en Nueva York o en París. De cada ciudad sale un ganador que compite en la Poetry Slam de España. Los ganadores, a su vez, se dan cita en un torneo mundial.

Sin embargo, estamos en Madrid. Aquí esta competición de poesía escénica se da cita en el Intruso Bar, junto al metro de Chueca. Al menos en lo que respecta al llamado Poetry Slam de Madrid. Porque además de este, hay al menos dos más en la comunidad: uno es el Poetry Slam Lavapiés, celebrado en el bar Chinaski, y otro el Poetry Slam Móstoles, que se da cita una vez al mes en el Urban Underground Club.

Del Café Gijón a los festivales de poesía

Bien conocidos son algunos festivales de música… pero ¿festivales de poesía? Eso es harina de otro costal. Sin embargo, los hay. Cada vez más y muchos se dan cita en la capital española. Por ejemplo, este año se ha celebrado la tercera edición del Festival de Poesía de Alcalá de Henares, que ha contado con recitales, mesas redondas y talleres a lo largo de tres días. Por su parte, el Festival Internacional de Poesía de Madrid da cobijo cada año a poetas de todas partes del mundo.

También te puede interesar  La Festa do Botelo traslada los sabores de Galicia a Madrid

Antaño era el Café Gijón aquel que acogía aquella larga ristra de escritores españoles. Por sus instalaciones pasaron personajes tan ilustres como Federico García Lorca, Benito Pérez Galdós, Valle Inclán, Maruja Mallo o Mercedes Fornica. Ahora, esta mítica cafetería se ha convertido en un sitio turístico más, un recuerdo del pasado. Toman el relevo otros nombres, otros lugares… No importa, mientras la poesía siga impregnándolo todo de versos.