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Maratón de los Cuentos de Guadalajara, una historia que se narra ella misma

Maratón de los Cuentos de Guadalajara

A un niño de Guadalajara no le faltan ocasiones para tener buenos recuerdos. Las fiestas de la Antigua, las grandes, cuando toda la ciudad está de jarana y el ferial se llena de atracciones. O la Feria Chica, que sirve para disfrutar el final de la primavera. Navidad, Carnaval… Pero hay una ocasión que es verdaderamente alcarreña. Una celebración de la narración oral que acapara el protagonismo del lugar varios días, siempre cobijada por el monumental palacio del Infantado. Se trata del Maratón de los Cuentos de Guadalajara, que tendrá lugar este 2022 durante el 10, 11 y 12 de junio.

El origen de un festival sorprendente

Palacio del Infantado durante el Maratón de los Cuentos
Palacio del Infantado durante el Maratón de los Cuentos. | Ayuntamiento de Guadalajara

Todo comenzó más como una curiosidad que nada. Lo hizo asociado al entorno del Día del Libro, festividad que cae el 23 de abril. Pero aquel año era 1992. Sí, el mismo en que Barcelona fue el centro del planeta gracias a sus Juegos Olímpicos de verano, donde Carl Lewis y el equipo estadounidense de relevos rompieron el récord del 4×100. En cambio, en Guadalajara tenían otra marca en mente. Querían entrar en el Libro Guinness con un cuentacuentos. Para ello, les indicaron, debían estar 24 horas seguidas narrando.

El festival fue un éxito y la implicación de la ciudad fue total. Entre el centenar de narradores estuvo, quizá, el alcarreño más famoso del siglo XX: Antonio Buero Vallejo. Otro de los grandes nombres de esa primera edición fue José Luis Sampedro. En total, 200 historias lanzadas al público sin necesidad de papel, porque así es como se cuentan los cuentos. Con todo, no lograron el récord.

La voz corrió, como era natural, entre los alcarreños. Porque aunque antes se hablaba de niños, que son mayoría en el público, el asunto gustó también entre jóvenes y adultos. Así, al año siguiente, el escenario fue el más impresionante que puede poner Guadalajara a disposición de su gente. Es, por supuesto, el palacio del Infantado. Un espléndido ejemplo de la arquitectura que prosperó en España entre el Gótico y el Renacimiento. Lo erigió la familia Mendoza, tan ligada a la capital arriacense. A la segunda fue la vencida y lograron el récord. Desde entonces, ahí ha seguido, año tras año.

30 años contando cuentos

panteón de Guadalajara con una mano
Del panteón al Infantado, Guadalajara se vuelca con el Maratón de los Cuentos cada año. | Ayuntamiento de Guadalajara

Y han pasado años. 30 ediciones hizo en 2021. Los niños y niñas de las primeras ediciones son ahora los que llevan a los suyos al Maratón de los Cuentos. Porque Guadalajara es lugar de tradición, de no alejarse de los orígenes, y estas iniciativas gustan. Aunque el festival tiene todavía menos edad que horas dura su principal evento. Porque son 46. Casi dos días, sí, de narraciones ininterrumpidas. Actualmente van del viernes a las cinco de la tarde al domingo a las tres. Las fechas de celebración, uno de los primeros fines de semana de junio. Porque claro, nadie quiere que le llueva mientras escucha un buen relato.

La sucesión de cuentos incluye también cualquier tipo de narración oral breve. Así, no es raro escuchar versos o incluso meras anécdotas. Al fin y al cabo, hay muchas maneras de contar una historia. Los mejores momentos para escucharlas, en todo caso, vienen cuando el sol decide esconderse. Porque aunque no pegue del todo, a la fresca se está mejor, como en toda Castilla. Como es fin de semana y la mayoría no tiene que preocuparse por el tema de madrugar, la medianoche suele ser uno de los momentos de más afluencia. Más de mil personas pueden juntarse. Porque, que quede claro, en Guadalajara lo de trasnochar gusta mucho.

Además del escenario principal, hay uno interior para quienes quieran contar su cuento en un ambiente menos expuesto. Entre actuaciones, hay música, se realizan ilustraciones y se fotografía a los participantes. Un evento vivo gracias a los muchos voluntarios que deciden participar de una manera u otra, ayudando a que todo se coordine y haga.

La vida más allá del Maratón de Cuentos

Actividad de Akelarre en el convento de la piedad
Las actividades abarcan muchos escenarios ilustres de la capital alcarreña, como el convento de la Piedad. | Ayuntamiento de Guadalajara

Ya se ha contado que el festival creció como lo hizo la ciudad que lo acoge. Por eso es normal que también lo hiciera su oferta. Por un lado, como la jarana también es algo muy alcarreño, durante el día toda la ciudad se llena de actividades. Da igual que uno esté por la zona de San Roque, bajo la mirada del panteón, en la calle Mayor o en el Infantado: el ambiente se nota. Así, se suceden pasacalles, mercadillos, exposiciones o visitas guiadas muy peculiares. Se trata de los “Monucuentos”, relatos cortos en espacios como por ejemplo la capilla de Luis de Lucena, el salón Chino del palacio de la Cotilla o el convento de la Piedad.

Para quienes no pueden ir al palacio, hay alternativas. Por ejemplo, escuchar las narraciones por Radio Arrebato, emisora estudiantil local. Y si no se puede ir al Maratón, el Maratón de los Cuentos va a uno. Lo hace a través de La Palabra Viajera, que lleva la narración a prisiones, residencias u hospitales. En caso de que el problema sea la localidad, el Maratón Viajero pone la solución desplazándose a más de 20 de la provincia de Guadalajara.

La parte más formal la componen las distintas conferencias y exposiciones asociadas al Maratón de los Cuentos. También el Festival de Narración Oral Profesional. Con la de 2022 sus ediciones sumarán 25. En él se reúnen grandes figuras de la narración oral, que habitualmente hacen suyas las tablas del Teatro Moderno, aunque en los últimos tiempos también hayan pasado por el Buero Vallejo.

Como toda pieza oral que se precie, la del Maratón de los Cuentos de Guadalajara sigue transformándose. Viviendo todo el año a través de diferentes actividades, cada junio vuelve a contarse a sí misma. Y conociendo la ciudad donde ocurre, va a seguir haciéndolo mucho, mucho tiempo.

Artículo realizado en colaboración con Turismo Guadalajara