fbpx

Las Fiestas de la Primavera, un homenaje a la huerta murciana

Fiestas de la Primavera

En Murcia, cuando la Semana Santa acaba, las fiestas apenas acaban de empezar. A los desfiles y cultos religiosos, les sigue una semana que es todo lo contrario, pues cuenta con tradiciones de índole pagana. Son las Fiestas de la Primavera, una semana de jolgorio cuyo origen se remonta a finales del siglo XIX. Durante su celebración, toda Murcia sale a unas calles que se llenan, a su vez, de barracas que ofrecen todo tipo de gastronomía tradicional. También se hacen habituales los desfiles. Los días más importantes son el del Entierro de la Sardina y el del Bando de la Huerta, ambos eventos iniciados con anterioridad a las Fiestas de Primavera, a mediados del siglo XIX.

Las Fiestas de la Primavera fueron declaradas como de Interés Turístico Internacional en el año 2006, pero ¿cómo comenzaron? No fue cosa de un día, sino de una serie de factores que hicieron de esta semana lo que hoy se conoce. En 1851 un grupo de hombres, entre los que se encontraban el cura Miguel Ortega, el boticario Miguel Rubio Arróniz, el médico Juan Antonio Serrano Hernández y el estudiante Joaquí López, acordaron alargar el Carnaval con dos fiestas: la del Bando de la Huerta y la del Entierro de la Sardina.

Bailes en el Bando de la Huerta
Bailes tradicionales en el Bando de la Huerta. | Shutterstock

El Bando de la Huerta, de la burla al orgullo

En sus inicios el Bando de la Huerta fue un pretexto para divertir a la gente acomodada mediante la burla de las gentes huertanas. Para ello caricaturizaban sus vestimentas, sus formas de hablar y sus tradiciones. Sin embargo, la fiesta ha evolucionado como todo lo contrario, siendo en la actualidad todo un homenaje a la huerta.

Las Fiestas de Primavera tienen su origen el mismo martes que sigue a la finalización de la Semana Santa con la conocida como Misa Huertana a los pies de la catedral de Murcia y seguida de una procesión. Esa misma tarde tiene lugar el desfile del Bando de la Huerta, un pasacalles en plena capital de la región en el que bandas de música, carrozas, gigantes y cabezudos reparten y exhiben productos típicos de la huerta murciana. El acontecimiento principal del día.

Este evento consigue que una gran masa de murcianos (y no murcianos) salgan a las calles vestidos con sus trajes tradicionales. Ellos, con los zaragüelles, chalecos y monteras. Ellas, con los refajos, los delantales y los mantones. Las calles de Murcia se atestan de gente. Nadie queda en sus casas.

Desfile bando huerta
Un tractor en el desfile del Bando de la Huerta. | Shutterstock

El Entierro de la Sardina, la purificación pagana

Aunque el Entierro de la Sardina se celebrara por primera vez en Murcia ese mismo año, en 1851, su origen viene de mucho más atrás. Esta tradición se festejaba ya desde al menos el siglo XVII en otros lugares de España. De procedencia pagana, el Entierro de la Sardina constituye una noche mágica, en la que el fuego desempeña una función purificadora. Al tiempo, se rememora la victoria de don Carnal sobre doña Cuaresma: el retorno del carnaval que ahuyenta las privaciones de la Semana Santa.

Aunque el día más importante de esta festividad recae en el sábado noche, cuando tienen lugar la quema de la sardina y la exhibición pirotécnica, el Entierro de la Sardina se extiende en realidad a lo largo de varios días. Así, previamente a la quema, se celebran la llegada de la sardina, el testamento de la sardina y el gran desfile, que precede a la quema y en el que se reparten juguetes de manera gratuita.

Entierro de la Sardina
Imagen del Entierro de la Sardina en las Fiestas de Primavera de Murcia. | Shutterstock

El Tren Botijo: la popularización de las Fiestas de la Primavera

El Bando de la Huerta y el Entierro de la Sardina son los dos grandes eventos sobre los que se cimentan las Fiestas de la Primavera, que se celebraron irregularmente hasta 1899. Aquel año se puso en marcha una iniciativa que perpetuó la celebración de la semana: el Tren Botijo.

Se trataba de un tren que salía de Madrid durante dichas fechas y se ponía a disposición de los viajeros a módicos precios. De esta forma, se consiguió que muchas personas acudieran a las fiestas, sobre todo autóctonos que se habían trasladado a la capital. El tren Botijo tuvo tanto éxito que las recepciones de los viajeros en la estación de Murcia se hicieron multitudinarias. El periodista y fundador del Diario de Murcia Martínez Tornel llegó a asegurar que las despedidas eran “afectuosísimas y conmovedoras”.

Sin embargo, en 1918, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, el Tren Botijo se suspendió y nunca consiguió volverse a retomar tal iniciativa. Si bien es cierto que las Fiestas de Abril o Pascua de Marzo, como se conoció a esta semana hasta 1921, consiguieron sobrevivir al tiempo y, de hecho, fueron adquiriendo cada vez más importancia.

Comida tradicional y flores

Puestos de comida
Puestos de comida durante las Fiestas de Primavera. | Shutterstock

Aquel 1899 se celebró también por primera vez uno de los eventos centrales de las actuales Fiestas de la Primavera, si bien ha perdido algo de fuerza desde los años 70: la Batalla de las Flores. Basada en la fiesta homónima que se popularizó en otros países mediterráneos de Europa, el miércoles de pascua se celebra un desfile de carrozas adornadas con flores, una vez más, de la huerta murciana.

Además de los eventos expuestos, durante las Fiestas de Primavera la capital de esta región del levante, se llena de barracas. Estos puestos, construidos cada año por las diferentes peñas huertanas, ofertan productos y platos típicos tales como la ensalada murciana, el zarangollo o los paparajotes. Algunas cartas incluso están en panocho, un antiguo dialecto murciano.

Como se ve, las Fiestas de la Primavera resultan un evento óptimo para dar la bienvenida al buen tiempo y despedirse de la Semana Santa. Una fiesta que sigue a la fiesta. Y un conjunto de tradiciones que ensalzan la cultura, la comida y las tradiciones huertanas.