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Covadonga / Fiesta de la Santina

Fiesta de la Santina

Los asturianos festejan en Septiembre a su patrona, llamada cariñosamente “La Santina” porque ye piquiñina y galana

El 8 de septiembre se celebra en Covadonga la Fiesta de la Santina. Esta fecha conmemora la aparición de la Virgen, en el año 722, a Don Pelayo y sus tropas. La intercesión de la Santina decidiría la Batalla de Covadonga dando así comienzo a la Reconquista. La aparición se produjo en una cueva y de ahí el nombre de Covadonga. (El vocablo latín dominica, que significa señora, evolucionó con el tiempo a donga) que significa “Cueva de la Señora”.

El 8 de septiembre es también El Día de Asturias, la jornada festiva de la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias que se celebra en la localidad que determina cada año el Consejo de Gobierno del Principado. Esta celebración se une a la Fiesta de la Santina.

En las paredes rocosas del monte Auseva, en Cangas de Onís, hay una gran cueva: La Gruta de Covadonga. A sus pies, un estanque recoge las aguas del “chorrón”, originado por la acción erosiva del río Deva en la piedra caliza. La gruta alberga, en la actualidad, la capilla donde se venera la imagen de la Santina y en donde se encuentra la tumba de don Pelayo -nombrado rey en la misma batalla-.

Fiesta de la Santina
Vista de la Gruta y de la Capilla en el monte Auseva

La Virgen actual es una talla del siglo XV que ha sufrido distintas intervenciones. No han llegado a nuestros días documentos escritos acerca del origen del culto a la Virgen en la Cueva. Pero, según la tradición, se cuenta que en la cueva vivía un ermitaño que guardaba una imagen que allí se veneraba.

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En cierta ocasión, Pelayo entró en la Cueva persiguiendo a un malhechor. Encontró al ermitaño quién le rogó que lo perdonara y le dijo que llegaría también el día en que él, Pelayo, tendría necesidad de buscar en la cueva el amparo y ayuda de Nuestra Señora.

Según algunos historiadores, es probable que Pelayo y los cristianos llevaran consigo alguna imagen de la Virgen que guardaran en la cueva para implorar su protección. Otra opción sería que la depositaran allí después de la victoria contra los árabes, como gratitud por el triunfo obtenido gracias a su mediación.

Más tarde, Don Pelayo ordenaría edificar en la misma cueva un altar a la Virgen María. Las Crónicas árabes afirman que Pelayo y sus seguidores encontraron refugio en esta gruta y que allí se alimentaban de la miel de las colmenas que las abejas construían en las hendiduras de las rocas.

La devoción a la Santina está fuertemente arraigada en el pueblo asturiano, especialmente en los emigrantes que, al retornar, sienten como un deber acudir a Covadonga. El día de la fiesta de la Santina se celebra una misa solemne en la Basílica de Covadonga, inaugurada el 7 de septiembre de 1901. La iglesia, de estilo neo-románico, está construida con piedra rosácea y marmórea, extraída de las propias montañas de Covadonga. A continuación, se celebra una procesión con la Virgen hasta La Cueva.

Fiesta de la Santina
Procesión de la Santina desde la Basílica hacia la Cueva

Desde el año 1972, se venera otra imagen de la Santina, a 11 km de la gruta, en una pequeña cueva bajo el agua, a 8 metros de profundidad, situado en el Parque Nacional de Covadonga. La sección de Actividades Subacuáticas del Club Cañapescamar fundió, con unos restos de fusiles submarinos, esta segunda imagen de la Santina, hace más de cuarenta años.

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En el día de La fiesta de la Santina, los buceadores asturianos hacen su propia peregrinación para rendir su homenaje a la “Santina sub”, al que se van sumando cada año las nuevas generaciones. A las once de la mañana, se sumergen de uno en uno -para evitar en lo posible, el levantamiento de lodo, que imposibilita la visibilidad- en las gélidas aguas del lago Enol (de origen glaciar) y rescatan a La Santina a quien colocan en un pedestal flotante. Los espectadores venidos de toda España, rompen en aplausos emocionados.

La imagen es llevada en procesión hacia la orilla para ser colocada en un altar donde se celebrará una misa, en ocasiones, con el sonido de las gaitas y los tambores y cantos asturianos. Finalizado el acto, los buceadores que han ocupado un lugar de honor en la ceremonia, se sumergirán de nuevo en el lago para dejar a su Virgen bajo las aguas hasta el año próximo. Este es uno de los últimos actos que podrás vivir en la Fiesta de la Santina.