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En el mundo de The Witcher, tanto en la serie como en el videojuego y las novelas, hay una escuela conocida como Aretuza. No es un colegio al uso, sino una escuela de hechiceras, aunque tampoco se asemeja en nada a Hogwarts. Encallada en una una ennegrecida isla (si es que se la puede llamar así), la desolada Aretuza se yergue como una alta torre unida a través de un estrecho puente al palacio de Garstang. Se encuentra en la isla (de nuevo, si es que se la puede llamar isla) de Thanedd. Para representar ambos escenarios Netflix se valió de Canarias, concretamente de la costa de Garafía, en la isla (esta vez sí) de La Palma.
Garafía es también el nombre del municipio donde se ubica la costa. Escarpados y expuestos al oleaje, los paisajes de Garafía esconden cuevas sumergidas y semisumergidas, así como fondos de coral. Esto hace posible la supervivencia de numerosas especies marinas y son una de las razones por las que el enclave forma parte de la Red Natura 2000. Para rodar la imponente imagen de Aretuza, los productores de la serie encontraron inspiración en el Roque de las Tabaidas, junto a la playa Bujaren.
El escenario que vio nacer a la hechicera Yennefer de Vengerberg se puede divisar en el mundo real desde las alturas del mirador de Santo Domingo de Garafía. Asimismo, aquellos visitantes que quieran acercarse aún más a la escuela de hechiceras podrán hacerlo a través de la playa ya mencionada. Salvaje y de difícil acceso, Bujaren es uno de los destinos preferidos para los surferos. Con precaución y mejor solo con el mar en calma, también podrán disfrutar del mar los bañistas mientras contemplan las vistas de un lugar de cine.
