Cuando un extranjero visita España, hay decenas de aspectos culturales que le pueden chocar y que, sin embargo, para un español forman parte de la normalidad. En algunos casos son costumbres del día a día, en otros, detalles de fiestas típicas de nuestro país. Es un precioso choque de culturas que no generan sensaciones negativas, más bien al contrario: probablemente se queden con las ganas de saber más.
Costumbres españolas que no entienden los extranjeros
Horarios de las comidas
Algo que afecta al día a día son los horarios de las comidas, que son mucho más tardíos que en el resto de los países europeos. Sin ir más lejos, en Portugal comen sobre las 13 horas y cenan sobre las 20 horas, mientras en Francia comen entre las 12 y las 14 horas y cenan a partir de las 20:30 horas. Sin embargo, en España es habitual comer a las 15 horas de la tarde y cenar más allá de las 22 horas de la noche, algo que en la mayoría de los países se ve como extremadamente tarde. Para que uno se haga una idea: en Reino Unido algunas familias cenan a las 18 horas de la tarde, que es cuatro horas antes. A todo ello hay que sumar que no tenemos el huso horario que deberíamos, sino que es una hora más de la que debería.
Himno sin letra
Otra cosa que suele sorprender mucho a personas de otros países es que el himno nacional de España no tiene letra, pues solo hay otros tres de todo el mundo que no la tienen: Kosovo, Bosnia Herzegovina y San Marino. Este himno tiene su origen en la Marcha Granadera que acompañaba a los desfiles militares y a los actos a los que acudía la casa real en el siglo XVIII. Aunque ha habido varios intentos de ponerle letra, la falta de acuerdo ha hecho que siga siendo el mismo que hace tres siglos.
Alimentos sin cocinar y otras sorpresas culinarias
Otro de los aspectos de la cultura española que suelen sorprender a los extranjeros es la gran cantidad de alimentos sin cocinar que se suelen comer. El producto estrella es el jamón, que ellos ven como carne cruda. Otras comidas españolas que les llaman poderosamente la atención son los callos, la oreja, los percebes, los calçots, las migas, las angulas, el gazpacho y el salmorejo.
Persianas
Aunque parezca increíble, las persianas fuera de España son algo muy poco habitual, de forma que llama mucho la atención a los extranjeros cuando ven nuestras casas y hoteles. La gran cantidad de horas de sol que disfrutamos influye en que queramos que los rayos de sol no entren por la ventana a primera hora de la mañana. Otra de las posibles explicaciones es que los españoles somos muy celosos de nuestra intimidad, algo que probablemente hayamos heredado de la cultura árabe. En cualquier caso, a los extranjeros les sorprende del mismo modo que un español se sentirá incómodo en Reino Unido ante la ausencia de estas.
Siesta
La siesta es una costumbre muy española, ya sean varias horas en la cama o una cabezadita en el sofá, en parte porque las comidas en España suelen ser más copiosas que en otros países. Asimismo, parece ser que la siesta tuvo su origen en el Imperio Romano, cuando los romanos descansaban en la sexta hora del día, de ahí su nombre. Quizá otros países hayan empezado a adoptarla, pero sigue siendo muy nuestro y, además, sigue generando ceños fruncidos en quien la descubre por primera vez.
Ir de tapas
Una de las principales formas de socialización en España es ir de tapas y se puede hacer prácticamente cualquier día del año. De hecho, es una manera de disfrutar de dos de las cosas que más nos gustan: la gastronomía y pasar tiempo con los amigos y la familia. Dentro de las tapas también entran los pintxos, tan típicos de lugares como el País Vasco, Navarra o La Rioja.
Se cree que su origen tiene lugar en una de las visitas del rey Alfonso XIII a Cádiz, cuando pidió una copa de Jerez y el camarero colocó una loncha de jamón a modo de tapa de la copa para que no entrara arena, ya que ese día hacía mucho viento. Cuenta la historia que al rey le gustó tanto la idea que las siguientes copas las pidió de esa forma.
Calimocho
Aunque estemos acostumbrados a esta bebida, lo cierto es que el calimocho es un invento español y no deja de sorprender a nuestros visitantes extranjeros. Se popularizó en el Puerto Viejo de Algorta, en Getxo, durante las Fiestas de San Nicolás de 1972. Parece ser que el vino tinto de aquellas fiestas estaba picado, así que decidieron mezclarlo con Cola Cola, gustando tanto a los jóvenes de la época que ha permanecido hasta la actualidad.
Comer con pan
Aunque el pan no es algo único y exclusivo de España, sí es cierto que es uno de los países del mundo con más tradición panadera. De hecho, existen decenas de panes según la región y la mayoría de los españoles acompañan sus comidas con pan. En cuanto a los mejores panes, Galicia se suele llevar la fama, aunque también merecen una oportunidad los de Andalucía, Extremadura, Aragón y Navarra, entre otras regiones.
Flamenco
Algo muy típico español y que frecuentemente se relaciona con nuestra cultura es el flamenco. Se trata de un género musical único en el mundo, aunque lo hemos exportado a muchos países, como Japón, donde se introdujo en los años 20 del siglo pasado. Sin duda, el baile flamenco o el cante jondo son aspectos de nuestra cultura que sorprenden a los extranjeros. Quizá no porque lo entiendan como raro: más bien porque se maravillan. Sobre todo, al ver cómo puede convertirse en un espectáculo de un momento a otro en cualquier rincón del país.
Saludar con dos besos
Para terminar, es habitual que un extranjero te visite y no sepa cómo saludarte, salvo que sea de Grecia o Italia, donde también se saludan con dos besos. Eso sí, hay que tener en cuenta que en Italia los besos se dan de izquierda a derecha, al revés que en España. Por otro lado, en Latinoamérica es común saludarse con un beso, en Holanda con tres y en Dinamarca incluso se abrazan para saludarse.
En definitiva, hay muchas costumbres españolas que solo entendemos en España y que puede que llamen la atención en el resto del mundo, pero si nos las quitaran nos faltaría un trocito de nuestra identidad. Seguro que muchas de ellas ni siquiera te habías parado a pensarlas.
