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Los anillos milagrosos de la Ribeira Sacra: historia y leyenda

Los anillos milagrosos de la Ribeira Sacra, en el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil

Galicia es una tierra en la que realidad y ficción pueden fácilmente confundirse, sobre todo si uno es un poco novelesco. Rincones como el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, en el corazón de la Ribeira Sacra ourensana, facilitan mucho estas ensoñaciones. Se cree que este lugar, hoy reconvertido en Parador Nacional, lleva en pie desde el siglo VI. Su origen documentado se encuentra en el siglo X, coincidiendo con la llegada de los nueve obispos que cambiaron su historia para siempre.

Este monasterio podría ser protagonista de estas y otras líneas por muchas razones, artísticas o culturales, pero en este texto se queda como un simple escenario en el que sucedió una historia. Una historia relacionada con unos anillos milagrosos. Una de esas que, como se ha empezado diciendo, se mueven entre lo que pasó realmente y lo que ha terminado convertido en leyenda.

Lo que pasó: nueve grandes obispos que renunciaron a todo

El monasterio de Santo Estevo es un lugar en el que realidad y ficción pueden confundirse.
El monasterio de Santo Estevo es un lugar en el que realidad y ficción pueden confundirse. | Shutterstock

Cerca de Santo Estevo de Ribas de Sil, hoy en día, se encuentra el pequeño pueblo del mismo nombre, la naturaleza de la Ribeira Sacra y poco más. En el siglo X, era sencillamente un lugar remoto y aislado que fue escogido, tiempo atrás, como lugar de oración por los primeros cristianos. Levantaron monasterios pensados para el recogimiento, la reflexión, y en torno a estos se congregaron.

La historia de nueve poderosos obispos que renunciaron a su estatus para retirarse a este recóndito cenobio ya se recoge en los textos de la época. Se llamaban, o eso señala una crónica del siglo XVI, Ansurio, Afonso, Froarengo, Gonzalo, Paio, Pedro, Servando, Viliúlfo y Vimarasio. Llegaron de diferentes partes de la península ibérica. Fue una sorpresa para sus contemporáneos y un honor para quienes ya habitaban Santo Estevo, tanto que el escudo del monasterio contiene nueve mitras, en memoria de este acontecimiento.

Cuando los obispos fallecieron, sus cuerpos se enterraron en un lugar privilegiado que hoy se conoce como Claustro de los Obispos. Más tarde se trasladaron al interior de la iglesia para ser venerados. Hoy en día, los restos descansan en un relicario del siglo XVII recientemente restaurado. Fue en esta restauración cuando realidad y ficción quedaron unidas, pero para entender esto hay que hablar primero de la leyenda.

La leyenda: peregrinación hacia el milagro

Claustro de los Obispos.
Claustro de los Obispos. | Shutterstock

Cuentan que los milagros se sucedían con los obispos todavía vivos, pero sobre todo se dieron poco después de su fallecimiento. La verdadera fuerza de la historia reside en los anillos episcopales que portaron con ellos. Nueve obispos con nueve anillos para dominarlos a todos, como en la monumental obra de J.R.R. Tolkien, pero ambientada en la Ribeira Sacra. Estos no estaban hechos en los fuegos de Mordor: eran anillos de plata, de factura sencilla. Cuando Ansurio y compañía fallecieron, estos anillos se depositaron en una caja de plata.

Con el tiempo, comenzó a creerse que este cofre tenía propiedades mágicas, relacionadas sobre todo con la cura de enfermedades. También con la protección de la salud de las personas, hasta el punto de que el cofre abandonaba el monasterio para estar presente en el parto de las mujeres de la zona. Se creía que, de esa manera, todo saldría bien.

Estos acontecimientos imposibles no tardaron en recorrer la península. A pesar de lo complicado del viaje hasta el monasterio, los peregrinos, que nada tenían que ver con el Camino de Santiago, comenzaron a llegar. También para venerar a esos obispos de quienes se decía, cuando todavía vivían, que eran capaces hasta de espantar demonios.

Puede imaginarse el cariño que los pueblos cercanos sentían por estos anillos y los obispos. Una relación que María Oruña quiso tomar como punto de partida para escribir El bosque de los cuatro vientos. Meses después de la publicación de este libro sucedió otro milagro: los anillos, perdidos desde el siglo XVII, reaparecieron.

Lo inesperado: los anillos reaparecen

Así recibe a los visitantes el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, hoy Parador Nacional.
Así recibe a los visitantes el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, hoy Parador Nacional. | Shutterstock

Todo comenzó con un trabajo de restauración. Concretamente, de los relicarios laterales de la iglesia, donde descansan los obispos. En este proceso, se halló una antigua bolsa de tela con bordados de oro. Dentro, para sorpresa de los afortunados restauradores, se hallaban cuatro de los nueve anillos de la leyenda. Tres de ellos todavía conservaban la piedra que los identificaba como tal.

Acompañando estos anillos, una nota: “estos cuatro anillos son de los que quedaron de los nueve Santos Obispos. Son los que han quedado. Los demás desaparecieron. Por ellos se pasa agua para los enfermos y sanan muchos”. Así sucedió el último milagro, siglos después de su desaparición. Quién sabe si no habrá más noticias que dar en los tiempos que vienen, pues todavía se desconoce el paradero de los cinco restantes. Y Galicia es una tierra donde todo puede suceder.