fbpx

Las travesías en lancha del Camino del Norte

Camino del Norte en lancha

Desde hace siglos, para gran parte de los peregrinos que transitan por el Camino Norte de Santiago uno de los episodios más memorables son las travesías en lancha de los ríos y bahías del trayecto. Hacer una parte del Camino del Norte en lancha se convierte en una experiencia muy agradable o en precisamente lo opuesto; no suele haber términos medios.

Hasta entrar en Galicia, el Camino del Norte discurre muy cerca del litoral cantábrico, por el estrecho territorio que separa el mar de la cordillera. La costa cantábrica es una de las más accidentadas del sur de Europa, pues se encuentran en ésta decenas de rías y bahías; accidentes geográficos que le han aportado la belleza característica de este trayecto, pero que hasta el siglo XX suponían un importante obstáculo para los viajeros, pues la mayor parte de los ríos debían de ser remontados aguas arriba hasta encontrar puentes, en tanto que las bahías debían de atravesarse en embarcaciones de alquiler u obligaban a dar amplios rodeos.

Por ese motivo, hasta el siglo XX eran muchos los viajeros que optaban por abordar un barco en Bayona o San Sebastián y viajar por mar hasta un puerto de Galicia, para luego seguir por tierra hasta Santiago. Muchos otros peregrinos que no podían afrontar el considerable importe de un pasaje en barco solían tomar el ramal del Camino que va desde Hondarribia (o Irún) hasta Burgos, continuando luego por el Camino Francés (que cruza pocos ríos y es muy llano hasta casi entrar en Galicia).

Camino del Norte en lancha
Hondarribia

En la actualidad todos los ríos cuentan con puentes, en tanto que las bahías más importantes disponen de servicio regular de lanchas de cabotaje durante las horas diurnas. Nuestra primera recomendación al peregrino es no cruzar al moderno puente internacional que une a Francia con España, y en su lugar dirigirse hacia el puerto deportivo de Hendaya, desde donde se realiza la tradicional travesía en lancha hasta el muelle de Hondarribia. El cruce de la bahía de Txingudi, en la desembocadura del río Bidasoa, dura unos diez minutos y lleva la carga emocional de hacerlo del mismo modo que en la Edad Media. El horario veraniego es de 10 de la mañana a 1 de la madrugada, costando menos de diez euros cada pasaje.

Después de subir hasta el fuerte y la ermita de Guadalupe y hacer el espectacular recorrido hasta la entrada este de la angosta entrada de la bahía de Pasajes se llega a Pasai Donibane-Pasajes de San Juan, diminuto y maravilloso pueblo que conviene recorrer, aunque sea rápidamente. En su muelle hay un servicio de cabotaje entre las 7 de la mañana y las 11 de la noche; y dado que es muy empleado por los lugareños tiene el económico precio de setenta céntimos. De ningún modo recomendamos hacer el rodeo por toda la bahía, pues la vertiente sur es una zona industrial muy fea y en algunos lugares incluso prohibidos, debiéndose marchar por incómodas carreteras. Se trata de un trayecto cortísimo y sus cinco minutos de travesía resultan imprescindibles para quien peregrina. Es uno de esos momentos memorables del Camino del Norte en lancha.

Ya en Cantabria, en el pueblo de Laredo hay que dirigirse al extremo de su alargada playa de La Salve, donde entre las 9 horas de la mañana y las 21 de la noche (en verano) hay una lancha de cabotaje con el precio de dos euros. Es otra travesía del Camino del Norte en lancha muy recomendable, porque la alternativa es un larguísimo rodeo alrededor de la bahía que puede llevar bastantes horas. Este recorrido a pie hasta el pueblo marinero de Santoña tiene una ventaja: disponer de la ocasión de ver el espacio natural protegido de las Lagunas de Santoña, con una rica población de aves. Aunque aún más recomendable es hacer la agradable travesía y luego ir a ver las lagunas.

Camino del Norte en lancha
Pasajes de San Juan

La última travesía es casi obligatoria, pues la alternativa son 22 kilómetros de rodeo, en parte por zonas poco atractivas y por el borde de carreteras. Mucho más tradicional y agradable es tomar el barco en la localidad de Somo, en la cara sur de la playa de El Puntal; es una línea de cabotaje que suele funcionar de 8 de la mañana a 8 de la tarde y que cuesta 2,85€. Se trata de una travesía bastante larga, que dura unos veinte minutos. El comienzo de este recorrido del Camino del Norte en lancha permite ver a estribor de la embarcación la enorme lengua de arena de la playa de El Puntal, de ocho kilómetros de diámetro, que protege a la bahía de Santander, miembro del club de bahías más bellas del mundo.

En la singladura se hace una parada para recoger a más pasajeros en el muelle del pueblo marinero de Pedreña –famoso por su trainera y su golf (donde se formó Seve Ballesteros)- para después dirigirse la embarcación a Santander. El trayecto es muy bonito: se ve todo el frente marítimo de la ciudad, con la península de la Magdalena a estribor y el Centro Botín a babor. En el mismo muelle de arribada, a un centenar de metros más al sur del lugar de desembarco, tuvo lugar la terrible explosión del barco Cabo de Machichaco, un drama que supuso la destrucción de casi toda la ciudad.

Camino del Norte en lancha
Playa de El Puntal

Siempre que se sube a una embarcación hay que ser conscientes de que si hay viento la mar va a estar picada y resulta inevitable que la embarcación se mueva, así como sufrir algunas salpicaduras. Para disfrutar de estas rutas del Camino del Norte en lancha, recomendamos ponerse el chubasquero, pues el viento es más directo y la sensación térmica en la embarcación que no tenga cabina puede resultar fría; más de un peregrino se ha resfriado en esos trayectos de diez minutos y luego se ha pasado varios días arrepintiéndose de no haberse abrigado lo suficiente antes de abordar la embarcación. Si la climatología es muy adversa se suele suspender el servicio, por lo que la única alternativa es dar los rodeos antes comentados. Y ante cualquier incidencia a bordo, siempre es recomendable seguir exactamente las instrucciones de los tripulantes.