La Semana Trágica III: La normalidad vuelve a una ciudad herida

Lunes, 2 de agosto de 1909, Barcelona, L’indomable de Barcelona.

Parece sorprendente, pero después de los hechos acaecidos durante la semana pasada y aún con la ley marcial imperando en las calles, los trabajadores han vuelto a acudir hoy a sus puestos de trabajo. Este diario y esta reportera piden disculpas, humildemente, a sus lectores, pues no hemos sido capaces de publicar en los pasados días más noticias de lo qué estaba pasando. El clima de represión que se vivió desde el jueves lo hizo complicado. Sin embargo, hoy procuraremos resumir los acontecimientos acaecidos desde el jueves 29 con la veracidad que siempre nos ha caracterizado.

A modo de resumen, valga decir que la represión impuesta por el Capitán General ha sido severa. Aún no se sabe el balance oficial de detenidos ni de víctimas, pero se calcula que son más de 100 las víctimas mortales, en su mayoría rebeldes, y los detenidos se cuentan por centenares. Es posible que la cifra ascienda a los 2.000. Por otra parte, se desconoce el número de heridos y, por ahora, se han contabilizado al menos 40 edificios religiosos destruidos.

Iglesia de San Juan de Gracia

Cuando las tropas ocuparon Barcelona

El jueves 29, tras publicar nuestro último artículo, soldados procedentes de Valencia, Zaragoza, Pamplona y Burgos llegaron a la Ciudad Condal. Poco a poco, fueron  ocupando los barrios barceloneses: Poblenou, Dressanes, Clot, Sant Martí… El viernes, además, las tropas se vieron reforzadas por contingentes procedentes de Tortosa y, de nuevo, de Valencia.

Mientras tanto, algunos pacos siguieron disparando desde las azoteas y la noche que transcurrió del jueves 29 al viernes 30 continuaron los incendios de los edificios religiosos. No obstante, la noche del viernes el barrio de Horta se había convertido en el último bastión de los insurgentes, un bastión que fue ocupado finalmente en la tarde del sábado.

La vuelta a la normalidad después de una semana trágica

Poco a poco, la ciudad fue volviendo a la normalidad. Primero, con la circulación de los ciudadanos por el centro. Después, con la apertura de mercados, bancos y comercios. También, con la puesta en marcha de los telégrafos, así como de los teléfonos, comunicaciones que se habían cortado, mantenido a la ciudad aislada. Por último, la noche del sábado comenzaron ya a circular algunas líneas de tranvías. Antes, en este mismo día, el dirigente socialista Pablo Iglesias fue detenido.

Barcelona, una ciudad herida

Tranvías en el paseo de Gracia

Ayer, domingo 1 de agosto, comenzó un nuevo mes. Lo anunciaban las misas de desagravio que pudieron celebrarse en las iglesias que han sobrevivido a la quema. Lo anunciaba, también, el alcalde, que fijó un bando proclamando que el lunes todos los comercios volverían a la normalidad. Pero, ¿cómo volver a la normalidad después de todo lo que ha ocurrido? ¿Cómo fingir que no ha pasado nada?

Desde luego, no todo el mundo ha podido hacerlo: al anochecer una manifestación de mujeres recorrió las calles pidiendo la libertad de los presos, presos con los que a lo largo de estas semanas se verá lo qué ocurre, pues algunos, no lo duden, serán los chivos expiatorios de estos acontecimientos.

También ayer, los diarios volvieron a la palestra, lo hicieron de una forma sesgada: todos publicaron los resúmenes de la semana que habían redactado los directores de El Liberal y La Voz de Cataluña. Un nuevo mes empieza, una nueva semana. Con menos vidas que la anterior, con menos edificios, con un dolor que se respira en el aire. Barcelona es hoy una ciudad herida que se lame sus heridas. Veremos qué ocurre mañana.

Imagen de portada: Tropas de refuerzo llegadas desde Valencia entran en Barcelona. | Europeana bajo licencia CC BY-NC-ND