Las mejores escapadas cerca de Ponferrada

Ponferrada es famosa por su enorme castillo templario y por ser un hito del Camino Francés de Santiago, pero también permite realizar planes de auténtico lujo sin alejarnos demasiado de ella. Estamos en las míticas tierras del Bierzo, pero no mucho más allá nos esperan lugares igualmente memorables. Veamos en qué dirección nos llevan nuestros pasos en esta lista de magníficas escapadas desde Ponferrada.

Escapadas en los alrededores de Ponferrada que no puedes perderte

Tras el oro romano en Las Médulas

Las Médulas. | Shutterstock

Antaño una importante mina de la que los romanos extraían el más preciado de los metales, hoy Las Médulas representa un auténtico viaje en el tiempo y también un entorno de lo más sorprendente. Situado a menos de 30 kilómetros de Ponferrada, las extrañas formas y el color rojizo de este paisaje alienígena son la fusión perfecta de acción humana y la obra de la naturaleza.

Para conocer estas curiosas cuevas y túneles, se hacen visitas guiadas y hay paneles informativos en el lugar, además de un museo en Carucedo, pero también espléndidos miradores como el de Orellán o el de las Pedrices, a los que se puede acceder por alguna de las numerosas rutas senderistas que surcan la zona. Desde cualquier ángulo, esta ‘Capadocia española’ es una escapada cautivadora.

Espíritu arriero en Castrillo de los Polvazares

Castrillo de los Polvazares. | Shutterstock

Los arrieros eran aquellos que históricamente transportaban mercancías de un lugar a otro, y ese oficio fue especialmente importante en la zona de la Maragatería, en el corazón de la provincia leonesa. Uno de los pueblos que nos transportan a aquellos tiempos es sin duda Castrillo de los Polvazares, 50 kilómetros al este de Ponferrada.

El pueblo, con su característico color terroso, es de los que mejor conservan su arquitectura tradicional. Los arrieros solían habitar espléndidas casas con patio que aún hoy lucen la dignidad de sus piedras y el fino trabajo en hierro de cerraduras y otros elementos, a veces con vivas notas de color en puertas y ventanas. La visita se puede alargar hacia la vecina Astorga, pero lo que no debería faltar es un buen cocido maragato.

En busca de la Cascada del Gualtón

Cascada del Gualtón. | Shutterstock

Si algo tiene Ponferrada son espectaculares entornos naturales por los cuatro costados. A solo 25 kilómetros, en dirección sureste, se halla la cascada más alta del Bierzo: la del Gualtón.

Para dar con ella hay que acercarse a Carracedo de Compludo, uno de esos pueblecitos leoneses con tejados de pizarra y muros de piedra ocre, un atractivo en sí mismo. La ruta hasta la cascada tiene algún tramo complicado, por lo que no se recomienda para niños, pero la meta es simplemente fabulosa.

La zona tiene otros muchos alicientes, como la venerable herrería de Compludo, fantásticamente conservada, o alguno de los miradores. Pero una opción de lo más interesante, de regreso a Ponferrada, puede ser detenerse en Molinaseca y disfrutar de la piscina natural del río Meruelo, con vistas al puente romano y a la elegante Iglesia de San Nicolás de Bari.

Entre Babia y Luna, rozando el cielo

Parque Natural de Babia y Luna. | Shutterstock

En poco más de hora y cuarto de coche, el norte de la provincia se convierte en un grandioso escenario natural a los pies de la Cordillera Cantábrica, muy cerca ya de Asturias. Allí los parques naturales se suceden, pero nuestro destino es el de Babia y Luna, probablemente la zona más impactante de todo León. Y eso que apenas hay árboles, sino que son las verdes praderas las que ondulan junto a las portentosas rocas hasta donde alcanza la vista.

Los tesoros de estos valles requieren tiempo. Hay pueblos deliciosos como La Cueta, el más alto de la comarca; hay bellísimos lagos, como la Laguna Grande; no faltan fascinantes cascadas como las de Treméu o Llumaxu. Y de fondo imponentes crestas calizas, habitadas por rebecos, rapaces y numerosas especies de plantas que solo existen aquí.

El Valle del Silencio

Peñalba de Santiago. | Shutterstock

Peñalba de Santiago es uno de los pueblos más bonitos de León y de toda España. Aunque dista apenas 25 kilómetros de Ponferrada, la carretera que conduce a él obliga a bajar las revoluciones. Solo así se pueden saborear atractivos del camino como el milenario tejo de San Cristóbal de Valdueza o, más a lo lejos, el castañar de Manzanedo, con una vetusta herrería ya abandonada detrás.

El pueblo merece una visita, que nunca decepciona, pero muy cerca hay magníficas montañas por explorar, de más de dos mil metros, alguna bonita cascada y también algún insospechado lugar lleno de espiritualidad: la Cueva de San Genadio.

Algo más apartado se ubica el monasterio y albergue de San Pedro de Montes. Este rincón leonés, la llamada ‘Tebaida Berciana’, lo tiene todo para alejarnos del mundanal ruido y devolvernos renovados.

Hacia Balouta y los maravillosos Ancares

Vista panorámica de Balouta desde el Puerto de Ancares. | Shutterstock

Los Ancares Leoneses son una zona aislada durante siglos, un mundo que ha gravitado siempre hacia la órbita gallega y la asturiana, sin mezclarse nunca del todo. El resultado es una fantástica reserva de la biosfera que hoy nos maravilla con la pureza de su medio natural. Pasado el Puerto de Lumeras aguarda el de Ancares, después de bastantes kilómetros sin detectar presencia humana. Solo cuando ya estamos cerca del triple límite autonómico llegamos a Balouta, el último pueblo leonés.

Situado a 1100 metros de altitud, Balouta solo se puede definir como idílico, un grupo de casas vetustas en medio de prados que permanecen verdes todo el año. Esas casas tradicionales son las pallozas, construcciones con tejados de paja de centeno, y Balouta y el vecino Piornedo son donde más ejemplos sobreviven. Al fondo, las cumbres de la Sierra de Ancares y la de Mingatón añaden el blanco de la nieve durante largos meses, creando una estampa imborrable que forma parte de una de esas escapadas desde Ponferrada que no hay que perderse.

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