El pueblo con el nombre “maldito” en la Costa Tropical

La Costa Tropical, allí donde la provincia de Granada se abre al Mediterráneo, continúa albergando rincones poco conocidos, a pesar de su irresistible encanto. El pueblo que vamos a descubrir no solo es poco conocido, sino que su propio nombre está rodeado de supersticiones y los habitantes de la zona apenas lo usan. Pero ¿por qué su nombre está maldito?

Un “pueblecillo” entre los cerros y el mar

«El Pueblecillo» es la manera, un poco genérica y disimulada, en que los lugareños suelen referirse a este núcleo costero de poco más de mil habitantes. Pero su verdadero nombre es La Mamola, ubicado en el municipio de Polopos, en la parte oriental de una zona famosa por sus playas y sus cultivos tropicales.

El mal fario de La Mamola

La Mamola
La Mamola. | Shutterstock

La pesca y la agricultura han sido desde siempre las actividades principales del pueblo. Los invernaderos que alimentan a medio país siguen muy presentes tanto en este pueblo como en toda la comarca, pero la pesca empezó a escasear hace ya tiempo.

Fuera por la escasez o por cualquier otro motivo, a mediados del siglo XX se recurrió al uso de dinamita para pescar, un método sumamente destructivo que, a la postre, fue el origen de la superstición que envuelve a La Mamola. Al quedar vinculado al uso de explosivos, el nombre del pueblo pasó a ser evitado y hoy sigue siendo más conocido como «El Pueblecillo».

Los orígenes del pueblo innombrable

La Mamola
La Mamola. | Shutterstock

La Mamola sigue siendo en la actualidad una franja blanca de casas frente a la arena oscura. Sus edificaciones están perfectamente alineadas en el estrecho margen que dejan la playa, con sus característicos espigones, y los cerros salpicados de invernaderos.

La población comenzó como una especie de avanzadilla costera de Polopos, en una zona asediada durante siglos por corsarios. En las cercanías quedan norias y aljibes rurales de época andalusí, pero lo que mejor expresa aquellos tiempos difíciles son las fortificaciones. Solo cuando corsarios y bandidos fueron a la baja pudo La Mamola dedicarse con tranquilidad a pescar y cultivar.

El legado de la lucha contra los piratas

Torre del Cautor
Torre del Cautor. | Wikimedia

Estas defensas de la costa granadina de tiempos lejanos han dejado interesantes restos en La Mamola y su entorno. El más vistoso es la Torre de Cautor, una atalaya que corona uno de los cerros a 80 metros por encima del mar. Subir hasta la torre es una de las excursiones más interesantes de la zona y una vez allí podemos imaginarnos a los tres guardias que vigilaban la costa desde su interior.

Torres como esta son un símbolo de la costa granadina y de buena parte de Andalucía, una línea de defensa que se extiende con otras construcciones como la Torre de Velilla, en Almuñécar, o la Torre de Cerro Gordo. La situada en La Mamola es de las más antiguas, aunque no documentada hasta el siglo XVI.

La playa, el gran tesoro de La Mamola

La Mamola
La Mamola. | Shutterstock

La discreción de este pueblo “innombrable” ha permitido que su fantástica playa sea todavía un lugar tranquilo y acogedor, una verdadera joya de arena fina y el típico tono grisáceo de la costa granadina. Los espigones, que suman ocho, le aportan una silueta fácilmente reconocible, y son muy apreciados para pescar con una calma total.

Detrás, el coqueto paseo marítimo es un lugar ideal para deleitarse con el entorno y probar algunas de las delicias culinarias de la zona, como el pescado frito o algún guiso de pescado. Tampoco faltan productos cárnicos de primera (panceta, morcilla, choto), ni postres deliciosos como las galletas fritas, los roscos o el pan de higo.

Otro punto a favor de la magnífica playa de La Mamola es que cuenta con una zona de fondeo, donde se pueden anclar barcos y así disfrutar de embarcaciones deportivas o de cualquier tipo.

Descubriendo los alrededores

Polopos
Polopos. | Shutterstock

Los alrededores de La Mamola permiten visitas y recorridos de lo más interesantes, con reclamos para todos los gustos. Una de las mejores actividades es hacer la ruta a pie hasta Polopos y adentrarse por el barranco en la naturaleza de la llamada Alpujarra del Mar.

Polopos, a 700 metros sobre el mar, es un bonito pueblo blanco en el que destacan las bodegas donde se elabora un vino muy reconocido. Desde la plaza de la iglesia, las vistas sobre el Mediterráneo son un colofón memorable para cualquier visita.

Esta Alpujarra marítima tiene otros puntos que invitan a conocerlos, como los acantilados de Gualchos u otros pueblos agradables con playas idílicas: Castell de Ferro, Melicena o La Rábita. Algo más al interior, cerca de Polopos, esperan Sorvilán, Rubite o Haza del Lino, todos con espléndidos miradores sobre este trozo de paraíso.

Sigue nuestro canal de WhatsApp para descubrir lo más fascinante de España ??