La mezquita más grande de España

Con la prohibición del islam a mediados del siglo XVI y la expulsión de los moriscos poco después, la civilización árabe quedó oficialmente borrada de la península. Una cultura arraigada durante siglos y que dio frutos que aún hoy nos deslumbran fue reducida a ruinas. Sin embargo, a finales del siglo XX, el islam renacía en España como un ave fénix.

El Centro Cultural Islámico de Madrid, la mezquita más grande de España

Cualquiera que circule por la M-30 a su paso por Ciudad Lineal está familiarizado con esa imponente mole blanca que parece sacada de Las mil y una noches. La Mezquita de la M-30, como se la ha acabado conociendo, se ha convertido en un icono de ese distrito y de todo Madrid. A pesar de ese carácter emblemático y de su fastuosidad, lo cierto es que sigue siendo una gran desconocida.

Los avatares de la mayor mezquita española

Centro Cultural Islámico de Madrid. | Shutterstock

Los orígenes del Centro Cultural Islámico de Madrid se remontan a los años 70, cuando 18 países acordaron construir una mezquita en la capital. Sin embargo, ese proyecto quedó inactivo durante largos años hasta el decisivo impulso del rey Fahd de Arabia Saudí, que aportó el dinero necesario: 2000 millones de pesetas.

En 1992, los reyes de España, acompañados por el príncipe saudí, inauguraron el gran templo islámico. Aunque Madrid ya tenía la Mezquita Central, y otras ciudades peninsulares como Marbella ya poseían mezquitas desde hacía años, la de la M-30 enseguida destacó por su magnificencia. La vieja Mayrit nunca habría aspirado a tanto.

Conociendo la formidable Mezquita de la M-30

Lo excepcional del minarete

El minarete de la mezquita más grande de España. | Shutterstock

Lo primero que se divisa de este magno edificio es el minarete o alminar, la característica torre que sirve para llamar a la oración. El de esta mezquita es el segundo levantado en Madrid en el siglo XX, después del de la Gran Mezquita Central, pero, curiosamente, también ha sido el último, a pesar de haberse construido bastantes más templos.

Lo infrecuente del canto del muecín (el encargado de convocar a los fieles a la mezquita) en nuestra sociedad hace que apenas se haya utilizado el minarete para su función más típica. Y de hecho ha provocado que ya no se construyeran más. Ahí queda, en todo caso, el de la Mezquita de la M-30, como enseña del horizonte madrileño.

Una maravilla de mármol blanco

Mezquita de la M-30. | Zarateman, Wikimedia

Vista más de cerca, algo que llama la atención de la gran mezquita madrileña son las líneas depuradas y los materiales. El mármol blanco cubre las fachadas con su apariencia limpia y brillante. Es un color asociado a la pureza y lo divino. Nos topamos con una visión de belleza y durabilidad, de luz y espiritualidad, no exenta de una demostración de poderío.

En contraste, las tejas rojas nos traen evocaciones de la Alhambra de Granada, sin duda el monumento musulmán más famoso de España. En lo alto, la cúpula radiante trasmite un sentido de grandeza, con su simbolismo celestial. No faltan detalles típicamente árabes como las caligrafías y patrones geométricos, que añaden complejidad y hermosura al conjunto.

Tras las puertas de la mezquita

Mezquita de la M-30. | Shutterstock

Los arcos árabes de las entradas, con su evocación del conocimiento y la fe, nos dan la bienvenida a 12 000 m² divididos en seis plantas, los que hicieron de esta mezquita en su momento la más grande de Europa. Esta superficie permite albergar, además del espacio de culto, un colegio, una impresionante biblioteca en varios idiomas, un museo, salas de exposiciones, auditorio, gimnasio, viviendas y hasta un restaurante.

Si accedemos a la sala de oración, lo que nos viene enseguida a la mente es la Mezquita de Córdoba, en la que se inspira este espacio diáfano, poblado de elegantes columnas y arcos, cubierto por bellas alfombras con patrones geométricos y tonos verdosos que armonizan con el resto de la sala. Las lámparas y arañas que cuelgan proporcionan una luz suave, que resalta cada detalle y que nos invita a la meditación.

Una visita imprescindible en Madrid

El carácter no solo religioso sino también cultural de la Mezquita de la M-30 hace que resulte muy fácil acercarse a este impresionante lugar. Sus variados recursos están a disposición del gran público, pero si se desea acceder al espacio de culto, lo mejor es realizar una visita guiada de las que ofrecen gratuitamente cada miércoles a mediodía.

Es importante tener en cuenta los requisitos de vestimenta para poder realizar estas visitas y para entrar en la zona de oración, y así conocer de cerca uno de los lugares más sensacionales y sugerentes de todo Madrid, en el que vamos a poder comprobar el esplendor que conserva la cultura musulmana a día de hoy.

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