El crimen que inspiró 'Bodas de Sangre'

Exterior. Día. ¿Desierto? Cuando la obra empieza, una mujer está tendida en un suelo marrón y seco con una tela pegada a su rostro. Ropajes y cuerpo están totalmente impregnados tanto de sangre como de barro. Parece muerta, pero respira. Así inicia la directora Paula Ortiz La novia, adaptación cinematográfica de la obra de Federico García Lorca Bodas de sangre. Este inicio es una premonición del desastre.

Imagina. Ahora hay un fundido a negro y la escena transita entre un tiempo y otro, entre ficción y realidad. Interior. Día. Residencia de Estudiantes de Madrid. De repente, estamos en 1928. Federico se halla con dos compañeros, Santiago Ontañón y Diego Burgos. Este último, al entrar en la habitación, tira en la mesa un ejemplar de ABC. Federico lo coge y se queda prendado de una noticia: “Crimen desarrollado en circunstancias misteriosas”. El artículo ejerce en el poeta una fascinación inmediata.

FEDERICO (sorprendido). ¡La prensa, qué maravilla! ¡Leed esta noticia! Es un drama difícil de inventar.

Así se plantó en el dramaturgo la semilla de una nueva idea que, cinco años después, germinaría en la forma de Bodas de sangre, una de las obras magnas de Lorca, que desarrolla la historia de un triángulo amoroso con fatales consecuencias.

La novia de Níjar

MADRE. Acércate. ¿Estás contenta?

NOVIA. Sí, señora.

PADRE. No debes estar seria. Al fin y al cabo ella va a ser tu madre.

NOVIA. Estoy contenta. Cuando he dado el sí es porque quiero darlo.

Pero no lo estaba. La Novia pensaba en secreto en Leonardo, el que fuera su novio durante su adolescencia…

Cortijo del Fraile

Fundido a negro de nuevo. Pies a la tierra, a la que baña el sol de Níjar. Allí, en los años 20, el cortijo del Fraile se erguía en todo su esplendor. En la actualidad, siglo XXI, lo que queda de él son poco más que ruinas. Pero entonces vivía en él una familia formada por cinco hermanos y su padre. Una de las hijas se llamaba Francisca Cañadas Morales, más conocida en el pueblo como Paquita la Coja. Más conocida nacionalmente como La Novia.

Paquita era coja desde bien pequeña, no se sabe si por una paliza que le propinó su padre o por una poliomielitis. “Esta fue la causa de que Paquita, a diferencia de sus hermanas y de las otras chicas de la comarca, en lugar de dedicarse a las faenas del campo, aprendiera a bordar, a coser y a hacer encajes”, señala Luis Martín Carretera en su artículo Bodas de sangre: ¿literatura o realidad?

PADRE. Qué te digo de la mía. Hace las migas a las tres, cuando el lucero. No habla nunca; suave como la lana; borda toda clase de bordados y puede cortar una maroma con los dientes.

Se dice que debido al sentimiento de culpa que pesaba sobre el progenitor de Francisca, este “decidió que para ella serían las tierras del cortijo de El Hualix, el cortijo en el que vivió hasta su muerte en 1987, y que la dotaría con 15 000 pesetas”, apunta Martín en dicho escrito. Puede decirse entonces, sin miedo a equivocarse, que Paquita la Coja era una mujer rica, más aun teniendo en cuenta su género en los tiempos que corrían.

Dramas familiares y un anhelo secreto

reparto crimen de Níjar

Pero, en realidad, esta fortuna no le trajo a Paquita más que desgracias. Su hermana Carmen Cañadas tenía envidia de su situación “privilegiada”, así que intentó hacerse con sus bienes de la siguiente manera. Carmen estaba casada con José Pérez y ambos vivían con el hermano del último: Casimiro Pérez. A Carmen se le ocurrió que Francisca y Casimiro podrían casarse y así ella tendría un acceso más fácil a la herencia de la Coja.

Los planes de Carmen se cumplieron y se fijó el día 22 de julio de 1928 como la fecha de la boda. No obstante, Paquita en realidad estaba enamorada de otro hombre: su primo Francisco Montes Cañadas. El día de la boda, la susodicha huyó con él a caballo. La tragedia ya estaba preparada.

LUNA. La luna deja un cuchillo abandonado en el aire que siendo acecho de plomo quiere ser dolor de sangre.

El desenlace: la oscura raíz del grito

Exterior. Día. Paquita y Francisco huyen de Níjar montados a caballo. ¿O son Leonardo y La Novia? Quizás en este punto realidad y ficción se parecen más que nunca. Los elementos lorquianos están a punto: el caballo que corre desbocado a su destino, la noche oscura que augura la muerte, la novia a la fuga… Pero hay una diferencia importante. Todo apunta a que Francisco no está enamorado de su prima. Solo accede a irse con ella después de hablar con su madre, la tía de Francisca, alentados por el dinero que esta posee.

la novia, inma cuesta

Volvamos a la escena. Los primos montan a caballo en la oscura noche, pero hay una elipsis. En el cortijo, los invitados comienzan a impacientarse. Casimiro está esperando. ¿Dónde está la novia? Y el resultado inevitable: los primeros convidados comienzan a abandonar la casa hasta que uno de ellos encuentra el cadáver de Leonardo, es decir, de Francisco. Pero no ha sido asesinado por un cuchillo, al estilo de la obra de Lorca, sino por cuatro balazos. ¿Y la novia? A Paquita no se la ve por ningún sitio.

MADRE. Y apenas cabe en la mano, pero que penetra frío por las carnes asombradas y allí se para, en el sitio donde tiembla enmarañada la oscura raíz del grito.

Lo que pasó: el crimen de Níjar

Tras la llegada de la Benemérita, La Novia salió de su escondite con las ropas ensangrentadas y con signos de haber mantenido una lucha física. Los periódicos locales en primer lugar y los nacionales después se hicieron eco del suceso, que terminó siendo bautizado como "el crimen de Níjar". Esta es la noticia que leyó Federico un par de días después del asesinato en las páginas de ABC.

Almería, 24. En las inmediaciones de un cortijo de Níjar  se ha perpetrado un crimen en circunstancias misteriosas.

Para la mañana de ayer se había concertado la boda de una hija del cortijero, joven de 20 años.

En la casa se hallaban esperando la hora de la ceremonia el novio y numerosos invitados. Como la hora se acercaba y la novia no llegaba ni aparecía por la casa, los invitados se retiraron contrariados.

Uno de éstos encontró a una distancia de ocho kilómetros del cortijo el cadáver ensangrentado de un primo de la novia que iba a casarse, apellidado Montes, de 34 años. A las voces de auxilio del que hizo el hallazgo, acudieron numerosas personas que regresaban de la cortijada y la Guardia Civil, que logró dar con la novia, que se hallaba oculta en un lugar próximo al que estaba el cadáver, y con las ropas desgarradas

Detenida la novia, manifestó que había huido en unión de su primo para burlar al novio. La fuga la emprendieron en una caballería, y al llegar al lugar del crimen les salió al encuentro un enmascarado, que hizo cuatro disparos, produciendo la muerte de Montes.

También fue detenido el novio, que niega toda participación en el crimen, que hasta ahora aparece envuelto en el mayor misterio.

Unos días después, el mismo diario publicó otra noticia sobre el crimen de Níjar. El hermano del novio, marido de Carmen Cañadas (la hermana de Francisca), confesó que había sido él el autor del crimen. Borracho, caminaba en las cercanías del cortijo cuando se encontró a su cuñada subida a caballo con otro hombre. Entonces “sintió tal ofuscación y vergüenza por la ofensa que se le infería a su hermano, que se abalanzó sobre el fugado”, tal como indican las páginas de ABC. Francisco Montes tenía un revólver en su poder, arma que le fue arrebatada por su atacante y bajo la cual sucumbió a la muerte.

Bodas de Sangre

La Novia, es decir, Paquita la Coja, declaró que José Pérez  no iba solo. Estaba acompañado de su hermana Carmen, que ni corta ni perezosa intentó estrangular a Paquita hasta darla por muerta. Un dramón, vamos. El artículo de Martín Carretero mencionado con anterioridad afirma que “Carmen y su marido fueron condenados por el juez, pero nunca se supo quién de los dos fue el autor material de los hechos”. “Unos dijeron que fue Carmen la que disparó y la misma que intentó estrangular a su hermana sin participación del marido; otros, que fue un extraño personaje que huyó después al extranjero”, añade el autor.

Las versiones varían de unas noticias a otras, dando credibilidad a unos detalles u otros. No obstante, los elementos principales están ahí. De hecho, según señalan Allen Josephs y Juan Caballero en la edición de Bodas de sangre de Cátedra, “importa menos averiguar lo que ocurrió de verdad que lo que Lorca leyera en la prensa”, pues sería lo que realmente inspirara al poeta.

El después de 'Bodas de sangre': una mujer muerta en vida

Tras los turbulentos sucesos de Bodas de Sangre quedan una madre y una novia destrozadas, además de otros personajes. Pero eso es todo lo que podemos saber de la tragedia, pues la obra de Lorca baja aquí su telón. Solo podemos imaginar la suerte que desde entonces correrá La Novia, que, suponemos, no será mucha. De Paquita la Coja, en cambio, sí podemos saber el después. “Tras esta tragedia familiar, la familia de la novia condenó la actitud de la hija y la enterró en vida en un cortijo de donde nunca salió. Fue tratada como una indeseable”, señala Martín Carretero.

Duna de arena en la bahía de Monsul en el Parque Natural de Cabo de Gata

El 10 de julio de 1987 El País publicó un artículo titulado La novia de Bodas de sangre falleció en Níjar, noticia en la que relataron que Francisca había muerto durante la madrugada anterior a sus 84 años de edad debido a una arteriosclerosis cerebral. En él, el periodista Antonio Torres aseguró que “periodistas y escritores de todo el mundo han desfilado durante el último medio siglo en busca de algún testimonio de Francisca Cañadas con resultados infructuosos”. “Hablar con esta mujer suponía enfrentarse a hijos y nietos, quienes celosamente la han tenido apartada”, añade.

Todo apunta a que Francisca Cañadas murió sola, pagando hasta el último de sus días una decisión impulsiva y pasional en una sociedad regida por la tradición y la rigidez. “A pesar del tiempo que llevaba en relaciones con mi novio no podía olvidar la gran ilusión que por mi primo sentía”, declaró Paquita en una entrevista concedida al Diario de Almería durante su breve estancia en la cárcel.

Una tumba sin nombre

Exterior. Noche. Cementerio de Níjar. Como en todo camposanto hay mausoleos, nichos y tumbas a la manera más clásica. La mayoría tienen flores e incluso fotos. Pero también, como en todos los cementerios, hay algunas que ni siquiera llevan el nombre del difunto inscrito. A veces, pedazos de tierra con una cruz puesta encima son cama suficiente para pasar la eternidad.

En alguna de estas tumbas está enterrada Paquita la Coja, que fue inhumada sin su nombre. No merecía tal deferencia según aquellos para los que irse con otro hombre era peor que asesinar o intentar estrangular a otra persona. Pero a Paquita, ya lo saben, no le hace falta sepulcro de piedra, pues Bodas de Sangre la recuerda todavía y lo hará hasta la eternidad en su tumba de papel.