La Motilla del Azuer, la ciudad perdida de la Edad de Bronce

Que la Motilla del Azuer es una maravilla es algo que salta a la vista. A la de pájaro, porque da la sensación de ser un laberinto de formas sinuosas en el que perderse. También cuando uno se planta delante de sus muros, algunos de los cuales superan los ocho metros de altura. Y, aún más, cuando se descubre su historia. La Motilla del Azuer, situada en el municipio de Daimiel, en Castilla-La Mancha, pertenece a la historia antigua de la península ibérica. A un momento del tiempo que resulta lejano, inevitablemente misterioso, casi desconocido, siempre estimulante.

¿Por qué fue importante?

La Motilla del Azuer fue importante para esta sociedad prehistórica porque cumplió una función que sigue siendo de evidente valor vital hoy en día: fue su hogar. Sin embargo, estos asentamientos fueron únicos, raros, incluso en plena Edad del Bronce. Esto explica que solo se conserven una treintena de motillas. De todas ellas, la protagonista de estas líneas, la cuarta de las 7 Maravillas de la España Antigua, es la de mayores dimensiones.

Motilla del Azuer

En esta Edad del Bronce, el ser humano se decantó por construir asentamientos variados, de diferentes formas y con diferentes objetivos. En el caso de las motillas, respondían a la necesidad de sus habitantes de sacar provecho a los espacios llanos que ocupaban. El cambio climático sufrido en las décadas anteriores había dejado como resultado un entorno más árido y más seco, y las motillas nacieron también como una respuesta a la necesidad de obtener agua del subsuelo. Así, en este enclave encontramos también el pozo documentado más antiguo de la Península.

Estas sociedades trabajaron la agricultura y la ganadería, alcanzaron una organización social más compleja y tuvieron que enfrentarse también a los vecinos, deseosos de hacerse con los mejores recursos. Esto potenció la proliferación de armas, y las construcciones de carácter monumental que sirvieron también como defensa ante los ataques. Todo esto conduce directamente hasta aquí, hasta la Motilla del Azuer, considerada el yacimiento más representativo de la Edad del Bronce manchega.

¿Cómo empezó su historia?

Motilla del Azuer

Su historia tuvo que comenzar con mucho esfuerzo por parte de estas sociedades, porque esta arquitectura monumental no pudo llevarse a cabo de otro modo. Este yacimiento es, al mismo tiempo, fortaleza, hogar y un recinto dedicado a la extracción, aprovechamiento y almacenaje de los recursos con los que subsistían.

Da la sensación de que se construyó a partir de la gran torre central, que domina el conjunto. Los estudios han identificado dos espacios principales: un recinto interior fortificado, siempre en torno a esta torre, y un espacio externo. En esta última zona se encontraban las viviendas, también de tipologías diferentes. Con planta oval o rectangular, se alternaban con espacios abiertos dedicados a las tareas de producción y también con otros destinados al almacenamiento. Se cree que este yacimiento estuvo habitado por algo más de cien personas.

Estas cien personas fueron las responsables de la estructura hidráulica más antigua de la Península, anteriormente ya mencionada. Entre sus muros, de considerable tamaño, pueden distinguirse también grandes silos de almacenaje, así como túmulos. Estos últimos estaban dedicados a la práctica ritual. En ellos se depositaban ofrendas y también se enterraba a los difuntos. En torno al yacimiento, en cualquier caso, se han encontrado también zonas de enterramiento. Es algo que no varía en este nuestro viaje por la historia: el ser humano siempre ha cuidado de sus muertos.

¿Cómo ha llegado hasta nuestros días?

Calles de Motilla del Azuer

La Motilla del Azuer ha sobrevivido por una razón muy concreta: es un monumento antiguo que hay que conservar. Su función práctica es, a día de hoy, nula. Su valor histórico, cultural, emocional incluso, es incalculable. Siendo como es, como ya se ha dicho, el yacimiento más representativo de esta época lejana cuyos detalles se han descubierto con sudor y cuentagotas.

No fue hasta finales del siglo pasado cuando se concretaron grandes proyectos de investigación y estudio de la zona. Desde 1974 no se ha dejado de trabajar en el lugar. Diferentes campañas de excavación y de restauración convierten a la Motilla del Azuer en el yacimiento arqueológico de la Edad del Bronce del que más detalles se conocen. En junio de 2013, el gobierno de Castilla-La Mancha declaró que este yacimiento era un Bien de Interés Cultural, gestionado desde hace años por el Ayuntamiento de Daimiel.

¿Por qué nos sigue alucinando?

Los impresionantes muros del yacimiento

Encontrándose como se encuentra a escasos treinta minutos del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, la Motilla del Azuer, en los últimos años, ha crecido en popularidad entre los visitantes. El boca a boca ha hecho mucho, y resulta inevitable recrearse en las particularidades del lugar una vez que lo conoces. La Motilla del Azuer sigue alucinando por sus formas sinuosas, y también por la profundidad de éstas, inimaginables en la distancia.

Como sucede con todas las maravillas que componen esta lista, desde las murallas romanas de Lugo hasta la Naveta des Tudons, pasear en torno a este monumento es desafiar al tiempo. Es caminar entre los siglos, casi acompañado de las sociedades prehistóricas que idearon su construcción, con el único objetivo de, en fin, vivir. Así que asomarse a ese pozo antiguo es asomarse a una forma de vida que pertenece a otra época, de la que uno siempre quiere saber más. Y esto es maravilloso.