31 rincones de Galicia para entender cómo es Galicia

Es extremadamente complejo tratar de explicar cómo es Galicia, sobre todo porque las definiciones y descripciones más clásicas tienen que estar de manera obligatoria, para poder entenderlo de verdad, acompañadas de las sensaciones que se viven en primera persona, cuando se respira el aire de la Ribeira Sacra o se escucha el océano en la Costa da Morte. Pero vamos a intentarlo.
Para entender lo que es Galicia hay que entender, primero, su pasado. Por eso la primera imagen es el castro de Santa Trega, del siglo IV a. C. Se encuentra en un monte de la provincia de Pontevedra, frente a la desembocadura del Miño, en la frontera que divide Galicia y Portugal, es además un mirador fantástico. Pero, sobre todo, un rincón histórico. | Shutterstock
Otra imagen del pasado: las pallozas de Piornedo, en la provincia de Lugo. Estas viviendas, presumiblemente de origen celta, estuvieron utilizándose hasta bien entrado el siglo XX. Piornedo es uno de los rincones más auténticos de la sierra de Ancares. | Shutterstock
También los romanos dejaron su huella en la comunidad. Buen ejemplo de eso, y de la riqueza de la naturaleza gallega, se encuentra en la provincia de Ourense y las numerosas termas de las que pueden disfrutarse. | Shutterstock
Otro ejemplo romano, pero absolutamente necesario: la muralla de Lugo capital. Se conserva prácticamente entera. Es un ejemplar único en el mundo. | Shutterstock
Otro monumento que no va a encontrarse en ningún otro lugar: la Torre de Hércules, el faro más antiguo del mundo. Patrimonio de la Humanidad, se encuentra en A Coruña y debe visitarse. | Shutterstock
Estos romanos creyeron que Fisterra era el fin de la tierra y así lo llamaron. Lugar de peregrinación, atardecer más popular de la geografía española, rincón sagrado, precioso, lleno de matices... Uno no se cansa de acabar aquí los días. | Shutterstock
Más historia: la torre de San Sadurñino, en la interesante Cambados, provincia de Pontevedra. Sus ruinas son el recuerdo de las numerosas batallas que se libraron, por ejemplo, contra los vikingos. Construida en torno al siglo V, sobre un emplazamiento más antiguo, es protagonista de numerosas leyendas. Fue un faro para quienes llegaban a través de las aguas y también una manera de alertar a los vecinos de que, precisamente, alguien estaba llegando. Lugar de mucha historia. | Shutterstock
Claro que quizá el lugar con mayor historia es Santiago de Compostela. Desde que se encontrara, allá por el siglo IX, la supuesta tumba del apóstol Santiago, el movimiento de peregrinaje hasta el lugar no ha parado. Es más: cada año es mayor. Por la fe y por la experiencia, el Camino de Santiago es, dicen, algo que hay que hacer una vez en la vida. Es también una buena manera de entender aquello de la hospitalidad de los gallegos. | Shutterstock
Lo que uno se encuentra a lo largo del Camino de Santiago, y en Galicia en general, son muchos cruceiros. Dicen que más de 10.000. El de la imagen corresponde está situado en la playa de Fontaiña, en Vigo.
Otra imagen típica tiene que ver con los hórreos, una construcción destinada a secar, curar y guardar el maíz que ha terminado mimetizándose con el paisaje. En la fotografía, los hórreos de Combarro, en la provincia de Pontevedra. | Shutterstock
Y aún más historia gallega: el pazo de Ibáñez, en Ribadeo, es un pazo de estilo neoclásico, del siglo XVIII, en el que se recuerda cómo estaba estructurada la sociedad gallega de hace siglos. | Shutterstock
Aunque sí hay que quedarse con un pazo, entonces debe destacarse el pazo de Oca que, con sus edificios y sus jardines, constituye el ejemplo más admirado de este tipo de viviendas. | Shutterstock
Como Combarro, son numerosos los pequeños núcleos de población que pueden visitarse para descubrir el valor, la riqueza y la belleza de la vida rural. En la fotografía, Allariz, provincia de Ourense. | Shutterstock
Mucho más pequeño es Ponte Maceira, en la provincia de A Coruña, pero igualmente estimulante. En esta aldea de apenas cien habitantes se disfruta de la naturaleza, la historia y la tranquilidad características de la comunidad. | Shutterstock
Más lugares de peregrinación: el santuario de San Andrés de Teixido. Un famoso dicho gallego habla de su importancia: A San Andrés de Teixido vai de morto o que non foi de vivo. Ve cuando estés vivo o lo harás cuando hayas muerto. | Shutterstock
Cuando se trata de los pueblos que existen frente al mar o el océano, es esta presencia la que condiciona la vida. Es imposible entender Galicia sin esta relación. En la fotografía, el puerto de Corcubión ejemplifica bien esto. | Shutterstock
La ría de Pontevedra, plagada de bateas, es también una imagen mítica. Galicia tampoco puede entenderse sin su gastronomía y su gastronomía se sostiene, en buena medida, en los productos del mar. | Shutterstock
Nos quedamos en el mar para ofrecer esta imagen de las islas Cíes. La costa gallega está salpicada de islas e islotes, algunos también de visita obligada. Es el caso del Parque Natural marítimo-terrestre de las Islas Atlánticas, un paraíso. | Shutterstock
Estas islas, por cierto, pueden apreciarse bien desde el llamado cabo do Home, que sirve como base para señalar esos acantilados característicos repletos de faros y vistas de ensueño. Este rincón concreto se encuentra cerca de Vigo. | Shutterstock
En Vigo hay que quedarse para hablar de una ciduad en continúo crecimiento que ha sabido encontrar el equilibrio entre su parte industrial y su parte histórica. Desde su precioso castro se obtienen unas vistas imperdibles. | Shutterstock
Todavía en la costa, quizá la imagen más impresionante se obtenga en la llamada playa de las Catedrales, en Lugo. Estas formaciones rocosas atraen cada año a miles de personas. | Shutterstock
No solo de costa vive Galicia: en el interior se encuentra esta tierra sagrada conocida como Ribeira Sacra que deja paisajes espectaculares. Este rincón concreto, el Balcón de Madrid, tiene una historia de gran valor asociada: era el lugar donde los gallegos despedían a sus familiares que marchaban a Madrid. | Shutterstock
La Ribeira Sacra se extiende entre Ourense y Lugo, con el Sil y el Miño condicionando el paisaje. Así surge la llamada viticultura heroica, con estos socalcos en pendientes imposibles. | Shutterstock
Esta tierra sagrada tampoco puede entenderse sin su impresionante conjunto románico, pues es una zona repleta de monasterios, iglesias y ermitas. Históricos y bellos, así se ve el monasterio de Santo Estevo, junto al pueblo del mismo nombre, desde uno de los miradores del lugar. | Shutterstock
El parque natural de las Fragas del Eume​ es un espacio natural protegido y sirve para destacar, una vez más, la naturaleza tan diversa que existe en Galicia. No es difícil sentirse en cualquier historia de fantasía. | Shutterstock
Entre Bueu y Cangas se encuentra otro impresionante lugar natural: esta exuberante selva que parece de otro continente. | Shutterstock
Otro paisaje que casi resulta irreal: la cáscada de Ézaro, un salto de agua que forma el río Jallas en su desembocadura al océano. | Shutterstock
Más interior: en la sierra de O Courel se encuentran valles como este. Los valles de Galicia, en general, merecen ser descubiertos y recorridos. | Shutterstock
Y en estos valles, en muchos rincones de Galicia, esta estampa también puede verse. | Shutterstock
Otra estampa típica: comida y bebida sobre una mesa. Una de las tradiciones más extendidas de Galicia dio lugar a lo que hoy se conoce como furancho, casas en las que se celebra el excedente de la cosecha del año con lo ya dicho: comida y bebida. Todo funciona mejor así.
Esta galería concluye con la escalera del interior del Museo do Pobo Galego, en Santiago de Compostela, donde se recoge la historia, cultura y carácter de esta comunidad única de la que sientes que nunca tienes suficiente. | Argosnet, Wikimedia