10 cosas que los españoles echan de menos cuando no están en España

Un español puede marcharse al extranjero a cumplir un sueño, con toda la ilusión del mundo y sin pensar lo más mínimo en tener que volver, pero una vez que está lejos de España la vida se complica. O empeora. Y es que, como suele decirse, uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde. En España contamos con numerosos elementos que forman parte de nosotros desde que nacemos y que disfrutamos, practicamos o asumimos de manera natural, por eso perderlos cuesta mucho.

Cosas que los españoles echan de menos cuando les falta España

Imagen típica en el Retiro, en el mes de octubre. | Shutterstock

Los horarios

Seguimos de forma general horarios diferentes al resto del mundo o, al menos, al resto del continente. No solo se trata de que empezamos la jornada laboral más tarde o de que comemos más tarde de lo que se come en otros rincones, también se siente incluso en las salidas nocturnas. Es de lo más habitual que los jóvenes queden para salir a las 12 de la noche, algo que en otros países es impensable.

El clima y el sol

Directamente relacionado con lo anterior. Especialmente en invierno, las horas de sol que tenemos en España condicionan mucho los horarios. Por comparar Madrid con Londres, porque Inglaterra es uno de los países más propensos a recibir emigrantes españoles, en la capital española, un día de febrero cualquiera, atardece entre las 18:30 y las 19:00. En la capital inglesa, en cambio, el atardecer ocurre entre las 17:00 y las 17:30. Una diferencia semejante se da en el amanecer, ganando en este caso Londres. Aun así, en Madrid se termina febrero disfrutando de más de 11 horas de luz al día mientras que en Londres no llegan a esta cifra.

Por no hablar del sol en sí mismo: lo bien que sienta verlo en lo alto del cielo, una imagen mucho menos habitual en la mayoría de los países que nos rodean. Y casi sobra decirlo, pero vamos a hacerlo: tenemos uno de los mejores climas del mundo. Es cierto que en los meses centrales de las estaciones las temperaturas pueden ser extremas, pero aun con todo el clima en España, sobre todo en ciertas zonas, es excepcional.

Las persianas

Esto se ha dicho y repetido hasta la saciedad, pero en Europa parecen no conocer la existencia de persianas. En España es raro no encontrar persianas en las casas mientras que lo raro en el resto del continente es encontrarlas. Y no, no es lo mismo un estor, ni es lo mismo una cortina opaca, ni tampoco una contraventana cuya función sea bloquear la entrada de luz. Nada se compara a la utilidad de una buena persiana.

La comida (en general)

La gastronomía española está considerada una de las mejores del mundo, si no la mejor. | Shutterstock

Hay muchos países en el mundo en los que se come realmente bien, pero si se tiene la creencia de que la gastronomía española, quizá junto con la italiana, es la mejor del mundo, es por algo. La llamada dieta mediterránea siempre ha situado España en lo más alto de los mejores destinos gastronómicos del mundo. Cuando uno crece bajo su amparo y lo da por hecho quizá no comprenda lo rica y variada que es, pero al perderla… Ni siquiera hace falta mudarse a otro país de forma definitiva: con pasar unos días lejos de España ya se da cuenta uno de la suerte de quien ha nacido y vivido aquí.

El aceite de oliva a buen precio

Consecuencia directa de lo anterior. El aceite de oliva forma parte de nuestra dieta más codiciada y cuando uno deja España se encuentra con que tal vez, quizá, si tiene suerte, encontrará uno de calidad en alguno de los supermercados del país en cuestión en el que esté, pero no será precisamente barato.

Las pipas

Lo que seguramente no encuentre un español en otros países sean las pipas. En España cumplen incluso una función social, pues están asociadas a los paseos, las reuniones de cualquier tipo o el visionado de películas, no son un simple fruto seco nutritivo que puede sustituirse por cualquier otro. Las pipas son las pipas y en ciertas circunstancias no vale cualquier otra cosa. Por eso se echan tanto de menos cuando uno está fuera, lo que pasa a menudo. Es difícil encontrarlas en otros lugares.

Las (maravillosas) tapas y los pinchos

Es San Sebastián, pero podría ser otros muchos lugares. | Shutterstock

Sucede otro tanto con nuestras famosas tapas y nuestros pinchos. No en todos los rincones de la geografía española se ofrece una tapa o un pincho gratis, o a precio reducido, con la consumición, pero es muy habitual en comunidades como Castilla y León. En otros lugares, como Euskadi, puede uno comer solo con esos pinchos contundentes, que no solo están riquísimos sino que son toda una elaboración casi artística. Sal de España y no encontrarás de acompañamiento para una cerveza nuestras patatas bravas o nuestras croquetas. Y eso sí se echa de menos.

La sobremesa

En España gusta comer. Muchos eventos importantes giran en torno a la comida o al menos esta es una parte central de la misma. También gusta beber, en parte porque en este campo tenemos también una amplia variedad que alcanza todos los gustos. Y nos gusta hablar, vaya que si nos gusta hablar. Nos gustan las conversaciones largas, los debates interminables y reírnos. Y jugar a las cartas, a los juegos de mesa. Todo esto explica por qué una comida suele estar acompañada de la llamada sobremesa, que puede durar tanto como los protagonistas lo deseen. No solo en casas: también en restaurantes, en lugares públicos en general. La sobremesa puede durar desde la comida hasta la cena, y después otra sobremesa. En otros países puede darse, desde luego, pero esta costumbre no está tan ampliamente extendida.

La fregona

No hay casa en España que no tenga fregona, un utensilio práctico donde los haya que facilita la vida de todos los miembros del hogar. Casi que uno se pregunta cómo es posible que otros países hayan sobrevivido sin ella. Pues lo cierto es que lo hacen. Cuando uno se marcha a vivir fuera de España tendrá que vérselas y deseárselas para encontrar una buena fregona.

La ñ en el teclado del ordenador

Uno no se plantea la presencia de la letra ñ en el teclado hasta que no se sienta en otro ordenador, en un rincón del mundo donde el castellano no es el primer idioma, y se da cuenta de que esa letra, de repente, no está ahí. Solo pertenece a los teclados preparados para el castellano, claro, así que este es un obstáculo curioso, importante en muchas ocasiones, cuando uno se mueve fuera de España.

Extra: el carácter español

Nuestras fiestas son únicas y se echan de menos en la distancia. | Shutterstock

Es cierto que hay personas de todo tipo en todos los rincones del planeta, que no se puede generalizar y que hay que juzgar a un individuo por su individualidad y no por la sociedad a la que pertenece, pero hay también algo de verdad en eso de que los españoles tenemos un carácter particular. Somos, para empezar, muy familiares: las fechas señaladas se celebran con la familia y no tanto con los amigos. Tenemos también un humor particular donde la ironía y el sarcasmo, y el reírse de uno mismo, ocupan mucho espacio. No hay más que ver cómo arden las redes sociales con cualquier acontecimiento nacional: este termina convertido en un chiste generalizado. No es que no nos tomemos las cosas en serio, es que tenemos un humor especial, y se echa de menos cuando uno se va fuera. Como echamos de menos las fiestas de nuestros pueblos, que son una mezcla de nuestra tradición y este carácter mencionado. Que no nos falten nunca.