El placer de catar Logroño

Una nota de vino y de fruta dulce. Armonía jacobea, percusión de animadas fiestas. Acordes afinados con historia, cultura, patrimonio. Logroño es una melodía compleja que se escucha, se recorre con los ojos y se degusta en su gastronomía eterna. 

Para desgranar los sabores de Logroño hay que fijar la mirada en sus ingredientes, en los productos de los campos riojanos que abastecen las cocinas de su capital. Las ricas tierras bañadas por las aguas del Ebro regalan verduras deliciosas, pinceladas verdes como la alcachofa, el cardo y la borraja.  

Lo cierto es que, como los paisajes de La Rioja, la gastronomía de Logroño rebosa de verdor. Tonalidades dulces que también se degustan en las peras de Rincón de Soto y en la ciruela claudia de Nalda, que se deshace en la boca como un manjar exquisito. Probarla fresca o en una mermelada de ciruelas y nueces es un placer sin rival. Más aún si hablamos de nueces de Pedroso, un fruto seco que combina a la perfección con los bocados dulces de Logroño, donde también hay que mencionar la deliciosa cereza de Albelda.

Estos alimentos, y muchos otros, pueden encontrarse en la Plaza de Abastos. Más concretamente, en el Mercado de San Blas, donde el aroma de las hortalizas, los pescados y las especias impregna el aire. En dicho espacio donde laten los colores y sonidos de la vida cotidiana de la ciudad también puede admirarse su arquitectura, enmarcada en un vistoso edificio de 1930.

Casco histórico de Logroño
Casco histórico de Logroño. | Shutterstock

De forma similar, el encanto del casco histórico de Logroño, con sus casas pintorescas y calles empedradas, permite empaparse en fragancias y sabores. Y es que la capital riojana también se disfruta a través de una arraigada cultura del tapeo. Su epicentro es la Calle del Laurel, también conocida como Calle Laurel o La Laurel. Los bares y restaurantes que se encuentran en ella ofrecen un ambiente animado y acogedor, perfecto para ir de picoteo.

No obstante, las deliciosas tapas de Logroño no solo se encuentran en esta calle. Por ejemplo, merece la pena acercarse a la vecina Calle San Juan, también muy tradicional y con excelentes opciones gastronómicas. Por lo demás, la ciudad invita a caminar sin prisa, observar los detalles de sus edificios y asombrarse con sus plazas, jardines y glorietas. Nunca está de más sentarse en un restaurante tradicional y disfrutar de platos típicos como las patatas a la riojana, el bacalao a la riojana, las chuletillas al sarmiento o la menestra de verduras. Tampoco pueden faltar en las cartas logroñesas las recetas elaboradas con setas y champiñones, una de las muchas especialidades de la zona.

Patatas a la riojana
Patatas a la riojana. | Shutterstock

Como postre, en un menú de Logroño se pueden incluir dulces como los milhojas o las torrijas. Tampoco pueden faltar las peras al vino o la tarta de pera a la riojana, ambas elaboraciones que armonizan dos ingredientes clave de Logroño: las peras, ya mencionadas; y el vino, un imprescindible en cualquier punto de La Rioja, pero más aún en su capital. 

De hecho, el enoturismo es uno de los principales atractivos de Logroño. No es de extrañar, pues las opciones para disfrutar del vino de la DOC Rioja son abundantes y de calidad. Se puede, por ejemplo, visitar alguna de las numerosas bodegas situadas en Logroño y sus alrededores, ojear el producto y vivir de cerca los procesos de elaboración.

Realizar una cata de vinos permite desenredar los matices de la denominación de origen más renombrada de España. Con cada sorbo a un Rioja se viaja a sus viñedos y a su antigua tradición vinícola. Una tradición que, en el caso de Logroño, también se puede comprender realizando una de sus rutas del vino.  

Una alternativa interesante a estas actividades es acudir al Centro de la Cultura del Rioja, en pleno casco antiguo de Logroño. Se trata de un centro cultural de referencia que atesora el sector cultural y enoturístico de la ciudad. Engloba actuaciones de índole cultural, formativa y turística, fusionando tradición,  vanguardia, arquitectura y gastronomía mediante exposiciones, catas y diferentes experiencias que tienen como eje vertebrador la cultura del vino.

Centro de la Cultura del Rioja
Centro de la Cultura del Rioja. | Shutterstock

Por otro lado, podría decirse que la mayor celebración de la cultura vinícola de Logroño tiene lugar el 21 de septiembre. Dicho día está reservado para las Fiestas de San Mateo, una tradición cuyo origen se remonta al siglo XII. Conciertos, espectáculos y desfiles animan las calles de la capital riojana en estas fechas.

La cercanía con la época de recogida de la uva no es casualidad, pues esta fiesta constituye un homenaje a la vendimia y al valioso líquido que se extrae de su fruto. El acto principal es el pisado de la uva y la ofrenda del primer mosto a la Virgen de la Valvanera, patrona de La Rioja. 

En definitiva, las Fiestas de San Mateo son una muestra viva de que Logroño respira tradición y vino. Sus sabores son una oda al cultivo de los campos riojanos, a la historia, al patrimonio. Como una parada cardinal en el Camino de Santiago, Logroño acoge desde hace siglos curiosas miradas peregrinas, pasos que recorren sus calles con asombro y admiración.

Placa del Camino de Santiago en Logroño
Placa del Camino de Santiago en Logroño. | Shutterstock

Las pisadas viajeras se detienen en la Plaza de Santiago, también conocida como la Plaza de la Oca por el peculiar juego y los dados gigantes que contiene. También contemplan la Concatedral de Santa María de la Redonda, un suntuoso templo de belleza vertical que se remonta al siglo XVI. Atraviesan el imponente Puente de Piedra, además de atisbar elegantes iglesias y palacios. 

Se tenga o no la brújula apuntada hacia Santiago de Compostela, un paseo por las calles logroñesas desvela monumentos de columnas y tallas intrincadas que erigen una arquitectura de construcciones, gastronomía y vinos simplemente exquisita. Una canción antigua que suena con claridad en cada uno de sus recovecos y siempre invita a disfrutar de un sorbo más.

Artículo escrito en colaboración con Saborea España.