La migración china a España: ¿por qué y desde cuándo?

Según señala el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 1998 había 12.036 personas de origen chino viviendo en España. En el año 2019 ese mismo dato había crecido hasta las 202.093 personas. Año a año esta población ha ido aumentando. Aunque, eso sí, con el estallido del coronavirus los inmigrantes, tanto de esta nacionalidad como de otras, cayeron en picado.

El caso es que, poco a poco, las personas chinas fueron salpicando nuestro país de restaurantes y tiendas. Con el tiempo, también diversificaron sus negocios y ocupaciones, expandieron sus intereses comerciales. La gente acabó por acoger con gusto la cocina que trajeron bajo sus brazos y el Año Nuevo Chino ha terminado por formar parte de las fiestas anuales de importantes ciudades como Madrid, Barcelona, León, Zaragoza o Valencia.

Pero, ¿cuándo empezó esta migración? ¿Por qué eligen España como destino? ¿Por qué parece que se dedican casi en exclusiva al sector comercial? ¿Conservan sus tradiciones aún viviendo en otro país? En esta serie se intentarán abordar todas estas cuestiones, empezando por la más obvia: ¿Cuándo y por qué vinieron?

Los inicios de la migración china al mundo: las piedras de Qingtian

Gladys Nieto es Doctora en Antropología Social, especializada en estudios chinos y directora del Instituto Confucio de Madrid, además de ser autora del libro La inmigración china a España: una comunidad ligada a su nación. En esta obra, la autora divide la migración china en cuatro etapas. La primera de ellas abarcaría el periodo que transcurre entre el siglo XV y se extendería hasta mediados del siglo XVIII. Por aquel entonces, tal como indica Ivonne Campos en el prólogo de este libro, “las relaciones con los países circunvecinos se regían por un sistema tributario en el que China era considerada como el eje civilizatorio de las regiones aledañas”.

Pero para hablar de la emigración china a Europa habría que trasladarse a la segunda fase. Hablamos del periodo acaecido entre el siglo XVIII y el maoísmo. “Tendría que ver con los primeros contactos que había entre los europeos que viajaron a la región de donde proceden la mayoría de esta población, que es Qingtian”, apunta Nieto en declaraciones a este medio. Esta región de la provincia de Zhejiang, ubicada en el este del país a orillas del Mar de China Oriental, ha sido tradicionalmente tierra de campesinos, así como de artesanos de la piedra. “Entonces en esa zona se produce desde el siglo XIV un tipo de escultura de piedra jabonosa, muy fácil de tallar”, apunta Nieto.

Estas piedras, conocidas como piedras de Qingtian, supusieron un primer punto de contacto entre ambas culturas. La historiadora asegura que “algunos europeos se interesaron por este tipo de ornamentación y llevaron esas esculturas a Europa”. Asimismo, David Jiménez, enviado especial a Qingtian en el 2002, escribió en ese mismo año en un artículo de El Mundo que “los primeros inmigrantes se marcharon a España a vender sus esculturas a finales del siglo XIX”.

Por otro lado, el citado prólogo de la obra de Gladys Nieto indica que, durante esta segunda fase, “la emigración china fue determinada tanto por factores internos que incluyen conflictos políticos, explosión demográfica, falta de alimentos y desastres naturales, como por factores externos y la consecuente apertura de China al exterior”.

Qingtian

Semiesclavos durante la Primera Guerra Mundial

Sin embargo, uno de los momentos determinantes para la migración china a Europa fue, sin duda, la Primera Guerra Mundial. La directora del Instituto Confucio apunta que “eran trabajadores semiesclavos y los traían a Europa". "Preferentemente a trabajar en tareas relacionadas con la guerra: cavar trincheras, trabajar en fábricas de pólvora…”, añade.

Así, muchas personas chinas se trasladaron a países como Francia, Gran Bretaña y Rusia. “Los Cuerpos de Trabajo Chinos fueron reclutados diferenciadamente según cada provincia china”, señala el antropólogo Jorge Moraga Reyes en su tesis La inmigración china en España. Capital social y estructuras de reciprocidad. “La mayoría eran de Shandong. Qingtian aportó solamente 2.000”, añade. Una vez que terminó la guerra, muchos volvieron a su país. Otros, sin embargo, se quedaron en los lugares a los que se les había destinado. Un tercer grupo emigró a otros países europeos, como España. Una curiosidad, por cierto, es que a los chinos residentes en el extranjeros se los conoce como huaqiao.

Chinos IGM

La etapa maoísta, entre los años 40 y finales de los 70, puso el fin a esta fase migratoria, limitando incluso la migración interna. Por otra parte, aquellos individuos que se habían asentado en España durante la década de los 20, se vieron obligados a regresar a su país con el estallido de la Guerra Civil. “Casi todos regresaron a China durante la Guerra Civil, salvo unos pocos que se enrolaron para defender al gobierno republicano”, indica Moraga Reyes en su artículo.

Un último periodo migratorio, vigente en la actualidad, es el que tuvo lugar tras la muerte del dictador Mao Zedong. En 1978 Deng Xiaoping puso en marcha la Reforma Económica China, también conocida como Programa de Reforma y Apertura, un plan que, entre otras muchas cosas, incentivaba la emigración internacional.

Ivonne Campos indica en la obra de Nieto que “en los años 80 se consolidó el flujo migratorio de chinos hacia España debido a la saturación de espacios en otros países europeos”. “A partir de 1990 se registró un crecimiento considerable, ya que de 9.200 individuos en 1995 han llegado a 86.000 en 2005, siendo el mayor crecimiento en toda Europa”, añade. Pero, ¿por qué elegir España?

¿Por qué venir a España?

Para Gladys Nieto los factores que han influido en esta decisión son diferentes dependiendo del momento histórico: “En algunos periodos ha sido porque había mayor flexibilidad en el acceso a la residencia que en otros países donde era más difícil. De hecho, vinieron de otros países europeos a España para regularizarse. También España tiene una economía informal bastante importante y donde ellos entran también… Luego, es un sitio que es valorado por el nivel de vida, la forma de vida…”.

Año Nuevo Chino

Asimismo, desde los Anales del Museo Nacional de Antropología, Nieto señala en su artículo Emprendedores y jóvenes sobradamente preparados. Reflexiones acerca de la investigación sobre chinos de ultramar en España que “las expectativas en destino no solo se limitan a la búsqueda de mejores condiciones económicas, sino que exploran nuevas experiencias formativas, la búsqueda de contextos sociales donde operen lógicas de menor vigilancia, de espacios medioambientales más benignos e incluso de marcos más seguros de control alimentario”.

Así, los perfiles de los inmigrantes son mucho más variados. Ya no se trata solo de personas procedentes de la provincia de Zhejiang, sino de diferentes ciudades y enclaves rurales de China. En la actualidad el estatus de los inmigrantes ya no es solo el de las clases menos pudientes. Ahora también proceden de sectores medios y altos.

Sea como fuere, la realidad es que la población china no deja de crecer cada año, así como los hijos de aquellos que vinieron a finales del siglo XX. Coincidir con una persona china en nuestro día a día no es raro, sobre todo si se va al distrito de Usera, donde alrededor del 20% de la población es de origen chino. ¿En qué trabajan las personas de esta nacionalidad? ¿Siguen manteniendo sus costumbres a pesar de vivir lejos? ¿Por qué tantos se dedican a la hostelería? Todas estas preguntas tendrán su respuesta en el siguiente capítulo.