Un paseo por Usera: viaje a China sin salir de Madrid

Madrid, 23 de febrero de 2022. Pero no el Madrid histórico de los Austrias, no el Madrid de turistas de la plaza del Sol ni el verde amurallado del Retiro. Madrid es hoy, en este viaje, un barrio salpicado de letras que no están en español, de farolillos rojos que cuelgan de las fachadas de algunos edificios, de personas con los ojos rasgados… Bueno, en realidad ni siquiera es un barrio, son dos calles y sus alrededores. Es Usera, pero también los restaurantes chinos de cualquier lugar de la capital y el templo Shaolin de la calle Geranios. Hoy estamos en Madrid, pero en la Madrid china.

El epicentro de la cultura china en la capital

El recorrido por esta ciudad, a su vez ajena y propia, tiene que comenzar necesariamente en Usera. Este distrito es el que más gente china concentra, incluso hay algunos que no dudan en catalogarlo como el Chinatown madrileño. También es, por cierto, uno de los barrios de la capital con la renta más baja. Ya al salir del mismo vagón del metro, línea circular, la pared de la estación da la bienvenida al transeúnte. El color rojo y la figura de un dragón chino como enunciación de dónde se está.

Calle Nicolás Sánchez

Pero no hay que confundirse. Usera es conocida como el barrio chino, pero es un distrito bastante grande. El grueso de los comercios chinos, donde los farolillos prenden de los establecimientos espantando a los malos espíritus, se encuentran en las calles Nicolás Sánchez y Dolores Barranco, además de en las aledañas. Este es verdaderamente el sitio donde esta comunidad se concentra.

Eso sí, las calles son tan largas que el paseo por esta pequeña Chinatown da para mucho. Multitud de restaurantes, supermercados y bares se extienden por ambas vías. El castellano, en esta parte de la ciudad, brilla por su ausencia. Tan solo algunos nombres han sido adaptados del alfabeto oriental para que algún español despistado pueda al menos leer las letras de un nombre que no entiende. En definitiva, es difícil hasta saber entre qué locales se pasea.

Parada de metro de Usera

Lo mismo pasa en el interior de los propios supermercados. No solo en los establecimientos más pequeños y tradicionales, sino en los que parecen pertenecer a alguna cadena que el resto de los madrileños desconocen. Dentro de uno de ellos, tan solo es posible adivinar lo qué contienen los envases si se trata, por ejemplo, de botes transparentes. El resto, una lotería, sólo descifrable para aquellos capaz de entender el chino. Menos mal que aún quedan la pescadería y la carnicería. Allí no hay que jugársela con adivinanzas…

De vuelta en Madrid sin salir de Usera

Esto es todo lo contrario a lo que ocurre cuando se sale de este pequeño mundo fraguado entre las calles de Nicolás y Dolores. Hacia el final de esta última, en su intersección con la calle de Rafael Ybarra, el barrio vuelve a cambiar. Ya no se trata del pequeño mundo asiático, apenas visible cinco minutos antes. Aquí, los bares vuelven a presentar caracteres castellanos con nombres como Mesón La Peña Soriana o Restaurante La Barca. Incluso una trabajadora del Centro Cultural Usera lo dice. Que aquí no hay chinos, que se concentran tan solo en un par de calles.

Supermercado

Sin embargo, casi la única mujer china que se atreve a hablar conmigo y responder algunas preguntas está justo aquí, al lado de este centro cultural. Vigila a su pequeña hija con atenta mirada, mientras explica que lleva en Usera desde 2014. “Conocí a mi marido y tengo muchos amigos aquí, por ahora no voy a volver a China”, señala. Eso sí, echa de menos a su familia, a la que solo ha podido ir a visitar tres o cuatro veces desde que vino a España, procedente de un pueblo al norte de Beijing.

Los templos de Madrid: del budismo a las artes marciales

Esto es más o menos todo lo que hay que hacer en la parte china de Usera: pasear por las vías de Nicolás Sánchez y Dolores Barranco, entrar en algún supermercado, comer en alguno de las decenas de restaurantes… Ah, claro, y no hay que olvidarse del templo Budista de la calle Luis de la Torre.

Figuras del Templo Budista

Según indicaba el antropólogo Joaquín Beltrán en su artículo Migración y religión. Apuntes sobre la comunidad china en España, “catolicismo, cristianismo, budismo, daoísmo y religiosidad popular conviven y coexisten entre los emigrantes [chinos]”. Aunque, añade, “muchas veces ni siquiera son creencias exclusivas y excluyentes”. De esta forma, hay personas cristianas que puede que formen parte de tradiciones como la del Año Nuevo Chino o que crean a su vez en el Feng shui.

En la calle Luis de la Torre de Usera es posible asomarse al escenario de una de las religiones que más importancia han tenido en China a lo largo de la historia: el budismo. Las puertas que guardan el templo bien podrían ser las de cualquier otro sitio, quizás un poco más coloridas. Al llamar al timbre me recibe una mujer de edad indeterminada. No sabe hablar bien español, dice, pero me ofrece ver con libertad el templo, después de darme unas bolsas para los pies. En el interior, solo un tragaluz ilumina una estancia vacía, repleta de cientos de figuras e inscripciones chinas.

Templo budista

Este lugar de culto, que profesa el budismo tántrico tibetano, no es un enclave turístico, eso que quede claro. Es un lugar en el que la comunidad china se reúne para participar de las tradiciones budistas. Aún así, siempre con respeto y antelación, se puede solicitar cita para visitar el templo.

Lejos de Usera, pero también en Madrid, el Shaolin Temple Spain desarrolla, además de clases de meditación, otras disciplinas como el Kung Fu o el Tai Chi. De hecho, se trata de una institución de artes marciales que lleva funcionando más de 15 años en España y cuya sede principal se ubica en la calle Geranios. La Comunidad Budista Thubten Dhargye Ling, el Centro de Estudios de Budismo Tibetano Nagarjuna Madrid o las Asociaciones de Tai Chi Taoístas son otros ejemplos de comunidades religiosas chinas repartidas por la capital española.

Cultura y comida

Seguimos viajando de país sin salir de la ciudad. Y esta vez vamos a ir a conocer más sobre la cultura china. Para ello, no hay mejor sitio que el Centro Cultural de China en Madrid, uno de los pocos centros culturales que el gobierno chino ha establecido fuera de su país. En estos momentos, y hasta nuevo aviso, el edificio se encuentra cerrado al público. Pero cuando se halla en funcionamiento, el centro cultural, de enormes dimensiones, acoge exposiciones, conferencias, espectáculos o ciclos de cine. Todo girando en derredor de esta milenaria cultura asiática.

Para despedir este viaje por el lejano Oriente, nos acercamos, por último, al Cortezo Yatai Market, el primer mercado gastronómico de comida asiática de Madrid. Ojo, que no se tratan solo de establecimientos chinos, aunque desde luego los encontraremos entre los demás. En pleno centro de Madrid, este mercado es el lugar idóneo para terminar la visita con el estómago lleno de arroz tres delicias, Pad Thai o ramen.