Rafael Luna, un refugio para escribir sobre prostitución

¡Por qué ellas llevan erguida la frente que nosotras tenemos que ocultar entre el fango! ¿Es Dios, es el mundo, quien nos marcó tan distintos destinos? ¿O es que el hombre, duro y egoísta, les impone a ellas su virtud, como a nosotras nuestra impureza?”. Este es uno de los fragmentos de María Magdalena: estudio social, la obra quizás más subversiva de una autora que se amparaba bajo el seudónimo de Rafael Luna. Hasta donde se conoce, este es el primer libro en España en el que una mujer se atrevió a hablar de la prostitución.

Firmado: Rafael Luna

Pero antes de María Magdalena, la última novela que dejaría la escritora antes de morir, Rafael Luna publicó muchas otras obras y pasó, como venía siendo habitual entre las autoras decimonónicas, por muchos géneros. Así, transitó por la poesía, el ensayo, el teatro, la novela y los artículos periodísticos. De hecho, la mayor parte de sus novelas las publicó por entregas en el diario El Tiempo bajo su apodo masculino.  Es lo que pasó con Ocaso y Aurora, reeditada ahora por Seix Barral, o con Novelas que parecen dramas.

De su vida ha trascendido un incidente que causó mucha polémica en la época. Cherner, de la que sí se conocía su nombre real en los círculos literarios, acusó de plagio al autor Agustín Fernando de la Serna, hijo del Barón del Sacro Lirio. ¿El motivo? El escritor estrenó una obra en el Teatro Español muy parecida a la que ella había presentado a la misma institución y que le fue rechazada. Enseguida Fernando de la Serna se revolvió contra ella con toda su artillería y amenazó con llevarla a los tribunales.

Esto le valió a Cherner numerosas críticas, muchas directamente relacionadas con su condición de mujer. Sin ir más lejos, el intelectual Leopoldo Alas Clarín arremetió contra ella en su artículo Las literatas, y la calificó como escritora de menor cuantía. Un artículo que, por cierto, contiene perlas como “la mayor parte de las literatas son feas”. Después de todo, Cherner terminó por retirar su acusación.

La autora murió finalmente en Madrid en el año 1880 a la edad de 47 años. La licenciada en Teoría de la literatura y Literatura Comparada Laura Rivas Arranz señala en su artículo Matilde Cherner, salmantina en el olvido. Biografía de una escritora que, al principio, la muerte de la autora disparó rumores de suicidio. “Se lanzan las primeras hipótesis: Matilde Cherner ha acabado con su vida incapaz de asimilar el desdén y la incomprensión hacia su novela más querida, María Magdalena”, señala. No obstante, la historiadora María de los Ángeles encontró en 1998 su certificado de defunción. La causa de su muerte fue un aneurisma de aorta ventral.

Una escritora olvidada en vida

No fue el tiempo el que relegó al olvido a Matilde Cherner, pues ya en vida estaba olvidada. La sociedad no estaba preparada entonces para una mujer escritora, soltera y que no dudaba en callar ante sus ideas ni protestar ante lo que creía que era injusto. Rodríguez apunta en su artículo Matilde Cherner y La Ilustración de la Mujer que “su obra, sustentada fundamentalmente en una postura ideológica, en unas ideas progresistas y en una mirada distinta, presenta varios puntos de interés y nos muestra a una autora que no se corresponde con los prototipos imperantes y que rompe algunos de los esquemas propuestos para las mujeres en la sociedad burguesa del siglo XIX”.