Frente al río Manzanares, próxima a la Estación Norte de Príncipe Pío, se encuentra la Real Ermita de San Antonio de la Florida. Es de modestas dimensiones, pero de una gran sencillez en la ornamentación. En su interior, está decorada con unos fascinantes frescos realizados por Francisco de Goya.
Historia de la Ermita de San Antonio de la Florida
La Ermita de San Antonio de la Florida es la tercera de las ermitas que hubo dedicadas a San Antonio de Padua. Ésta, la única que conservamos en la actualidad. Carlos IV encargó su construcción al arquitecto italiano Filippo Fontana entre 1792-1798.
La ermita estaba situada en el complejo del Palacio de la Florida. Se destruyó en el siglo XIX, y hoy es la Estación Norte de Príncipe Pío.
En 1928, los frescos del interior evidenciaban signos de deterioro. Para conservarlos, se construyó un edificio idéntico. Además, el original se destinó como museo de los frescos de Goya y panteón del pintor.
Qué ver en San Antonio de la Florida
Filippo Fontana trazó un edificio neoclásico de planta de cruz griega, de gran sencillez. El espacio central de San Antonio de la Florida está coronado por una cúpula con linterna. Por su parte, la fachada todavía deja ver un marcado aire barroco.
En el interior, nos encontramos con los frescos de Francisco de Goya. Fueron pintados en 1798. Los encargó el Ministro de Gracia y Justicia, Gaspar de Jovellanos.
Goya gozó de la libertad que le dieron los monarcas para decorar el espacio según sus ideas.
El tema principal aparece en la cúpula, y alude al milagro de San Antonio. Según la tradición sucedió en Lisboa, en el siglo XIII.
El padre del santo había sido acusado de asesinato. San Antonio, para demostrar la inocencia de su padre, resucitó al asesinado para que revelase quién fue el verdadero culpable.
La escena de la resurrección la encontramos en la parte inferior de la cúpula. Allí Francisco de Goya coloca una balaustrada ficticia para contener a los espectadores. Sobre ellos, el artista no recrea el entorno del juzgado, sino que pinta un paisaje en el que predominan los tonos grisáceos.
Goya, rompiendo con la tradición iconográfica, no presenta un cielo con figuras de ángeles y santos. Tanto las pechinas, como el intradós -la parte interior- de los arcos que sostienen la cúpula están decoradas con angelotes que sostienen cortinajes.
Es sorprendente cómo el pintor representa el mundo terrenal en una escena superior, es decir, en la cúpula. Y el mundo celestial, de los ángeles, en un nivel inferior. Por último, en el ábside de la ermita aparece representada la Adoración de la Trinidad.
Tras contemplar los sensacionales frescos de Goya en San Antonio de la Florida, no puedes finalizar tu visita sin pasar por la tumba del pintor de Fuendetodos, y presentarle tus respetos.
Pincha aquí para ver la página con los lugares más fascinantes que ver en Argüelles-Moncloa.
