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El modernismo de Madrid, la mirada en el detalle

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Cuando hablamos de modernismo nuestra mente suele viajar hasta Barcelona y, más concretamente, hasta Gaudí, maestro por excelencia de esta corriente artística nacida a finales del siglo XIX. Y es cierto: es innegable que la Ciudad Condal es la joya de la corona del modernismo en España, pero no es la única metrópoli con monumentos de este calado. Ciudades como Valencia, Melilla o Teruel también están plagadas de edificios modernistas. El caso de Madrid es diferente. Según la obra Madrid modernista: guía de arquitectura en Madrid “se dio otro tipo de modernismo, directamente heredado de aquel, pero, en general, mucho menos creativo y, casi siempre, integrado dentro de un contexto ecléctico”.

La ausencia de una burguesía emprendedora y la alta influencia del tradicionalismo de la Real Academia de San Fernando hicieron difícil que la sociedad madrileña aceptara esta nueva corriente artística. Sin embargo, al mismo tiempo que la capital rechazaba la vanguardia, quería equipararse a las grandes capitales europeas. “Este afán cosmopolita”, se indica desde el libro, “impidió que el modernismo sufriera un rechazo absoluto”.

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Iglesia de la Buena Dicha, uno de los edificios modernistas de Madrid. | Wikimedia

Así fue como nació el modernismo madrileño, con dos rasgos que lo diferencian del resto de corrientes. En primer lugar, hablamos de un modernismo ecléctico, no solo por mezclarse con otros estilos artísticos, sino por el propio eclecticismo del modernismo. Es decir, por mezclar características del art nouveau francés, el modernismo catalán o el modernismo vienés. En segundo lugar, cuando nos referimos al modernismo de Madrid nos referimos también a un modernismo decorativo, presente, sobre todo, en fachadas e interiores.

Por lo tanto, para encontrar los elementos modernistas de la ciudad hay que observar con atención. Pararse a mirar en ventanas, fachadas y gárgolas. También entrar dentro de los edificios, que, a simple vista, pueden no parecer modernistas, pero que, por dentro, atesoran verdaderas joyas. El modernismo está en el detalle y nosotros vamos a buscarlo a lo largo de toda la ciudad.

Ruta por los edificios más representativos del Madrid modernista

Palacio de Longoria

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Escalera del Palacio Longoria, edificio que hoy es sede de la SGAE. | Wikimedia

Según la obra mencionada con anterioridad, en Madrid capital hay al menos 200 obras modernistas. Obviamente, aquí no vamos a repasarlas todas, pero sí algunas de las más importantes. En este sentido, hay que destacar en primer lugar el Palacio de Longoria, quizás la obra más célebre del modernismo madrileño.

Se trata de un edificio construido en 1912 por orden del banquero Javier González Longoria y diseñado por José Frases Riera. Pese a que la disposición y la base del edificio son eclécticas, el revestimiento de la fachada y otros muchos elementos del interior del mismo son modernistas, destacando la escalera principal y su cúpula.

Casino de Madrid

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Escaleras del Casino de Madrid. | Wikimedia

Junto al Palacio de Longoria, la escalera del Casino de Madrid constituye la obra más sobresaliente del modernismo madrileño de principios del siglo XX. Se trata de un proyecto dirigido por el arquitecto José López Sallaberry, que, basándose en una propuesta de Antonio Palacios y Joaquín Otamendi, diseñó una escalinata coronada por una cúpula de cristal y decorada al detalle al más puro estilo art nouveau. Las esculturas que adornan la estancia combinan los motivos vegetales y marinos con una temática hedonista en clave mitológica.

Necrópolis del Este

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Capilla del cementerio de la Almudena. | Shutterstock

El cementerio de la Almudena, uno de los más grandes de Europa Occidental, también tiene sus propios trazados modernistas. De hecho, según Madrid modernista: guía de arquitectura, “el conjunto de la Necrópolis del Este representa la aportación más original y estimable de la arquitectura madrileña a la historia del modernismo”. El pórtico principal, los edificios administrativos, el depósito y, especialmente, la capilla son las construcciones más representativas a este respecto, con características que recuerdan incluso a Antonio Gaudí.

La Casa Pérez Villamil y otros edificios de viviendas de estilo modernista

Casa Pérez Villamil
Casa Pérez Villamil. | Wikimedia

Son muchos los edificios de viviendas que portan detalles modernistas. Edificios que uno puede cruzarse en su día a día o en un paseo por la capital. Edificios casi siempre de estilo ecléctico, con trazas del estilo que nos ocupa. Es el caso de la Casa Gallardo, ubicada en la calle de Ferraz, la Casa-taller de Patricio Romero, en la calle General Palanca, o la Colonia de la Prensa, en la calle Eugenia de Montijo. Este último, de hecho, fue uno de los mejores ejemplos de arquitectura modernista madrileña en el momento de su construcción. Sin embargo, en la actualidad está muy deteriorado, aunque aún se conserva bien la puerta principal del complejo.

Otro de estos edificios de viviendas con el que el viandante puede toparse en la ciudad es la Casa Pérez Villamil, considerada, de nuevo, junto al Palacio Longoria o a la Necrópolis del Este, uno de los hitos del modernismo de Madrid. Se trata, una vez más, de un edificio ecléctico con una gran cantidad de detalles modernistas, entre los que destacan los balcones o miradores, las vidrieras de colores que decoran el interior del inmueble o las rejas y barandillas.

El modernismo de Madrid en todo tipo de edificios

Cine Ideal
Cine Ideal. | Shutterstock

La ruta por un Madrid modernista podría extenderse muchísimo más, pero baste decir que, aparte de en las viviendas, podemos encontrarlo en todo tipo de edificios. Algunos de los cuales son construcciones bastante conocidas, al menos para la comunidad madrileña. Este es el caso del Depósito Canal de Isabel II, situado junto al Matadero de Madrid, o de los Cines Ideal, ubicados en pleno centro de la capital.

Los mausoleos son también una habitual representación de este tipo de arquitectura. Algunos ejemplos son el panteón de Francisco Pi y Margall del Cementerio Civil de la Almudena, el panteón Guirao del Cementerio Sacramental de San Isidro o el panteón de Mateo López Sánchez, por citar algunos.

Otros edificios en los que podemos seguir las huellas del modernismo madrileño son el puente de Reina Victoria, el teatro Infanta Isabel, la Iglesia de la Buena Dicha o la tienda Vaquería-lechería de la calle San Joaquín. Como se ha dicho: un estilo presente por toda la ciudad. Solo hay que prestar atención y, una vez más, mirar con detalle.

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