Guía de dónde dormir en Alcalá la Real
Esta localidad de Jaén se encuentra a más de mil metros de altura. Una de las principales fortalezas de la Península Ibérica protege la hermosa ciudad de Alcalá La Real. Nace en su misma falda, en un entorno de olivares. Se encuentra en un área valiosa entre el valle del Guadalquivir y la vega granadina. En una visita a Alcalá la Real no puedes perderte la Iglesia Mayor Abacial y el Palacio Abacial, así como la Fortaleza de la Mota.
Si planeas dormir en Alcalá la Real, a continuación tienes una serie de alojamientos que consideramos buenos para que hagas de tu estancia una de diez.
Uno de los alojamientos que más nos gustan para dormir en Alcalá la Real es el Hotel Torrepalma, que cuenta con 38 habitaciones en una ubicación excelente. El hotel es bastante antiguo, con lo que, si aspiras a grandes lujos, mejor elige otra opción. Este establecimiento cuenta con lo básico para un buen descanso, ya que se trata de un hotel muy tranquilo. El restaurante del hotel ofrece abundantes comidas, y los helados y tostadas gustan a los huéspedes.
Otro de los establecimientos idóneos para dormir en Alcalá la Real son los apartamentos Llave de Granada. Son estudios amplios que cuentan con zona de spa y piscinas relajantes. Hay apartamentos aptos para 2 o 4 adultos, depende de tus necesidades, se encuentran totalmente reformados. La decoración es un tanto estridente, por no decir hortera, pero la importancia está en el descanso. El desayuno es barato y se toma en una sala común que tienen todos los apartamentos. Hay una cuna a disposición del cliente.
Para encontrar un buen alojamiento en los alrededores de Alcalá la Real, te recomendamos un alojamiento que se encuentra en las inmediaciones del pueblo, pero bastante alejado del centro y casco urbano de la localidad.
El Cortijo el Ciego es una muy buena opción si buscas un retiro tranquilo y lejos de cualquier elemento urbano. La decoración de la casa es fabulosa, se ha conservado la estructura interior de las vigas de madera y las paredes de piedra, y en conjunción con los muebles y las fundas de los edredones hacen de este cortijo una casa en la que quieres quedarte a dormir, no solo una noche, sino infinitas. Además, tiene piscina.
