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Ruta por la Garganta de las Lanchas: senderismo entre cascadas

ruta garganta de las lanchas

Si pensamos en Toledo, lo primero que probablemente se nos venga a la cabeza sea la imagen de una ciudad medieval y amurallada repleta de pasadizos y leyendas. Quizás, los molinos de Consuegra también ocupen un rinconcito de nuestra mente. Pero son muchos los que olvidan que al patrimonio histórico y cultural de Toledo lo complementa su riqueza natural. Por eso, descubrir Toledo a través de sus rutas de senderismo es otra manera de conocer y vivir esta provincia. La ruta a través de la Garganta de las Lanchas es, precisamente, una de esas propuestas diferenciales.

Un valle conquistado por el río Gévalo

Dentro de la sierra de Sevilleja, en el municipio de Robledo del Mazo, el río Gévalo atraviesa un pequeño valle boscoso, recorrido, a su vez, por un arroyo conocido como el arroyo de las Lanchas. El pequeño y frondoso desfiladero que forma este riachuelo es precisamente el conocido como Garganta de las Lanchas.

Esta zona, declarada Microrreserva en el año 2003, consta de 435 hectáreas protegidas debido a su valiosa variedad de especies amenazadas, así como a su interés paisajístico. Además, en la actualidad el valle forma parte de la Red Natura 2000 y está catalogado como Lugar de Importancia Comunitaria de la ZEPA de los Montes de Toledo. Esto último se debe a que forma parte del área crítica del águila imperial y la cigüeña negra.

águila real
Ejemplar de águila real en la Garganta de las Lanchas. | Turismo Castilla-La Mancha

La ruta de la Garganta de las Lanchas

Para disfrutar de este paisaje hay un camino conocido como la ruta de la Garganta de las Lanchas. Se trata de un itinerario sencillo, que no implica demasiado esfuerzo. Es ideal para recorrerlo en cualquier época del año, pero el estallido de colores entre los saltos de agua y las pequeñas cascadas abruma, sobre todo, en primavera y en otoño.

Uno de los últimos reductos de laurisilva en la península

Desde la carretera en dirección Robledo del Mazo, un cartel de información marca el desvío que sale a la izquierda y que conduce a la microrreserva. Después, la excursión comienza en la pista forestal de un pinar. Desde este punto, el paisaje del desfiladero muestra una flora inusual, donde las condiciones climáticas especiales propician la conservación de especies propias de climas oceánicos e incluso subtropicales.

Es el caso de la laurisilva. Hace 300 millones de años esta planta estaba presente por toda la península ibérica. Sin embargo, este tipo de bosque fue desapareciendo, hasta casi extinguirse en España (exceptuando a las islas Canarias, donde se da la laurisilva canaria). Pero las temperaturas de la Garganta de las Lanchas, más suaves que las de los alrededores, y sus precipitaciones, más abundantes, han favorecido la supervivencia de la laurisilva en la zona, constituyendo uno de los últimos reductos de laurisilva de la península.

Laurisilva en La Llanía
Bosque de Laurisilva en La Llanía. | Shutterstock

Un paisaje que hay que vivir

En mitad del camino, un puente, conocido como puente de las Lanchas, cruza el río Gévalo. Antes de alcanzarlo, es imprescindible dejarse llevar por el murmullo de los pájaros que confluye con el sonido del agua discurriendo por el arroyo.

Mientras tanto, la grandiosidad del paisaje se despliega entre los helechos reales y los arbolillos de hoja perenne llamados loros, a la par que el sol se cuela con suavidad entre el resto de la abundante maleza. El olor a tierra mojada invita a respirar con profundidad. Porque para disfrutar de este paisaje hay que vivirlo, sentirlo, tocarlo, olerlo…

Prunus lusitanica
Prunus lusitanica o loro. | Wikimedia

Así, esta ruta se convierte en una oportunidad de desconexión. Y también de aprendizaje, ya que en el puente unos carteles informan sobre toda la vegetación de la zona: fresnos, abedules, acebos, madroños, arraclanes, mostajos, robles, quejigos, sauces, arces, majuelos… En este punto, también hay indicaciones sobre el sendero que lleva a la primera cascada.

Las tres cascadas de la Garganta de las Lanchas

La ruta por la Garganta de las Lanchas destaca por la presencia de varios saltos de agua. El primero, al cual se llega después de seguir las indicaciones mencionadas, está rodeado por la singularidad de los loros y el verde intenso de los helechos reales.

Para llegar al segundo, hay que regresar al puente y tomar un camino en ascensión. La señalización de la zona es clara y no hay pérdida. Aquí, la zona es más pedregosa y predominan los arbustos y las pequeñas plantas. Además del salto de agua en sí, una charca y un jardín vertical terminan de completar la composición.

La tercera cascada tampoco decepciona. Su caída no es visible, pero se puede subir hasta la “lancha” por la que discurre el arroyo antes de su descenso. En ese punto, el bosque de robles y el musgo adherido a las piedras invitan a fotografiar la estampa.

Información básica para disfrutar de la ruta por la Garganta de las Lanchas

La senda de la Garganta de las Lanchas tiene, como se ha dicho, una dificultad baja, por lo que puede ser un plan agradable para aprovechar en familia y con niños. Son pocos kilómetros, tres de ida hasta la primera de las cascadas, y el desnivel acumulado es bajo. Para acceder a esta ruta, cuya ida y vuelta se efectúa por los mismos senderos y la misma pista forestal, se debe solicitar autorización al Ayuntamiento de Robledo del Mazo, ya que el acceso está restringido. Gracias a ello, aún puede disfrutarse de este paisaje tan bien conservado.