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En España todos, o casi todos, hemos oído hablar alguna vez del Descenso Internacional del Sella, una Fiesta de Interés Turístico Internacional, celebrada en agosto. En ella se puede disfrutar tanto de la competición deportiva como de la fiesta que se organiza a su alrededor. Pero, además, también se puede disfrutar de esta actividad en otras fechas. Es decir, se puede hacer el descenso del Sella a secas, sin mayúsculas y sin poseer ningún tipo de licencia federativa.
El descenso del Sella, una actividad para todos los públicos
Así, todo aquel que visite Asturias con un poco de tiempo, sabe que el descenso del Sella es algo que no debe perderse. Tanto si se tiene la oportunidad de disfrutar de la fiesta como de hacer el descenso tranquilamente con amigos. Y es que esta actividad es posible realizarla gracias a la oferta de numerosas empresas de multiaventura que se encargan de ello. Además, se trata de una experiencia que no requiere de conocimiento previo. Lo que sí se necesita son muchas ganas de pasarlo bien.
La actividad se puede realizar en canoas de una, dos o tres personas. Dispone, además, de dos o tres puntos de recogida en diferentes kilómetros. De esta forma, el descenso se adapta a las preferencias de cada individuo. En cualquier caso, hablamos de un recorrido por uno de los ríos más emblemáticos de Asturias. A través de él los intrépidos viajeros pueden disfrutar de la naturaleza en su máxima esencia. En medio hay paradas disponibles para tomarse un bocadillo o descansar un poco a la orilla del río
Un recomendación. Al haber varias horas de descenso, es importante llevar agua, comida, y protección solar. Además de ropa cómoda y calzado apropiado para mojarse y meterse en el río. Una actividad de lo más divertida para hacer con pareja, amigos o en familia.
El Descenso Internacional del Sella, una fiesta de fama mundial
Por su parte, el Descenso Internacional del Sella, conocida por los locales como Les Piragües, es una fiesta declarada de Interés Turístico Internacional. Desde el año 1930, se celebra el primer sábado de agosto después del día 2 del mismo mes. Sale de Arriondas y termina en Ribadesella con un recorrido de 20 kilómetros a lo largo del río. Se trata de una de las pruebas más importantes a nivel internacional para los palistas. Estos deben comenzar la competición desde su puesto asignado, estando fuera del agua tanto ellos como sus embarcaciones. Además, los participantes deben de disponer de licencia de competición del año en curso.
La bajada del Sella tiene también su propia fiesta alrededor. Al igual que el descenso, comienza en Arriondas, aunque en esta ocasión lo hace antes: el viernes previo al descenso. Termina la noche del sábado de la competición en el mismo lugar en el que finaliza la carrera: en Ribadesella. De hecho, es costumbre entre los jóvenes salir toda la noche del viernes y quedarse hasta ver la salida del descenso a las 12 de la mañana. Turistas locales y de toda España acuden a vivir esta fantástica fiesta por las calles de ambas villas donde no falta la sidra asgaya.
Como curiosidad, también es de suma importancia el diseño del cartel para las fiestas. Para ello se presentan artistas de todo el mundo y con gran prestigio. Porque un evento de tal envergadura necesita un cartel a la altura del Descenso Internacional del Sella.
Qué ver en los alrededores del Sella
El primer lugar del recorrido por los alrededores del Sella tiene que pasar necesariamente por el punto del inicio del descenso, Arriondas, un lugar a los pies de la sierra del Sueve donde las casas de indianos, construidas en el siglo XX, se hallan dispersas por toda la villa.
A tan solo 10 minutos en coche de esta villa encontramos Cangas de Onís, un lugar históricamente conocido por haber sido la cuna de la Reconquista, iniciada en la batalla de Covadonga. La primera ciudad y corte de la Monarquía Asturiana, la primera de la Península Ibérica, está representada en el puente romano de Cangas de Onís con la gran cruz de la Victoria colgando como símbolo de lo que supuso aquel enfrentamiento, tanto en Asturias como en el resto del país.
Continuando un poco más arriba, hacia los Picos de Europa, es de visita obligada la “Santina”, nombre que recibe la Virgen de Covadonga por todos los asturianos. El Real Sitio de Covadonga no solo es un lugar de culto para los feligreses, también lo es para locales y turistas, que acuden cada año a visitar este lugar tan especial situado en un enclave único. Desde la basílica de Covadonga, escoltada por las montañas, hasta la Santa Cueva con la virgen en su interior. Sin olvidarse de beber de la fuente de los Siete Caños, de la que se dice que quien bebe de ella se casará dentro de una año. El Parque Nacional de los Picos de Europa alberga también otros hitos como los lagos Enol y Ercina, conocidos comúnmente como los lagos de Covadonga, perfecto para los amantes de la naturaleza.
Y si empezábamos la visita de los alrededores del río Sella por el lugar de comienzo del descenso, la acabamos con el lugar de meta: Ribadesella. Hablamos de uno de los pueblos más bonitos de la costa asturiana, una villa moderna donde el turismo es uno de los principales motores de la economía actual. Aquí no solo termina la competición, sino que también termina el propio río Sella, convertido ya en ría junto a la preciosa playa de Santa Marina y protegido por la ermita de la Virgen de la Guía en lo alto de un fantástico mirador.
Como plus, a media hora en coche de Ribadesella se encuentra Llanes, uno de los enclaves asturianos más conocido. Un amplio concejo donde visitar desde los Bufones de Pría hasta la sierra del Cuera o el puerto pesquero, donde disfrutar de pescado y marisco directamente del mar a la mesa.
