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9 paraísos de interior para bañarse en Euskadi

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Cuando el calor se vuelve sofocante el norte siempre es una buena alternativa para organizar una escapada o disfrutar de unas vacaciones al fresco. Y si no que se lo digan a Euskadi. En verano, las playas de esta comunidad suelen ser su destino más solicitado, pero tierra adentro existen otros muchos rincones maravillosos que permiten huir de las altas temperaturas, con el agua como compañía inseparable. Estos son algunos de los mejores lugares para bañarse en las profundidades del País Vasco.

El embalse de Ullíbarri-Gamboa, tres playas de bandera azul

embalse de Ullíbarri-Gamboa
Playa de Garaio en el embalse de Ullíbarri-Gamboa. | Shutterstock

No es necesario viajar a la orilla del mar para disfrutar de playas maravillosas, y el embalse de Ullíbarri-Gamboa es ejemplo de ello. Situado a solo unos kilómetros de Vitoria, tiene tres playas con bandera azul: Landa, Garaio Norte y Garaio Sur. La primera cuenta con 500 metros de zona recreativa y de baño, mientras que las otras dos suman algo más de dos kilómetros y medio. Son playas accesibles, con todos los servicios (duchas, puesto de socorrista y primeros auxilios, etc.) y están rodeadas de un maravilloso paisaje.

Pero este embalse, además, es también un pequeño paraíso para los amantes de los deportes acuáticos, pues en sus aguas se pueden practicar actividades como piragüismo, vela o paddle surf. Y cuenta con un atractivo añadido: se puede llegar fácilmente en bicicleta desde Vitoria.

El embalse de Urrúnaga: ornitología, rutas y deportes acuáticos

embalse de Urrúnaga
Embalse de Urrúnaga. | Shutterstock

Situado entre Álava y Vizcaya, el embalse de Urrúnaga forma parte del mismo sistema de abastecimiento hídrico que el embalse de Ullíbarri-Gamboa y el de Albina. Áreas de recreo, juegos infantiles y un entorno idílico son el escenario perfecto para pasar un día de verano en sus orillas. Además de remojarse un poco, cabe la posibilidad de practicar deportes como el remo o la vela. De hecho, aquí hay un campo de regatas.

Una alternativa a los deportes acuáticos es empaparse de la belleza del paisaje siguiendo la ruta que bordea el embalse. Para los amantes de la ornitología puede ser un auténtico descubrimiento, puesto que aquí es fácil contemplar ejemplares de garza real, somormujo o fochas, entre otras muchas especies.

La poza de Usako, un baño solo apto para valientes

Cuevas del Ojo de Aitzulo
Cuevas de Ojo de Aitzulo en Oñati. | Shutterstock

El río Aránzazu atraviesa la localidad de Oñati, en la provincia de Guipúzcoa. Allí, una cascada se precipita a una poza natural de cuatro metros de profundidad. Es uno de esos lugares para bañarse en Euskadi que nada tienen que envidiar a cualquiera de sus playas. La zona está perfectamente adaptada para el baño y cuenta con todos los servicios imprescindibles para ello. Eso sí, solo los más valientes se atreven a darse un baño, ya que la temperatura del agua se sitúa entre los 14 y los 16 grados.

También hay varias opciones alternativas o complementarias al baño, como visitar la cueva de Oñati, la más grande de Guipúzcoa, pasear por el casco histórico de la localidad o visitar el santuario de Aránzazu.

Pozas y saltos de agua en el parque natural de Gorbeia

Cascadas de Corraladas
Cascadas de Corraladas en el parque natural de Gorbeia. | Shutterstock

El parque natural de Gorbeia, con territorios en Álava y Vizcaya, es uno de los espacios más sugerentes de Euskadi. Su interior está salpicado de saltos de agua y pozas que invitan a refrescarse. Un buen plan para huir del calor es seguir alguna de las rutas que llevan a rincones de auténtica fantasía, como las cascadas de los ríos Altube o Corraladas, la de Belaustegi o a la de Uguna.

Pero, además de admirar los saltos de agua, cabe la posibilidad de darse un chapuzón en toda regla en la poza de Zaldibartxo, cercana al municipio de Sarria, en una zona preciosa rodeada de vegetación. Eso sí, cuidado, porque el agua, más que fresquita, está gélida.

Un oasis en el valle de Karrantza: la cascada del Chorretón

cascada del Chorretón
Cascada del Chorretón en el valle de Karrantza. | Flickr

En un pequeño rincón del valle de Karrantza, hay un pequeño oasis conocido como la cascada del Chorretón. Para llegar a él es necesario recorrer algo menos de tres kilómetros desde el municipio vizcaíno de La Calera del Prado. Sin embargo, el esfuerzo merece la pena, pues al llegar estaremos en un rincón íntimo. Allí, un salto de agua cae hasta una poza rodeada de vegetación y protegida por paredes de roca caliza y pizarra. Pero no solo andando se puede llegar a la cascada del Chorretón. Los más aventureros pueden hacerlo practicando barranquismo en el curso del río Calera.

Barranquismo en el barranco Leze

Cueva de Leze
Cueva de Leze en Álava. | Shutterstock

Precisamente, disfrutar de deportes de aventura como el barranquismo o el rafting es una forma diferente y divertida de combatir el calor. Y entre los mejores lugares para bañarse en Euskadi hay cañones y barrancos tan increíbles como el de Leze, en la provincia de Álava. Situado en el corazón de la sierra de Altzania y atravesado por el río Artzanegi, el descenso se realiza por una cueva con rápeles de hasta 25 metros, saltos y toboganes.

Bajar este barranco requiere de algo de experiencia. Para principiantes hay alternativas más asequibles, pero igual de entretenidas y refrescantes, como el barranco de Aguake, también en Álava, o el de Saturio en Guipúzcoa.

Las piscinas fluviales de Fresnedo

Río Izki
Río Izki en el parque de Fresnedo. | Wikimedia

Pequeños cursos de agua como el del río Izki permiten darse un buen chapuzón en piscinas fluviales como las del municipio alavés de Santa Cruz de Campezo. En sus orillas hay un área de recreo con todo lo necesario para pasar una jornada muy refrescante.

Pero aquellos que quieran disfrutar de un contacto más pleno con la naturaleza pueden hacer mucho más que darse un baño, pues el parque de Fresnedo, mayor reserva de Europa de melojo, es un pequeño tesoro lleno de sorpresas. Por ejemplo, se pueden encontrar algunas cuevas antaño ocupadas por eremitas o roquedos calizos. Muy cerca, también, hay un campo de golf.

Las pozas del Urumea: aguas frías y cristalinas

río Urumea
Salto de agua en el río Urumea. | Shutterstock

El río Urumea atraviesa la provincia de Guipúzcoa regalando paisajes maravillosos y tramos ideales para disfrutar en piragua. Pero en su recorrido hay un lugar especial: las pozas de Pagoaga, en la localidad de Hernani. Aguas tan frías como cristalinas y un entorno bucólico las convierten en un lugar perfecto para deshacerse del calor.

Siguiendo el río hacia su curso alto, es muy fácil descubrir más rincones refrescantes. Un apunte: estando en Hernani, no hay que olvidarse de dejar algo de tiempo después del baño para recorrer su casco histórico y visitar el museo Chillida.

La ruta del agua en Berganzo

Berganzo
Ruta del agua en Berganzo. | Shutterstock

El concejo de Zambrana, en Álava, esconde otro tesoro que merece la pena descubrir. Se trata de un sendero circular de apenas ocho kilómetros y escasa dificultad que se puede realizar en familia. Aquí, el gran protagonista es el río Inglares. Su sonido acompaña parte del recorrido, que está salpicado por pozas de aguas cristalinas y coronado por la cascada de Las Herrerías, una de las más bonitas del País Vasco. Un paseo de lo más refrescante gracias al agua y al bosque que protege a los caminantes de los inclementes rayos solares.