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Qué ver en el centro de Sevilla y su casco antiguo

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La gran ciudad-convento barroca

Sevilla concentra gran cantidad de monumentos de interés histórico-artístico en su casco antiguo. Con casi cuatro kilómetros cuadrados de extensión, es el más grande de España y uno de los tres mayores de Europa (junto a los de Venecia y Génova).

Una buena forma de conocer los lugares más destacables de la ciudad es apuntarse a diferentes visitas guiadas en Sevilla. Estos tours nos guiarán por sus barrios más interesantes, sus monumentos más bellos y las leyendas de este lugar lleno de historia. También recomendamos escoger un recorrido para explorar sus encantos de noche.

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Hay muchísimo que ver en el centro de Sevilla. Por ello le hemos dedicado una página específica a su principal monumento: la catedral. Enfrente de esta se encuentra el indispensable Real Alcázar de Sevilla, también Patrimonio de la Humanidad. El recorrido puede continuar atravesando el barrio de Santa Cruz por calles estrechas, empedradas y laberínticas que transportan a otro tiempo. Si se incluye la mencionada catedral, son necesarios al menos dos días para ver lo seleccionado en el apartado Qué ver en el centro de Sevilla.

Un día adicional puede dedicarse a  la zona de Plaza de España. En esta zona hay multitud de lugares para tapear; allí donde vea más gente local, quédese. Recomendamos nuestras dos páginas especializadas: barrios de Santa Cruz y El Arenal y La Macarena y el centro de la ciudad para elegir donde parar; hay sitios buenos de todos los precios.

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Tras la conquista romana de Spal o Ispal y la creación de la Hispalis romana, desde el año 49 a. de C. contaba con murallas, foro (bajo la actual Plaza de la Alfalfa) y un puerto con muelles, convirtiéndose en una de las más importantes de Hispania. La penetración de la religión cristiana motivó que, ya en el siglo III, allí fueran martirizadas las hermanas Justa y Rufina, actuales patronas de Sevilla.

En el 426 fue tomada por el rey vándalo Gunderico, quien inició un periodo de invasiones bárbaras que culminarían con el dominio visigodo. Durante esta época, Sevilla destacó como centro cultural gracias a San Isidoro, nacido allí en el 560, y que ha sido incluido en el escudo de la ciudad.

En el año 712 tuvo lugar la conquista de Muza, prolongándose el dominio musulmán durante cinco siglos. El enclave pasó entonces a denominarse Isbiliya, convirtiéndose en la ciudad más importante de Al-Andalus. En el siglo XI el rey taifa Almutamid el Poeta añadió esplendor; los almorávides (S. XI-XII) y almohades (S. XII-XIII) conformarían la fisonomía de su casco histórico, que aún se conserva; de esos siglos son la Giralda, la Torre del Oro y el Alcázar.

Tras quince meses de asedio, en 1248 el monarca castellano Fernando III, canonizado en el siglo XVII, consiguió la rendición de Isbiliya; este rey se quedaría allí hasta su muerte, siendo el primero en ser enterrado en su Catedral. Su hijo, Alfonso X el Sabio, compuso gran parte de sus crónicas desde los Reales Alcázares (actualmente El Real Alcázar), dotando a la villa del lema NO8DO (“no me ha dejado” en referencia de la lealtad de la ciudad a éste rey) que aparece en muchos edificios.

Hubo una aljama judía en el actual barrio de Santa Cruz, padeciéndose dramáticas convulsiones, como la Peste Negra de 1348 o la revuelta antijudía de 1391.

Tras el Descubrimiento de América, en 1492, los Reyes Católicos fundaron la Casa de Contratación, desde donde se dirigían y contrataban los viajes, se controlaban las riquezas que entraban de América y, junto con la Universidad de Mercaderes, se regulaban las relaciones con el Nuevo Mundo.

Durante el siglo XVI Sevilla se consolidó como el principal puerto de comercio con Inglaterra, Italia y Flandes. Las ganancias alcanzadas permitieron la edificación de algunos de los edificios más importantes del casco histórico, que pasó a ser multicultural a causa de los inmigrantes, lo que ayudaría al florecimiento artístico durante el Siglo de Oro español. Destacaron entonces los talleres de jabón, lana, seda y cerámica.

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foto antigua sevilla
Antigua imagen de un mercadillo en la Plaza de la Alfalfa

Coincidiendo con su momento artístico más brillante, el Barroco, la crisis del siglo de la Monarquía, durante el siglo XVII, provocó una decadencia económica y demográfica, al tiempo que la navegación por el Guadalquivir se dificultaba cada vez más, hasta que el monopolio comercial y sus instituciones se trasladaron a Cádiz. En 1649 la ciudad padeció una peste que mató a unas 60 000 personas, casi la mitad de la población.

En el siglo XVIII surge la nueva Fábrica de Tabacos, edificio industrial que fue escenario de las andanzas de Carmen la Cigarrera, mundialmente famosa gracias a la opera Carmen de Bizet. Varias óperas más han sido ambientadas en esta ciudad, como La fuerza del destino de Verdi y Las bodas de Fígaro de Mozart. Y es que Sevilla ha despertado desde antiguo el interés de los artistas europeos, especialmente durante la época del Romanticismo, cuando veían la capital como un lugar pintoresco, lleno de embrujo morisco. Este impulso romántico coincidió con un proceso de revitalización de la ciudad, desarrollado a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX por la llegada del ferrocarril, y el derribo de parte de las murallas.

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En este segundo recorrido del centro de Sevilla comenzamos desde los Reales Alcázares para visitar las numerosas iglesias y conventos repartidos por la antigua judería y por el resto del casco histórico de Sevilla.

Tras pasar por la Plaza de Elvira (recoleto lugar sembrado de naranjos en el que estuvo el corral donde representó sus primeras comedias Lope de Rueda) paramos ante el Hospital de los Venerables Sacerdotes (1675) hoy sede de la Fundación Focus Abengoa. Destacamos los frescos de su cúpula, obra de Valdés Leal; las pinturas de sus muros, de Lucas Valdés; y el sencillo retablo mayor, acompañados de numerosos lienzos de los mejores artistas del barroco sevillano, como Martínez Montañés o Pedro Roldán.

Desde aquí, el centro de Sevilla se extiende como un laberinto de callejuelas, plazoletas y rincones de la antigua Judería, organizada en torno a tres sinagogas hoy suplantadas por las parroquias de Santa Cruz, Santa María la Blanca y San Bartolomé. Nos dirigimos primero hacia la Plaza de Santa Cruz, ajardinada y con abundantes naranjos, que luce en su centro una cruz, conocida como de la Cerrajería. La plaza fue edificada tras el motín de 1391 y en ella fue enterrado Murillo, en 1692. Derribado a su vez el templo en 1810 por los franceses, se pierden los restos del pintor sevillano, y se supone que se encuentran aún bajo el pavimento de la plaza. Muy cerca está el Museo Casa de Murillo, con obras de la época de este insigne artista.

En el interior de la barroca Iglesia de Santa Cruz (1665-1728) contemplamos el magnífico Cristo de las Misericordias. En la animada Plaza de Santa María la Blanca, se alzan la Puerta de la Carne (perteneciente a la muralla sarracena) y la Iglesia de Santa María la Blanca, cuyo aspecto deslumbra al visitante con sus tres naves muy bajas, separadas por arcos de medio punto sobre columnas toscanas de mármol rojo y bóveda de medio cañón. El crucero se cubre con cúpula de media naranja sobre pechinas y los muros con decoración de yesería barroca; llama la atención el alto zócalo de azulejos y el excepcional lienzo de la Santa Cena de Murillo.

casa pilatos sevilla
Casa Pilatos

Siguiendo por la calle Levíes llegaremos hasta la Iglesia de San Bartolomé, un oratorio neoclásico que alberga la barroca Capilla del Sagrario (1650) con varias esculturas notables. Al final de la misma calle se encuentra el Convento de la Madre de Dios, en cuyo templo sobresalen el coro bajo y las estatuas yacentes en mármol rojo de la viuda e hija del conquistador de Méjico, Hernán Cortés.

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En los alrededores de la Plaza de San Ildefonso está la Casa de Pilatos, palacio del siglo XVI de estilos mudéjar, renacentista y barroco, articulado en torno a patios y jardines. El palacio fue el centro de la cultura sevillana del siglo XVI y continúa siendo propiedad de los duques de Medinaceli. Al lado se alza el Convento de San Leandro (siglos XVI y XVII) cuya iglesia guarda importantes obras: el retablo mayor (1748) el retablo de San Agustín de Francisco de Ribalta (1650) y los relieves de San Juan Evangelista en Patmos y de San Juan Bautista, ambos destacadas obras de Martínez Montañés. En frente se halla la Iglesia de San Ildefonso (1794-1841) con una espectacular fachada enmarcada por dos torres simétricas.

Tiene tres naves y crucero, separadas por arcos de medio punto sobre pilares muy gruesos. Destacamos su Virgen del Coral, pintura mural del siglo XIV, y el Cristo de Medinaceli, por el que los sevillanos sienten una gran devoción. En el número 22 de la calle Águilas está el Convento de Santa María de Jesús (1502) del que únicamente es visitable su pequeño templo de una sola nave con coros alto y bajo a los pies, lleno de encanto y de misterio, especialmente cuando las monjas rezan el rosario. Destacamos su precioso artesonado mudéjar y las numerosas imágenes obra de Pedro Roldán y de su hija la Roldana. La animada Plaza de la Alfalfa está muy próxima, también la calle de la Morería, que marca la zona de la comunidad musulmana tras la conquista cristiana.

La Plaza de la Encarnación, urbanizada en el siglo XVI, toma su nombre de un desaparecido monasterio; su espacio alberga en la actualidad el Metropol Parasol, una vistosa estructura con forma de seis grandes setas diseñada por el alemán Jürgen Mayer.

La torre con forma de minarete de la mudéjar Iglesia de Santa Catalina indica que fue reconvertida a partir de una mezquita tras la conquista cristiana. Su Capilla Sacramental, de profusas yeserías barrocas, es una de las más bellas de Sevilla. De gran relieve artístico son también el Cristo del Perdón, realizada por Pedro de Campaña en 1546; el Cristo de la Exaltación, de Pedro Roldán y la Virgen de las Lágrimas, de la antes mencionada Roldana. En la cercana calle de Santa María Coronel se encuentra el Convento de Santa Inés, donde se ambienta la leyenda Maese Pérez, el organista de Gustavo Adolfo Bécquer, así como el Palacio de las Dueñas, propiedad de la Casa de Alba, en una de cuyas viviendas nació el poeta Antonio Machado y pasó parte de su infancia con su hermano, también escritor, Manuel.

Continuando por las calles Sol y Enladrillada se llega al Monasterio de Santa Paula. El templo, de una sola nave cubierta por armadura de madera realizada en 1623, alberga notables obras de Alonso Cano y Martínez Montañés; tiene también un excelente Museo con una magnífica colección de pinturas y de objetos sacros, incluida orfebrería de distintas épocas y escuelas. Muy próximo se encuentra el Convento de Santa Isabel, cuya iglesia tiene una de las portadas más ostentosas de Sevilla y contiene el espectacular Cristo de la Misericordia (1622) de Juan de Mesa.

Desde aquí nos podemos dirigir hacia la Iglesia de San Hermenegildo (s. XVII), para pasar después hasta el famoso Arco de la Macarena, reformado en el siglo XVIII, en estilo barroco, sobre la muralla almohade que incluye siete torreones cuadrados y uno octogonal. Al lado del arco se encuentra la Basílica Menor de la Macarena (1949) hogar de la reina de Sevilla: la imagen de la Esperanza Macarena, ubicada en el camarín del altar mayor. Allí también se encuentra también el paso procesional Señor de la Sentencia (1654). Y ya fuera de la muralla, frente al arco y tras los jardines, está el Hospital de las Cinco Llagas (s. XVI) sede del Parlamento de Andalucía.

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Por la calle de San Luis se va hacia la Iglesia jesuita de San Luis de los Franceses (1699) una de las más bellas de Sevilla; es de planta de cruz griega coronada por cúpula de media naranja y de abigarrado barroquismo decorativo. Muy próxima está la Iglesia Omnium Sanctorum, construida sobre una mezquita, con una hermosa torre de ladrillo decorada con encajes de sebka; en su interior se venera al Cristo de la Buena Muerte (1592). En la bulliciosa Calle Feria donde el torero Juan Belmonte, que revolucionaría el mundo del toreo en el primer tercio del siglo XX, se encuentra el Mercado allí se celebra además el tradicional mercadillo de los Jueves.

La Alameda de Hércules fue diseñada en el siglo XVI y remodelada en el XIX. En ella se plantaron más de 1.700 árboles y se situaron dos columnas romanas procedentes del templo de la calle Mármoles y dos estatuas, de Hércules y de Julio César. Cerca vivió el torero Joselito el Gallo.

Tomando la calle Calatrava llegaremos al Convento de San Clemente, fundado por Alfonso X el Sabio y reformado en los siglos XVI y XVIII; en la actualidad ejerce de sala de exposiciones y la iglesia conserva numerosas obras de gran interés. Después seguimos hacia la Iglesia de San Lorenzo, mudéjar del siglo XIV y reformada en los siglos XVIII y XIX; guarda un magnífico retablo de Martínez Montañés y bellas imágenes procesionales. Junto a ella, y formando rincón en la plaza, está la Iglesia de Jesús del Gran Poder edificada en 1965 para albergar la imagen del Gran Poder (creada por Juan de Mesa en 1620) que es la más venerada de Sevilla. A un lado y a otro del Cristo están la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso (anónima del S. XVIII) y San Juan Evangelista, también de Juan de Mesa.

Concluimos nuestra visita por el centro de Sevilla y el casco antiguo en el indispensable Museo de Bellas Artes de Sevilla, segunda pinacoteca de España después del Museo del Prado. Está instalado en el barroco Real Convento Casa Grande de Nuestra Señora de la Merced y Redención de Cautivos (s. XVIII). Su colección incluye lienzos de Lucas Cranach, El Greco, Alonso Cano, Velázquez, Murillo, Juan de Roelas, Zurbarán y Juan de Valdés Leal. Si viajamos a la capital durante la Semana Santa mejoraremos aún más tan imponente experiencia.

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Imprescindibles

estatua hercules sevilla
Estatua de Hércules en el antiguo hospital
plaza setas sevilla
Mirador Setas de Sevilla

Datos prácticos

Coordenadas

37° 23′ 0″ N, 5° 59′ 0″ W

Distancias

Málaga 219 km, Córdoba 139 km, Huelva 93 km, Cádiz 123, Madrid 541 km

Aparcamiento

Parking de pago en la Avenida de Roma y en las proximidades de la plaza de toros, en la calle Almansa y en el paseo de Colón

Altitud

20 m

Habitantes

702 355 (2012)

Semana Santa (de Interés Turístico Internacional), Feria de Abril (de Interés Turístico Internacional), San Fernando (30 de mayo), Corpus Christi, Velá de Santiago y Santa Ana (25 y 26 de julio), Festividad de la Inmaculada (8 de diciembre)

Feria de Abril (de Interés Turístico Internacional), Las Cruces de Mayo (mayo), Romería del Rocío (Pascua), Velá de Santiago y Santa Ana (25 y 26 de julio), Feria de San Miguel (feria de ganado, en septiembre)

Distintos locales de Sevillarte ofrecen cerámica, abanicos … Trajes de gitana: Aurora Gavío, De Flamenco. Mantones y mantillas: Bordados Foronda, Paco Álvarez, Zadi; Abanicos: Los Abanicos; Guitarras: Antonio Bernal y José Luis Postigo, Dulces y mermeladas en el Monasterio de Santa Paula