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Qué ver en Parque de María Luisa y Plaza de España Sevilla

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El paraíso multicultural andaluz

A orillas del río Guadalquivir, el casco antiguo de la ciudad de Sevilla cuenta con un rico legado árabe y con una enorme riqueza artística y monumental ligada a su antigua condición de puerto comercial con las Américas.

Planifica tu escapada a la zona de Plaza de España y el Parque de María Luisa en Sevilla

El parque de María Luisa es un Bien de Interés Cultural que merece un recorrido sosegado para poder disfrutar de su entorno y de los antiguos palacios que se encuentran en sus adentros, además de los diversos pabellones construidos durante la exposición iberoamericana del 29. Es preferible realizar este paseo durante la mañana, ya que es por la tarde cuando tanto locales como turistas se congregan en esta zona ajardinada; visitar todo lo que hemos seleccionado en el apartado Qué ver en Plaza de España Sevilla nos puede llevar un día completo. Desde la Torre del Oro, podemos salir al día siguiente en una ruta por el casco antiguo. Otro día adicional puede dedicarse a Triana y la isla de la Cartuja. Para aprovechar el horario de museos y no dejarse nada importante la mejor decisión es tapear; no hacer una comida larga y copiosa. Recomendamos nuestras páginas especializadas para reservar donde dormir, pues hay oportunidades en las dos zonas: barrios de Santa Cruz y El Arenal y La Macarena y el centro de la ciudad.

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Los tartesios fundaron Spal o Ispal en una isla del Guadalquivir, en la actual zona de la Plaza de la Alfalfa. En el 206 a. de C. los romanos del general Escipión expulsaron a los cartagineses, edificando la cercana ciudad de Itálica. En el 45 a. de C. Julio César manda refundarla con el nombre Colonia Iulia Romula Hispalis, más conocida como Hispalis, como una pequeña réplica de Roma. Fue una de las ciudades más importantes de Hispania.

La larga presencia de los musulmanes desde el año 712 hasta el 1248 dejaría en la ciudad huellas imborrables, pero su verdadera época de esplendor vendría tras el Descubrimiento de América, convirtiéndose su puerto fluvial en uno de los más importantes de España durante los siglos XVI y XVII, ya que ejercía el monopolio sobre el comercio con ultramar. La intensa actividad comercial de Sevilla durante este periodo dio origen a un trazado urbano repleto de palacetes, casas nobles, iglesias y conventos, que se superpuso al de la antigua urbe romana y musulmana.

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Antigua Fábrica de Tabaco, actualmente Rectorado de la Universidad

En el siglo XX, con la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929 la ciudad experimentó un gran desarrollo urbanístico, marcado por la apertura de numerosos parques y la edificación de varias construcciones proyectadas para este evento, como el Parque de María Luisa o la Plaza de España.

La visita a Sevilla nunca puede abarcar todos sus encantos; incluso un gran conocedor de la misma, el poeta Manuel Machado, comenzó a mencionarlos y, tras muchas vueltas, no añadió más que un punto final a su frase “Y Sevilla”. Nosotros la hemos organizado en cuatro itinerarios (uno en la margen occidental del río, dos en la oriental y otro sobre la Catedral).

Tras haber recorrido el barrio de Triana o como punto de partida, nuestra visita a la margen derecha de Sevilla comienza en el Puente de San Telmo, desde el que se disfruta una magnífica vista del río y de la ciudad; desde el descubrimiento de América allí podían llegar a juntarse hasta 200 naves de todo tipo. A través del puente se llega a los Jardines de Cristina (1830), Jardines de San Telmo y Jardines de las Delicias (todos de tipo inglés y declarados Bien de Interés Cultural) y al conocido Parque de María Luisa, donado a la ciudad por la Infanta, en 1893.

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Sus paseos se cruzan en glorietas con fuentes y estatuas, convirtiéndolo en un museo al aire libre. Este vergel formó parte del Palacio de San Telmo, actual sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía y uno de los mejores ejemplos del barroco civil español. Edificado como Universidad de Mareantes, a partir de 1849 el duque de Montpensier -casado con la infanta María Luisa- estableció allí su “corte”, opositora de la de la reina Isabel II. Del palacio llama la atención su portada en mármol blanco y con numerosas esculturas de bulto redondo. Coronando la fachada lateral que da a la calle Palos de la Frontera figuran las estatuas de doce personajes ilustres de Sevilla, labradas por Antonio Susillo en 1895. En su interior, sobresale la escalera señorial y la capilla (1723).

Próximo al palacio se sitúa el Hotel Alfonso XIII construido para la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 e inaugurado con la boda de la infanta Isabel de Borbón con el conde polaco Jan Zomyski. El cercano edificio de la Antigua Fábrica de Tabacos (hoy sede del Rectorado de la Universidad de Sevilla) es de estilo neoclásico aunque con decoración rococó, consta de dos plantas y en su capilla, ocupada por la Cofradía de los Estudiantes, se custodia el Cristo de la Buena Muerte (1620) de Juan de Mesa.

En la glorieta de los Marineros se encuentra el Peinador de la Reina, uno de los edificios de la antigua Exposición Iberoamericana del 1929. Con motivo de este evento se abrió también la Plaza de América Sevilla, un hermoso espacio con un gran estanque dorado en su centro, donde están tres edificios: el Pabellón Mudéjar (que alberga el excelente Museo de Artes y Costumbres Populares), el Museo Arqueológico(donde se exhibe una importante colección en la que sobresale el Tesoro tartésico de Carambolo) y, entre ambos, el Pabellón Real, edificio de estilo gótico.

La edificación más importante de la Exposición del 29 es la Plaza de España Sevilla, al oriente del parque de María Luisa. Concebida por el arquitecto sevillano Aníbal González, reúne todos los estilos arquitectónicos historicistas en un gran espacio semicircular de cien metros de radio en cuyo borde se sitúa el edificio, con una gran logia en su planta baja y dos torres en los extremos; todo él de ladrillo rojo. Está precedido de un gran estanque semicircular, cruzado por varios puentecillos. Adosados a la fachada hay varios bancos, de los que llama la atención su trabajo de azulejería y en cuyos respaldos figuran los escudos de las provincias españolas. El Casino de la Exposición, el Pabellón de Chile y el Teatro Lope de Vega completan el conjunto del antiguo recinto expositivo.

Estanque de la Isleta de los Patos en el Parque de Maria Luisa

Nos acercamos a la Puerta de Jerez, antiguo acceso de la muralla, en la zona nororiental de los jardines de Cristina. Tomando la calle Almirante Lobo llegaremos a la Torre del Oro, parte de la muralla sarracena dedicada a controlar el Guadalquivir. Construida en 1190 con un revestimiento de azulejos dorados (que le dieron el nombre), fue restaurada en 1760. En la actualidad alberga el Museo Naval.

Siguiendo el antiguo recorrido de la muralla pasamos por delante de la Torre de la Plata y después el importante Hospital de la Caridad (1626-1679) promovido por Miguel de Mañara para tratar de redimirse por su vida donjuanesca. Tiene un doble patio, formado por arquerías de medio punto sobre columnas toscanas, con sus dos fuentes con estatuas religiosas y los paneles de azulejos con escenas de la Pasión de Cristo. Pero lo mejor del conjunto es la Iglesia de San Jorge, con una fachada-retablo con azulejos diseñados por Murillo, cuadros de Valdés Leal y de Murillo y estatuas y retablos tallados por Bernardo Simón de Pineda y Pedro Roldán. También se puede visitar la antigua Sala del Cabildo, hoy un pequeño museo.

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Junto al hospital se levanta el edificio de las Atarazanas Reales, mandado construir por Alfonso X. De las diecisiete naves de ladrillo originales de este enorme astillero sólo quedan en pie siete. Próximos también se encuentran el Teatro y Plaza de Toros de La Maestranza, nombre que deriva del hecho de ser propiedad de la Real Maestranza de Caballería, una institución nobiliaria que se remonta a los tiempos de la reconquista. Junto a la puerta del Príncipe se halla la Casa de la Real Maestranza y la capilla, ambas proyectadas por Aníbal González para la exposición de 1929.

Desde aquí vamos hacia la Puerta de Triana, otra antigua entrada de la muralla, para continuar hacia la Iglesia de la Magdalena (s. XVIII), que conserva huellas de su primitiva edificación mudéjar y una decoración deslumbrante. Fijarse en el Grupo del Descendimiento (Pedro Roldán y otros en 1659), en el retablo mayor, en los lienzos de Zurbarán, así como la decoración de la cúpula, de Lucas Valdés.

Vamos luego a la zona de La Campana, la calle Sierpes y sus alrededores, uno de los núcleos más dinámicos y comerciales. Allí se encuentran dos antiguo edificios de los jesuitas: la Facultad de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y la Iglesia de la Anunciación, la cual reúne numerosas obras maestras, entre otros, de Juan de Roelas, Juan Martínez Montañés y Juan de Mesa. Otros importantes templos de la zona son la Iglesia del Santo Ángel (s. XVII) donde se puede admirar el Cristo de los Desamparados de Martínez Montañés, esa joya del barroco que es la Iglesia de San José (s. XVIII), y la suntuosa Iglesia de San Salvador, que de la mezquita del siglo IX conserva el patio y el arranque de la torre; en su interior se guardan importantes pasos procesionales.

Por la calle Entre Cárceles (así denominada porque llegó a tener dos cárceles) se llega a la Plaza de San Francisco, donde la Inquisición celebraba los autos de fe. En esta última se alza el Ayuntamiento (1527), edificio plateresco decorado a base de medallones y relieves de personajes históricos. En su interior destaca la capilla (1571), la escalera, la sala capitular y el salón Colón o de los Borbones.

La avenida de la Constitución conduce a la Catedral. A su lado se encuentra el Archivo de Indias, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987 de manera conjunta junto con la catedral y los alcázares. El archivo fue creado en 1785 e instalado en el edificio de una lonja diseñada por el célebre Juan de Herrera. Frente a la torre Giralda de la catedral se alza el Palacio Arzobispal (de 1251 y reconstruido en el s. XVI). De su fachada destacamos la gran portada con arco de medio punto entre columnas corintias pareadas; en su interior hay cuatro lienzos de Murillo y una gran escalera de tres tramos, cubierta con una cúpula decorada con pinturas. Frente al palacio está el Convento de la Encarnación del que sólo es visitable la iglesia.

Cerca se halla El Real Alcázar (conocido antes como Los Reales Alcázares), el monumento más majestuoso y bello de Sevilla; declarado Patrimonio de la Humanidad sigue siendo el lugar de residencia de los reyes cuando están en la ciudad. Sus orígenes son romanos, reedificándose en el siglo X durante el califato, fue ampliado por los reyes de la taifa sevillana y por los sucesivos monarcas castellanos. Se atraviesa la muralla de época árabe a través de la bellísima Puerta del León, por la que se entra en el Patio del León, a su izquierda está la Sala de la Justicia (edificada en estilo mudéjar por los castellanos en el siglo XIV) y la contigua Sala de los Yesos, edificada en periodo almohade.

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Volviendo al patio del León a través de tres los arcos de una segunda muralla al Patio de la Montería (por ser donde se reunían los que acompañaban de caza al rey). Desde allí se pueden contemplar magníficas filigranas mudéjares de la fachada del Palacio de Pedro I. Vamos a la derecha de éste patio, donde está el Cuarto del Almirante, destinado a Casa de Contratación en la que se planificó la primera vuelta al mundo, entre otros viajes oceánicos. En su primera sala hay varios retratos regios, y en la antigua sala de Audiencia (y luego Capilla) admiramos su bello techo mudéjar del siglo XVI, así como -sobre el altar- el importante retablo de la Virgen de los Navegantes (1531), obra de Alejo Fernández.

El Palacio de Pedro I se organiza en torno al patio de las Doncellas, con su fuente del siglo XVI, donde se realiza la vida oficial. El otro patio principal del edificio es el de Las Muñecas (por los pequeños rostros que decoran uno de los arcos) que aglutinaba la vida privada. Se anima a los visitantes a que descubran la cara de la muñeca tallada en una de las columnas, pues según la tradición trae suerte a quien la encuentra. Por el palacio recorremos ricas salas y galerías decoradas con azulejos y cubiertas con valiosos techos mudéjares llegando a través de los tres arquillos del Arco de Pavones hasta el Salón de Embajadores, bellamente decorado con ricas yeserías y azulejos y cubierto con cúpula semiesférica adornada de complicados arabescos dorados. A la planta superior se accede a través de una escalera del siglo XVI cubierta con artesonado y decorada con pinturas de Roelas y Madrazo. Finalizamos con el Oratorio de los Reyes Católicos, italiano del siglo XV. Salimos luego a los hermosos jardines, de visita libre, plagados de árboles, estanques, galerías, pabellones y amplias zonas verdes.

Ya en el exterior, en el bello Patio de la Banderas, con su fuente y sus naranjos, si el cuerpo aún aguanta, el recorrido puede continuar hacia el Hospital de Venerables y el resto del casco histórico.

Imprescindibles

torre del oro
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Palacio Mudejar

Datos prácticos

Coordenadas

37° 23′ 0″ N, 5° 59′ 0″ W

Distancias

Málaga 219 km, Córdoba 139 km, Huelva 93 km, Cádiz 123, Madrid 541 km

Aparcamiento

Parking de pago en la Avenida de Roma y en las proximidades de la plaza de toros, en la calle Almansa y en el paseo de Colón

Altitud

20 m

Habitantes

702 355 (2012)

Semana Santa (de Interés Turístico Internacional), Feria de Abril (de Interés Turístico Internacional), San Fernando (30 de mayo), Corpus Christi, Velá de Santiago y Santa Ana (25 y 26 de julio), Festividad de la Inmaculada (8 de diciembre)

Feria de Abril (de Interés Turístico Internacional), Las Cruces de Mayo (mayo), Romería del Rocío (Pascua), Velá de Santiago y Santa Ana (25 y 26 de julio), Feria de San Miguel (feria de ganado, en septiembre)

La Antigua Lonja de Abastos (calle Arfe s/n) aloja el Mercado de Artesanía El Postigo. Distintos locales de Sevillarte ofrecen cerámica, abanicos … Trajes de gitana: Aurora Gaviño, De Flamenco, Mantones y mantillas en Bordados Foronda, Paco Álvarez, Zadi, Abanicos Díaz, Artesanía de los Abanicos. Guitarras: Antonio Bernal, José Luis Postigo, Dulces en el Convento de la Madre de Dios y Covento de Santa Inés

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