Dónde comer en Santander
La capital cántabra es el municipio más poblado de la comunidad autónoma. Ofrece una enorme selección de gastronomía marítima. Apuesta por los platos de comida local que te sugerimos a continuación y de los productos con más fama que podrás comer en Santander. La oferta de restaurantes y bares para comer en Santander es enorme, por lo que podrás comer y cenar barato cada día en un sitio distinto.
Encontrarás siempre un excelente pescado que comer en Santander. Como aperitivo es buena idea tomar unas rabas (calamares rebozados), especialmente sabrosas si son de magano o peludín, o unas anchoas de Santoña, cada vez más codiciadas y consecuentemente más caras. Platos típicos santanderinos son el cocido montañés, las sopas de pescado, la marmita de bonito o el bonito encebollado, los maganos o chipirones (calamares pequeños) en su tinta con arroz blanco, bocartes rebozados, sardinas a la brasa, merluza o rape rebozado, entre otros muchos.
Hay buena carne, especialmente si es de vaca tudanca, raza autóctona de la montaña cántabra; un plato que se puso de moda hace tiempo es el solomillo al queso de Tresviso, con D.O.P. Picón-Bejes-Tresviso. Hablando de quesos de Cantabria no olvidéis los Quesucos de Liébana, el Queso Nata de Cantabria, ambos con D.O.P., o el de Las Garmillas (del tipo fresco de Burgos). Como postre santanderino, en esta región de vacas lecheras, cómo no la leche frita, el arroz con leche, el flan o las natillas. De repostería recomendamos los famosos Sobaos Pasiegos (con I.G.P.).
En Cañadio, en la plaza del mismo nombre, y que cuenta ya con otros dos restaurantes en Madrid, podrás disfrutar de una exquisita cocina tradicional actualizada. Buenas materias primas y pinchos bien elaborados para tapear. El servicio de tasca deberás hacerlo de pie, pero sus pinchos valdrán la pena. Riquísimas albóndigas de bonito.
Si quieres tapear, en Rampalay ofrecen más de 30 variedades de pinchos, todos buenísimos; el vermú y las anchoas en el Solorzano; en Las hijas de Florencio, raciones, tostas y buen jamón, y en Casa Lita, “la cocina del pincho”. En éste último las tapas te sorprenderán. Son originales y con una presentación muy cuidada. Excelente pincho de pollo al curry.
No te resultará difícil localizar sitios agradables y con buena cocina donde comer en Santander. Hablaremos de algunos de ellos. En Deluz, el restaurante ocupa las diferentes estancias de un exclusivo chalet de influencia inglesa en la zona residencial de El Sardinero. Cocina internacional, buenas materias primas y carnes ecológicas. Dispone de un cuidado jardín apto para celebraciones de bodas y otros eventos. Espectacular el gazpacho de melocotón con helado de albahaca.
En el centro de la ciudad, la Bodeja del Riojano que comenzó su andadura en 1940, siempre fue un lugar de referencia visitado por muchos artistas que dejaron su impronta decorando las barricas de vino convirtiendo el restaurante en un auténtico museo de arte contemporáneo. Cocina tradicional, sencilla y buenas materias primas. Buen pastel de cabracho y también en la barra ofrecen pinchos.
El Machi, completísimo, deliciosos desayunos, pinchos a la hora del vermut, comidas, arroces marineros, hora de copas, cenas. Taberna marinera de colores azules y blancos y lo más importante, ¡todo siempre bueno! El pescado es el rey de la carta.
En la zona de Puerto Chico se concentran muchos restaurantes: en el Bar del Puerto, referente de la ciudad, encontrarás una amplia oferta de pescado y marisco de gran calidad; en El Serbal, poseedor de una estrella Michelín desde 2003, elabora una cuidada cocina creativa basado en productos cántabros y dispone de una amplísima selección de vinos con un menú degustación de lujo; El Marucho, muy popular especializado en marisco (buenísimo) o La Mulata, restaurante también con productos del mar.
En Bodega Fuente Dé podrás disfrutar de una comida casera a buen precio, menús de cocido montañés y lebaniego y quesos de los Picos de Europa.
En la capital cántabra también tienen buena fama las pastelerías y heladerías en general, entre las que destacan Confitería Máximo Gómez y la heladería artesanal Capri que continua elaborando diariamente los helados con la receta de su fundador italiano.
