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Qué ver en Orio, el pueblo amarillo de la costa vasca

Panorámica que ver en Orio

En la orilla derecha de la desembocadura del río Oria se extiende Orio, una localidad guipuzcoana en la que el amarillo está en todas partes. Es el color de la trainera de Orio, la más famosa del Cantábrico. Pueblo de pescadores, posee una fuerte oferta gastronómica y un más que interesante casco antiguo. La ría, el casco medieval y su playa son algunos de los rincones que ver en Orio. Vamos a repasarlos todos.

Un poco de historia de Orio

Puerto de Orio
Puerto de Orio. | Shutterstock

Esos lugares que ver en Orio están muy ligados a su historia. Desde el año 1180 fue una aldea adscrita a la jurisdicción de San Sebastián. Además, ha estado condicionada al ser un importante lugar de paso para los peregrinos del Camino del Norte a Santiago de Compostela. Para ellos se creó expresamente una calzada jacobea que todavía resiste los embates del tiempo. Además el ayuntamiento eximió del pago de un maravedí por cruzar el río a los peregrinos.

Con el fin de desarrollar la aldea como puerto en 1379, Juan I de Castilla la convirtió en villa. De esta forma pasó a llamarse Villareal de San Nicolás de Orio. Su flota de navíos balleneros se dirigió hacia la isla de Terranova y la península de Labrador, donde permanecían varios meses. La venta del aceite proveniente de estos cetáceos reportaba anualmente a Orio importantes beneficios económicos. Estos permitieron ir desarrollando paulatinamente su puerto y su casco urbano. Actualmente la pesca de altura ha desaparecido en la práctica. Sin embargo, todavía sobrevive una pequeña flota de bajura dedicada a la pesca de besugo. En la propia ría es también frecuente la captura de la angula.

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Qué ver en Orio

Imagen típica de Orio
Imagen típica de Orio. | Shutterstock

El casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural, es pequeño y acogedor. Más que monumentos concretos, lo principal que ver en Orio es el conjunto. Este se aferra a la peculiar cuesta rocosa conocida como Goiko Kale. Se compone así de un laberíntico entramado de calles del siglo XII que ascienden y descienden por todo su trazado irregular. Paseando por ellas se encuentran obras del escultor Jorge Oteiza, natural de la villa. Su fuerte carácter le hizo enfadarse con sus paisanos, por lo que se fue a vivir a la vecina Zarautz. Al final de su vida optó por dejar su maravillosa obra escultórica al Gobierno de Navarra, que le organizó un museo a las afueras de Pamplona.

Entre los edificios religiosos que ver en Orio destaca la barroca iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, del siglo XVII. Dentro destacan el retablo y las imágenes de San Nicolás de Bari y de Santa Catalina de Siena. Merece la atención la ermita de San Martín de Tours, en la entrada desde San Sebastián por el Camino de Santiago. Ubicada en lo alto de la población, ofrece unas espectaculares vistas.

Dada la vinculación de la villa con el peregrinaje a Compostela, en la Kale Nagusia se encuentra un Centro de Interpretación del Camino de Santiago. El espacio ofrece información sobre su historia y los principales puntos de peregrinación.

La actividad estrella de Orio

Traineras de Orio
Traineras de Orio. | Shutterstock

El remo es el deporte predilecto de la villa, además de su motivo de mayor orgullo. El Club de Remo Olímpico de Orio se fundó en 1968, aunque la tradición remera viene de mucho tiempo atrás. Los oriotarras solían emplear la fuerza motora de sus brazos para mover las grandes embarcaciones dedicadas a la pesca de la ballena. Así, lo que empezó respondiendo a cuestiones de pura logística ha terminando derivando en una actividad deportiva. La localidad tiene en su haber un espectacular palmarés, siendo posiblemente el mejor club de traineras de la costa cantábrica.

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