Los tomates son una parte fundamental de nuestra gastronomía. De hecho, muchos de los platos más reconocidos, tanto a nivel nacional como internacional, incluyen este alimento: el gazpacho, patatas a la riojana, pisto manchego, ensalada murciana… Pero ¿sabemos de donde proviene esta fruta-hortaliza? Es típica de América, y fue a través de México que llegó a Europa. Y aunque su entrada en el país fue pronta, no se consumía mucho por el miedo a parecerse a ciertos vegetales venenosos. Por fortuna, en el siglo XVII ya comenzó a utilizarse en muchas recetas y fue en crecimiento hasta convertirse en una de las frutas más consumida del mundo.
Encontramos tomates a lo largo de todo el año, pero los de verano son los más sabrosos y cuyo olor es más especial. Esto se debe a que se trata de un fruto que resiste bien las altas temperaturas y no tanto las bajas. Son muchas las variedades que podemos ver y disfrutar aunque, como no podía ser de otra manera, nosotros nos decantamos por las españolas con Indicación Geográfica Protegida: Tomate la Cañada.
Uno de los motivos por los que el tomate es uno de los frutos más deseados es su bajo aporte calóricocon tan solo 20 por 100 g. Esto se debe a que su componente mayoritario es el agua, seguido de los hidratos de carbono. La razón por la que se considera una fruta y no una verdura este producto es por su aporte de azúcares simple que es superior al de las verduras y que da ese sabor tan especial al tomate.
Como la mayoría de hortalizas, una de las propiedades del tomate es su poder antioxidante de este alimento es de gran importancia. Esto se debe especialmente a la presencia de carotenos y de vitaminas C y E. Estos intervienen en la formación de colágeno (fundamental para la salud de la piel y de nuestros músculos y huesos) y favorece la absorción del hierro. Para completar este poder antioxidante, la vitamina A hace su aporta, ideal para la visión, la piel, el cabello y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. También la vitamina B3 perfecto para el sistema digestivo.
Los efectos antioxidantes repercuten en muchos sentidos en nuestra salud. Tanto es así que previene de enfermedades cardiovasculares y algunos cánceres. Esto ocurre ya que reduce los niveles de colesterol total y porque induce la generación de óxido nítrico que actúa como antiinflamatorio, antiagregante y vasodilatador. Pero no todas son buenas noticias porque en caso de estómago delicado su consumo está contraindicado debido a la acidez, provocando en ocasiones úlceras, aunque dependerá de la tolerancia de cada persona.
La forma de consumo también es de gran importancia pues, dependiendo de ella, nuestro organismo absorberá mejor o peor los componentes. Calentar y triturar el tomate aumenta la absorción de algunos componentes como el licopeno.
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