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Dos pueblos en uno entre cascadas y ríos

Riópar

Ubicado en el Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, es conocido por acoger el fascinante Nacimiento del Río Mundo. Se trata del mayor museo de arqueología industrial de España y un hermoso pueblo que durante dos siglos estuvo abandonado. Nos adentramos en el pasado y presente de un pueblo que en realidad son dos: el viejo pueblo en su atalaya fortificada, también llamado ‘Riópar Viejo’, y el actual.

Historia de un pueblo que renació de sus cenizas

Los restos encontrados en el yacimiento arqueológico de La Marija, zona muy próxima a Riópar Viejo, confirman la existencia de un asentamiento ya en la Edad del Bronce. A la llegada de los musulmanes formaba parte de las posesiones del conde Teodomiro, gobernador de la Cora de Tudmir. En los oscuros años del dominio musulmán se construyó una fortaleza.

Riópar
Riópar. | Shutterstock

En 1213 fue conquistada Riópar por las huestes del rey Alfonso VIII de Castilla. Ya en el siglo XV, Riópar será escenario de las rivalidades entre el marqués de Villena y don Pedro Manrique de Lara. Se solucionan en 1475 con la incorporación de la localidad al condado de Paredes de Nava. Pasó luego a manos del conde de las Navas de Amores.

En el año 1772, el ingeniero austríaco Juan Jorge Graubner presentó la iniciativa de la creación de una importante fábrica de latón en la zona de Riópar. Carlos III le otorgó protección y privilegios, naciendo así las Reales Fábricas de Bronce de San Juan de Alcaraz. Para tal construcción se eligió un paraje de abundante agua junto a la mina de calamina.

Los habitantes e instituciones del núcleo de población original descendieron desde la ladera del cerro hasta el llano en que se encuentra el Riópar actual. El primitivo enclave quedó completamente desierto, pasando a denominarse ‘Riópar Viejo’. En 1811, las Cortes de Cádiz lo incorporan a la Corona.

Qué ver en Riópar, donde el pasado se olvida del tiempo

Riópar
Riópar. | Shutterstock

Hay tres lugares principales que hay que ver en Riópar en un radio de pocos kilómetros. En primer lugar, el Riópar contemporáneo, pueblo de traza urbanística racionalista, cuya existencia está ligada a las Reales Fábricas de Bronce de San Juan de Alcaraz. Fueron construidas en 1773, cuando Carlos III concede al ingeniero austriaco Juan Jorge Graubner el permiso para establecer en el lugar una fábrica de latón. Le otorga además los privilegios que por entonces contaban las reales fábricas.

La población se trasladó aquí desde el núcleo medieval de Riópar. Tras más de doscientos años de funcionamiento, la fábrica echó el cierre en 1996. Ahora es la sede del Museo de Arqueología Industrial donde el visitante podrá observar las mejores piezas metalúrgicas de España.

Viajar al pasado en Riópar Viejo

Iglesia del Espíritu Santo
Iglesia del Espíritu Santo. | Shutterstock

En segundo lugar se puede visitar Riópar Viejo, la población original. A ella se accede desde Riópar por la carretera CM 412 a Alcaraz, desviándose a la derecha y subiendo al cerro. Se trata de unos edificios que estuvieron abandonados durante dos siglos. Por ello guardan la fisonomía del momento en que se trasladó la población.

El edificio más importante es la Iglesia del Espíritu Santo. Se trata de un templo de estilo gótico rural erigido a mediados del siglo XV y declarado Monumento Nacional. Llama la atención la cubierta de madera decorada con pinturas de estilo mudéjar y su sólida torre en el exterior. También hay que señalar las ruinas del castillo, fortaleza de traza islámica situada en la ladera de la montaña.

Naturaleza y cascadas maravillosas

Nacimiento del Río Mundo
Nacimiento del Río Mundo. | Shutterstock

A unos 8 kilómetros de la población se encuentra el Parque Natural de los Calares Río del Mundo y de la Sima, uno de los paisajes más espectaculares y bellos del suroeste de España. A lo largo de numerosas galerías y cuevas interiores el agua fluye hasta salir por la Cueva de los Chorros. Aquí el agua se despeña por las paredes rocosas verticales en una serie de saltos y cascadas de más de 80 metros de altura.

Dicha cavidad, que presenta una entrada de grandes proporciones, es una de las más importantes del país desde el punto de vista espeleológico. Se puede visitar contratando los servicios de los guías de la zona. También con el permiso de la Delegación Provincial de Medio Ambiente.

Aún más espectacular es en época de lluvias. La aportación de agua a la cueva produce el fenómeno conocido en la zona como «el reventón», un repentino y brusco aumento de su caudal. Muy cerca se encuentra el Charco de las Truchas, una pequeña laguna escondida entre los árboles. También cerca se ubica la Fuente Grande, donde poder disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor.

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