Qué ver en Villanueva del Campo

Al norte de Zamora se asienta esta villa perteneciente al Raso de Villalpando, del que ha ido de la mano a lo largo de la Historia. Pese a que ha sufrido los desgastes de las guerras desde la antigüedad, conserva un casco urbano con hitos notables. Así, entre lo que ver en Villanueva del Campo se hallan dos iglesias y otro par de ermitas de gran interés. Además, un matrimonio ligó a la localidad a Lorenzo Arrazola, importante figura política del XIX. Cercana a Benavente, la localidad es de fácil acceso desde Valladolid y León.

Iglesia de Santo Tomás

La iglesia de Santo Tomás es la más antigua que ver en Villanueva del Campo. Su torre, junto a las dos de la iglesia del Salvador, permite reconocer a la villa desde la distancia. Es dependiente del otro templo mayor de la localidad desde finales del siglo XIX. El edificio es una muestra de los buenos tiempos del lugar durante el último tramo de la Edad Media y el inicio de la Moderna. Con todo, los exteriores, con rastros de mudéjar, están en peor estado que el interior.

De hecho, la iglesia guarda la obra de arte más destacada de Villanueva del Campo. Se trata de un retablo mayor de Jacques Bernal. Según la Real Academia de Historia, el valor de tasación de la obra en 1548 era de mil quinientos treinta ducados. Como curiosidad cabe resaltar que el entallador se confundió y realizó una figura de Santo Tomás en lugar de Santo Tomé. Sea como fuere, ha llegado a la actualidad bajo la advocación de Santo Tomás Apóstol.

Iglesia del Salvador

Destacando en la silueta local se alza la iglesia del Salvador, en la plaza de España. Mucho más moderna que Santo Tomás, se elevó en 1860 tras incendiarse un templo anterior. El responsable de financiar las obras fue una de las grandes figuras relacionadas con la villa: Lorenzo Arrazola. Natural de Checa, en el guadalajareño Señorío de Molina de Aragón, fue un destacado jurista y político del siglo XIX. Llegó incluso a ser Presidente del Consejo de Ministros durante un breve tiempo, entre enero y marzo de 1864. También ostentó varias carteras ministeriales y presidió el Tribunal Supremo.

El abogado se casó con Ana Micaela Guerrero, natural de Villanueva del Campo. Esta relación se plasmaría con diversas iniciativas, entre las que destaca sobremanera la reedificación de la iglesia del Salvador. Muy amplia, sus torres llegan a los 25 metros. Posee diez capillas y un notable altar mayor dedicado al santo titular del templo.

Pasado y blasones de Villanueva del Campo

Varios edificios de esta villa zamorana se hallan blasonados. Por ejemplo, el de la Casa Arrazola luce los símbolos del político antes mencionado. Otro hito al respecto que ver en Villanueva del Campo es el Palacio de la Inquisición, vivienda común hoy pero que muestra todavía las divisas de este tribunal eclesiástico.

Mientras tanto, la heráldica del Conde de Villapadierna permanece en su antigua casa. Dicho noble decimonónico es uno de los hijos más conocidos de este lugar de Zamora. Unido por matrimonio a los Marqueses de Urquijo, logró pertenecer a la Orden de Santiago y a ostentar el cargo de senador vitalicio. A pesar de sus orígenes, su posición le llevó a pasar buena parte de su vida en Madrid.

Bodegas y plaza de toros

Al igual que en el caso de poblaciones vecinas, la plaza de toros está entre lo que ver en Villanueva del Campo. Construida casi al terminar el siglo XIX, el coso sigue activo a día de hoy, siendo de tercera categoría. Asimismo, las bodegas de la villa hacen intuir que en el pasado hubo cierta actividad vinícola en la zona. Hoy esta se ha desplazado hacia el sur, a Toro y la Tierra del Vino. Con todo, estas cavidades se extienden por el subsuelo local y siguen siendo usadas de forma privada.

Ermita del Cristo de la Vera Cruz

Con una larga lista de milagros a sus espaldas, la imagen del patrón local se guarda en la Ermita del Cristo de la Vera Cruz. Emplazado en un retablo de estilo barroco, se le cree responsable de curar a enfermos e incluso de haber salvado a un niño caído en un pozo. Hoy es el centro de las fiestas celebradas en torno al 14 de septiembre.

Por su parte, el templo data del siglo XVI y fue aumentado en el posterior. En tales fechas el lugar, al igual que Villalpando, estaba bajo el dominio del Duque de Frías, Condestable de Castilla. Así, pertenecía a la provincia asociada a las tierras de los Velascos, titulares de los mencionados cargos. Sin embargo, a raíz de la Guerra de la Independencia la familia los perdió. Esto no evitó que Villanueva del Campo, que había obtenido el título de villa en 1651, dejara de estar en su órbita hasta el último tercio del siglo XVIII.

Posteriormente, la población se asignó primero a la provincia de León y después, en 1833, a Zamora. Los vaivenes no pararon y pasó del partido de Benavente al de Villalpando un lustro más tarde. Al final, se impuso la querencia de toda la comarca y quedaron definitivamente como parte de Zamora y, por tanto, León. En todo caso, los villanovanos nunca perdieron su pasión por el Cristo de la Vera Cruz.

Ermita de Valdehunco

El último monumento de este recorrido por lo que ver en Villanueva del Campo es la ermita de Valdehunco. Situada 4 kilómetros al sur de la villa, protagoniza anualmente una concurrida romería. Por ello, está en buen estado. El motivo de su posición algo alejada es que pertenecía a una de las varias poblaciones satélite villanovanas. Del mismo nombre que el pequeño templo, en sus alrededores hay muestras del pasado tardío local.

Frente a la ermita yace el teso de los Casares. Esta colina baja se cree de origen humano y es una de las posibles ubicaciones de la ciudad romana de Intercatia. Su forma hace viable que fuera un recinto amurallado hace milenios. En todo caso, distintos restos prueban que vacceos y romanos pasaron por el lugar, así como poblaciones prehístoricas.

Con todo, durante la Edad Media el asentamiento principal se desplazó al norte, hasta el actual emplazamiento de Villanueva del Campo. Su origen es asimismo misterioso, ya que varía mucho según las fuentes. Algunas señalan al siglo X y otras al siguiente. En todo caso, los monarcas leoneses son siempre los protagonistas en la repoblación de la zona, siendo Fernando II el candidato más probable.