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Cómo ayudar a una persona con depresión

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La depresión es muy peligrosa. Apenas la detectamos porque sabemos muy poco sobre ella. Tendemos a decir ”estoy deprimido” muy a la ligera, cuando tan solo estamos de bajón por nuestros problemas. La idea que tenemos sobre esta enfermedad se reduce a unos cuantos tópicos que dañan profundamente a todos aquellos que la sufren a diario. No se sabe con exactitud a qué se deben las depresiones. Algunos creen que se producen cuando los niveles de serotonina no son los adecuados, por lo que se podría solucionar con fármacos. Por otro lado, hay quienes consideran que se deben a situaciones de ansiedad prolongadas que desembocan en depresión. Por todo ello, hemos querido reunir una serie de consejos que hay que seguir si queremos ayudar a una persona con depresión cercana a nosotros.

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Mostrar tu comprensión

Con frecuencia las personas con depresión sienten que son unos incomprendidos, que su entorno no les entiende y creen que son vistos como vagos, perezosos y cobardes. Muchas veces podemos tender a lanzar reproches a la persona deprimida, puesto que una situación así genera mucha tensión y frustración para todos. Por ello, debemos tener mucho cuidado y delicadeza. Es importante que la persona vea que la queremos y que es fundamental en nuestra vida. Tenemos que tener en nuestra mente en todo momento que su depresión no es una carga para nosotros. Y nunca debemos minimizar su dolor y pensar que está exagerando.

No eres su psicólogo

Uno de los principales errores en los que se suele caer cuando queremos ayudar a una persona con depresión es actuar como un psicólogo con ella. Lo primero que hay que hacer es buscar un profesional de verdad que pueda atenderle como es debido. Nosotros no podemos solucionar solos lo que le está ocurriendo. Además, es imprescindible no agobiar con consejos. Frases como ”se positivo”, ‘‘sé cómo te sientes” o ”venga, anímate” pueden ser muy peligrosas y provocar que la persona sienta una culpa y tristeza aún mayores. No obstante, esto no quiere decir que no le apoyemos; de hecho, debemos estar ahí para él o ella desinteresadamente.

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Nunca acusar ni buscar culpables

Absolutamente nadie en este planeta es culpable de sufrir una depresión. Para ayudar a una persona deprimida tenemos que conseguir que este mensaje cale hondo en su mente. Ni él ni quienes le rodean tienen la culpa. Muchas personas que conocen a alguien que padece algún trastorno depresivo creen que el afectado no se esfuerza por salir adelante o que no mira el lado positivo de las cosas. No obstante, no debemos olvidar que la fuerza de voluntad no es suficiente puesto que se trata de un problema de salud mental y comentarios de ese estilo pueden provocar que lidiar con él sea más complicado. Tener depresión no tiene nada que ver con el carácter o la personalidad. Es un grave error pensar que nosotros somos inmunes y que no nos pasará nunca. Si no empatizamos, la persona deprimida acabará pensando que es su culpa.

Valorar cada esfuerzo por pequeño que sea

Las personas deprimidas suelen sentir que no tienen fuerzas para nada. Pasan horas en la cama luchando contra sí mismos y casi siempre acaban perdiendo. Su tristeza les absorbe las fuerzas hasta el punto de que muchas veces son incapaces hasta de realizar las tareas cotidianas más sencillas. Los que estemos cerca de una persona a la que le ocurra esto deberíamos ser conscientes de que, aunque parezca mentira, son muy fuertes. Esto es así porque, en contra de lo que mucha gente pueda pensar, hace falta ser muy fuerte y valiente para salir de la cama cuando lo único que deseas es desaparecer del mundo. Por tanto, si queremos ayudar a una persona con depresión debemos transmitir nuestra admiración y confianza hacia ella.

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Estimular los cambios

Cuando estás deprimido rompes todas las cuerdas que te atan al mundo, te aíslas y prefieres evitar cualquier tipo de vida social. Por ello, si quieres ayudar a una persona con depresión es fundamental que fomentes ciertos cambios en su vida. No obstante, no hay que crear expectativas con respecto a estos cambios. Es importante que la persona afectada siga su propio ritmo. No hay que plantearle directamente qué le apetece hacer porque lo más probable es que no tenga ganas de nada, sino que hay que establecer pequeños objetivos fáciles de conseguir: tirar la basura, limpiar los platos, barrer la cocinaver una película, etc. Poco a poco irás logrando que tu ser querido vuelva a vivir el presente.

Salir a caminar

Muchos tienden a insistir en que hacer ejercicio es fundamental para combatir una depresión. Y aunque se trata de una afirmación cierta, hay que tener en cuenta que si ya cuesta salir a correr o ir al gimnasio cuando se está bien, es complicadísimo que las personas deprimidas tengan energía para hacerlo. Pero como está demostrado que hacer ejercicio influye en el estado de ánimo, es aconsejable que intentemos convencer a nuestro allegado de salir a dar un paseo. Caminar durante un rato y respirar aire fresco puede ser muy beneficioso para su salud. Sin embargo, hay que dejarle muy claro desde el principio que no debe desanimarse si no se siente mejor después del paseo, pues los progresos no son instantáneos.

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Nunca decidas por él/ella

Si te das a ti mismo la autoridad de tomar las decisiones en el lugar de la persona afectada estarás contribuyendo a acabar con la poca voluntad que le quede. Por tanto, si deseas ayudar a una persona con depresión, lo mejor es dejar que gestione sus tareas, decisiones y responsabilidades por sí sola. Lo que puedes hacer es ayudarle a tomar las decisiones y a cumplir con su deber, pero no hacerlo por él o ella. Esto implica tener mucha paciencia y una gran capacidad de empatía con el dolor ajeno.

Ten en cuenta que para incrementar la capacidad de ayudar a una persona con depresión pueden ser de utilidad algunas guías y documentos que diversos profesionales han elaborado con ese fin, y que siempre es muy recomendable consultar tus dudas con una profesional de la salud mental.

Texto: Carolina Cárcamo Villar