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Cuando nos hablan de Madrid, es habitual que nos vengan a la cabeza imágenes del bullicio de la capital. Lo que pocos recuerdan es que esta región es un lugar excelente para disfrutar de una escapada. Algunos de los pueblos más bonitos de Madrid se encuentran entre los 29 municipios con menos de 10.000 habitantes de la comunidad. Más allá de ciudades de visita obligada como Aranjuez, San Lorenzo del Escorial o Alcalá de Henares, la geografía madrileña está plagada de pequeñas joyas por las que merece la pena perderse durante unas horas. Estas son ocho de nuestras favoritas.
Madrid fascinante: sus pueblos más bonitos
Chinchón
A 44 kilómetros de la capital nos encontramos con este pueblo de poco más de 5.000 habitantes y una preciosa plaza Mayor de origen medieval. Sus balcones de color verde y forma irregular convierten a esta plaza en un lugar ideal para tomar un tentempié tras un paseo, así como en el centro neurálgico de la población durante las festividades. Por sus calles podrás contemplar distintos edificios de arquitectura popular mientras te diriges a la Torre del Reloj o a la Parroquia de la Asunción. El Castillo de los Condes es también una visita imprescindible si vas a pasar el día en la localidad.
Manzanares el Real
Esta localidad de la Sierra Norte es uno de los pueblos más bonitos de Madrid por muchas razones. El área que la rodea es todo un caramelo para los amantes de la naturaleza, que pueden bañarse o escalar en La Pedriza u organizar una ruta de senderismo en el espacio natural protegido de mayor superficie de la comunidad: el Parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Pero si lo que prefieres es sumergirte en la historia de Manzanares el Real, no debes perderte el palacio-fortaleza de los Mendoza, el castillo mejor conservado de la región. Esta construcción del siglo XV, hogar del marqués de Santillana, alberga el museo de los castillos españoles y cuenta con una gran colección de tapices, así como con un huerto y un jardín renacentistas. Desde lo alto del castillo podrás disfrutar de unas preciosas vistas al embalse de Santillana para después adentrarte en la Plaza Mayor del pueblo, donde te recomendamos visitar la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves y el Puente de la Cañada Real.
Buitrago del Lozoya
La muralla es una de las primeras cosas que vemos al acercarnos a Buitrago del Lozoya, una localidad con mucha historia en la que convivieron cristianos, musulmanes y judíos. Sólo por ella ya merece la pena visitar este antiguo municipio: se trata de la única muralla que se conserva de forma íntegra en la Comunidad de Madrid. Una vez en el pueblo, te aconsejamos comenzar tu visita en la plaza de la Bellota para perderte entre las calles medievales de Buitrago. Allí descubrirás monumentos como el Alcázar, la Iglesia de Santa María del Castillo o la Torre del Reloj. Si te apetece, puedes conocer la historia que ocultan todos sus rincones en una visita teatralizada. Y si eres un amante del arte, tienes otra parada obligatoria: el Museo Picasso, donde se exhiben más de 60 obras del artista malagueño donadas por Eugenio Arias, barbero y amigo del artista.
La Hiruela
Apenas 50 habitantes viven en este pueblo madrileño con gran valor natural. No en vano se trata de una Reserva de la Biosfera en la que podrás unirte a rutas de senderismo con unas vistas magníficas. Cuando hayas acabado, explora las calles medievales del municipio, donde destacan el Museo Etnológico y la iglesia barroca de San Miguel Arcángel. Sin duda, uno de los pueblos más bonitos de Madrid para escapar de la rutina durante unas horas.
Torrelaguna
No es casualidad que esta villa de alrededor de 4.700 habitantes sea Monumento Histórico Artístico Nacional. El Convento de las Carmelitas, el Palacio Arteaga, el Antiguo Hospital de la Santísima Trinidad, la ermita de Nuestra Señora de la Soledad, el ayuntamiento y los restos de la muralla… Pasear por Torrelaguna es pura historia. ¿La estrella del conjunto? La Iglesia Parroquial de la Magdalena, un templo gótico con un retablo mayor churrigueresco cuyas obras impulsó el mismísimo Cardenal Cisneros
Nuevo Baztán
Si hay algo que caracteriza al pequeño municipio de Nuevo Baztán es su carácter. Situado a 50 kilómetros de Madrid, el pueblo nació en pleno siglo XVIII y con un fin meramente industrial. El navarro Juan de Goyeneche fundó por aquel entonces una fábrica de vidrio a la que acompañó este poblado para los obreros, bautizado como su valle de origen. Por eso, al visitante le resultarán curiosos los edificios que lo componen, inspirados en modelos barrocos distintos a los de los tradicionales pueblos medievales de la región. El palacio y la iglesia, basados en un diseño de José de Churriguera, forman una pareja especial que bien vale una visita.
Patones de Arriba
Entre calles empedradas y casas de pizarra se alza Patones de Arriba, una pequeña localidad con mucho encanto que hasta tuvo su propio monarca hasta el siglo XVIII. Patones es un destino ideal para desconectar durante un día disfrutando de la naturaleza (imprescindible visitar la Cueva del Reguerillo) y contemplando los numerosos ejemplos de arquitectura negra que caracterizan al pequeño municipio de la Sierra. Por algo está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Madrid.
Rascafría
Acabamos nuestro repaso en el Valle de Lozoya, donde se encuentra Rascafría, otro de los pueblos más bonitos de Madrid. Si haces una visita a este municipio no te puedes perder el Monasterio cartujo de Santa María del Paular, situado a las afueras de esta población. Te maravillarán sus bonitas construcciones, como su casa consistorial neomudéjar o la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol. La zona es también ideal para organizar planes de turismo activo en entornos tan privilegiados como el Parque Natural de Peñalara o el arboreto Giner de los Ríos.
