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Los últimos puertos pesqueros vascos

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Con razón se habla ya de los últimos puertos pesqueros vascos; pues su actividad ha decrecido hasta el punto de que la mayor parte del pescado nos llega por avión y el mayor ‘puerto’ es el aeropuerto. La dureza de la vida marinera, el descenso de las capturas cerca de la costa, el bajo precio del producto de las piscifactorías y la competencia del pescado congelado proveniente de mares lejanos han reducido el tamaño de nuestra flota pesquera. Significativamente, el bellísimo puerto pesquero de San Sebastián ahora acoge embarcaciones de recreo, en tanto que los centenarios muelles Zumaia, Mutriku o Portugalete ya no acogen las bordas de esbeltos buques de pesca.

Pesca artesanal en los puertos pesqueros vascos

Poderoso motivo para ir en busca de esos últimos puertos pesqueros vascos, donde todavía se pueden contemplar el ambiente de la pesca artesanal. Los pintorescos barcos regresando raudos con sus capturas; el rito de la descarga de las cajas; la solemne subasta de las capturas en la lonja; las mujeres remendando las redes mientras conversan amigablemente; viejos ‘arrantzales’ (pescadores en euskera) ‘txikiteando’ (tomando vinos de una taberna a otra); parrillas donde se cocina el producto desembarcado el mismo día. El mundo de la pesca artesanal tiene un ‘sabor’ tan distintivo como el de las piezas capturadas por nuestros pescadores. Cuando uno es partícipe de la cultura de la pesca artesanal, entiende que su producto tenga un precio superior al del resto.

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Mutriku. | Shutterstock

Puertos pesqueros de Gipuzkoa

Comenzando desde el oeste, Hondarribía es la primera parada. Colorida y pegada a la frontera con Francia, cuenta con un gran ambiente la mayor parte del año. Sin embargo, su capacidad turística no resta un ápice de autenticidad a su espíritu portuario. En él sigue amarrando su flota pesquera, convirtiéndolo en un importante centro de bajura. El recorrido continúa en la bahía de Pasaia, compartida por dos almas gemelas situadas frente a frente, estratégicamente emplazadas a resguardo de la estrecha boca que las protege del bravo océano.

Paseamos por las estrechas calles de Pasajes de San Juan para después abordar la motora que -con algún leve zarandeo y las salpicaduras causadas por el viento- cruza la bahía hasta Pasajes de San Pedro. En los meses estivales entre los compañeros de travesía suelen encontrarse a fatigados peregrinos del Camino de Santiago del Norte. Al arribar al muelle vamos a visitar el barco museo Mater, donde contemplamos el funcionamiento de un pesquero y la vida a bordo. Nos dirigimos luego hacia la bocana de la bahía, para visitar la Factoría Marítima Vasca ‘Albaola’; en éste singular ‘astillero-museo’ se emplean las técnicas ancestrales de la carpintería de ribera para construir una réplica de la nao ‘San Juan’, nave ballenera que se hundió durante el siglo XVI en la costa de Canadá. A quien opte por pernoctar después de estas visitas le recomendamos explorar la opción local, pues estas localidades marineras tienen precios menores que la vecina Donosti.

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Pasajes de San Juan

Después de desplazarnos por la autopista A-8, nuestra siguiente etapa comienza en la orilla este del río Oria, donde está ubicada la villa de Orio. Esta localidad del Camino de Santiago es célebre por su club de remo, cuya moderna sede se puede contemplar en la orilla opuesta. En el casco viejo hay varias tabernas donde probar sus pintxos, así como asadores donde degustar el besugo ‘al estilo Orio’ y otros platos a la parrilla. Abarloados a lo largo de la ribera suelen verse numerosos pesqueros. Si se continúa hacia la desembocadura del río se accede a la playa. A continuación nos desplazamos por la bella carretera N-634 hacia Zarautz, que atravesamos, y desde donde tenemos un bello recorrido costero que nos conduce hacia Getaria, pueblo reconocible desde muy lejos por su monte de San Antón, pequeño parque natural con forma de ‘ratón’ cuyo morro mira al mar y está conectado a la costa por la ‘larga cola’ en que se asienta su puerto. El escaso aparcamiento se encuentra al otro lado del pueblo, alrededor de la playa de Gaztetape y cerca de los viveros marinos. Desde allí se puede hacer un recorrido que incluya el parque del ratón (para disfrutar sus espectaculares vistas), el muelle (rodeado de tentadores restaurantes), y la bellísima ascensión entre las típicas casas de pescadores, con una parada ‘cuasi-obligatoria’ en la insólita iglesia de San Salvador. Recuérdese que Getaria es célebre por sus pescados a la parrilla, los chipirones ‘a lo Pelayo’ (ver gastronomía completa de Getaria) y su txakolí con D.O. (producido en toda Gipúzkoa). Al lado de la carretera se encuentra el impresionante monumento a Juan Sebastián Elkano, marino local que fue el primero en circunnavegar el planeta; obra de Victorio Macho, se trata del principal monumento de estilo art decó existente en España. Un poco más arriba se encuentra el moderno Museo Balenciaga, con una  gran colección de alta costura de éste modisto universal. Lo lógico es hospedarse en la propia Getaria para disfrutar del paseo nocturno por el pueblo iluminado.

Y si deseas disfrutar de esta ruta al máximo, te animamos a llevarte un recuerdo a casa. ¿Cómo? Las conservas ofrecen productos de calidad vinculados a la pesca y siempre son una opción deliciosa. Existen conserveras que ofrecen visitas guiadas y que muestran el proceso de elaboración y la tradición que guarda este producto. También puedes hacerlas tú mismo. Por ejemplo, en Getaria encontrarás la conservera artesanal Maisor, en la que podrás acudir a talleres en los que preparar una conserva de anchoas en aceite para llevarte a casa.

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Puerto de Orio

Puertos pesqueros de Bizkaia

La tercera etapa de nuestra ruta comienza en la ‘olvidada’ Ondárroa. El injusto olvido del principal puerto pesquero vasco se debe a su complejo acceso. Muy bello -aunque revirado en extremo- es el viaje por la N-634 desde Getaria, pasando por Zumaia y Deba (localidades que comparten el espectacular Geoparque de la Costa Vasca , al igual que Mutriku) para desviarse por la costera carretera GI-638 hasta la villa marinera de Mutriku; pocos kilómetros más allá nos encontramos con Ondárroa, localidad que ‘abraza’ las dos riberas del río Artibai con numerosos puentes y unos muelles repletos de pequeñas embarcaciones. En su gran puerto se encuentran grandes barcos de pesca de altura, que son el principal pulmón económico de la localidad. Al pasear es habitual cruzarse con numerosos extranjeros, que integran gran parte de la tripulación de los barcos. Ondarroa conserva el encanto del más auténtico de los puertos pesqueros vascos, incentivado por una oferta gastronómica ‘sin tonterías’: precios asequibles y preparaciones en las que destaca la calidad de la materia prima. Para continuar hacia Lekeitio podemos elegir entre la bella, tortuosa -y peligrosa- carretera BI-3438 por la costa; o la Bi-633, que va por el interior, supone algunos kilómetros más, pero suele resultar más rápida. Situada en una bellísima bahía presidida por la isla de San Nicolás, Lekeitio es uno de los lugares de veraneo con más tradición de la costa vasca y un puerto con mucha historia; tiene la particularidad de que incluso cuenta con un club de pesca de atún (algo único en el mundo). Hay grandes aparcamientos disuasorios en la entrada al pueblo por el interior, gracias a los cuales en 10 minutos a pie se está en pleno casco urbano. Disfrutaremos del paseo por su bello casco urbano, con poderosos atractivos como su basílica de Santa María de la Asunción (Monumento Nacional), las numerosas mansiones palaciegas y el animado muelle del Txatxo (donde se acumulan las tabernas y restaurantes). Podemos completar la visita pernoctando en alguno de los alojamientos de Lekeitio; recomendando nosotros -por su singularidad- el Hotel Zubieta, edificio histórico emplazado en un bello entorno.

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Lekeitio

Para encaminarnos hacia la cuarta etapa de nuestra ruta tomamos la carretera BI-2238 , recomendando madrugar para visitar por el camino el imponente Bosque de Oma y la cueva de Santimamiñe. A continuación proseguimos hacia Gernika, para tomar la carretera BI-2235 en dirección a Mundaka -villa conocida en todo el mundo por el surf- por la que pasamos antes de llegar a Bermeo. La antigua ‘cabeza de Bizkaia’ (precisamente por ser el puerto más poderoso) justifica su historia con un excelente casco histórico, plagado de edificios y esculturas urbanas de gran interés. Muy interesante también es su antiguo puerto pesquero, conocido como `Portu Zaharra o Puerto Viejo´, rodeado por una excelente oferta gastronómica, y lugar de partida de las excursiones marítimas para recorrer el litoral de la Reserva de Urdaibai y la cinematográfica isla de Ízaro. En caso de tomar la sabia decisión de comer su excelente pescado, recordar acompañarlo con el tradicional vino txakolí de Bizkaia, cultivado cerca. Si optamos por ver el vecino islote de San Juan de Gaztelugatxe (conocido mundialmente por enclavarse allí el ‘Rocadragón’ de la serie Juego de tronos) deberemos pernoctar en la zona. También es interesante visitar el Museo del Pescador, uno de los pocos que existen en el mundo dedicado a este sector. En ese caso, recomendamos tomar al día siguiente la carretera costera BI-351 en dirección a Santurce, último de nuestros puertos pesqueros vascos. Tras pasar por las bellas localidades de Plentzia y Getxo, en el extremo sur de esta última se puede tener la inusual experiencia de cruzar el río Nervión mediante el transbordador aéreo del Puente de Bizkaia a la otra margen de la ría de Bilbao, a Portugalete. El transbordador es Patrimonio Mundial y en este 2018 cumple 125 años de existencia.

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Puerto de Bermeo

Quien -por el contrario- desee hacer la última etapa en un solo día, debe dirigirse por la BI-631 directamente hacia Bilbao, cruzar el Nervión por el puente de Rontegi, y a través de la autopista A-8 llegar a Santurtzi-Santurce. Su fama es por la popular canción ‘Desde Santurce a Bilbao’ sobre las sardineras que antaño iban diariamente a vender las capturas de sus maridos. Su principales atractivos son Santurtzi Itsasoa Museoa (el centro de interpretación de la pesca), el pesquero vasco Agurtza (barco con una función similar a la del ‘Mater’ que visitamos en Pasaia) y su puerto. Las vistas al Abra de Bilbao, y de uno de los puertos más importantes de Europa, reúne el pasado y el futuro.

Texto de Ignacio Suárez-Zuloaga.