Qué ver en Avilés

El nombre de Avilés procede probablemente del antropónimo romano Abilius. Asimismo, la localidad también es conocida como “La Villa del Adelantado”, en honor del avilesino Pedro Menéndez de Avilés (1519 -1574). Fue el primer Adelantado o Gobernador de La Florida. Tal figura posee un monumento en su honor situado en el Parque del Muelle.

Volviendo al pasado, Avilés aparece mencionada por primera vez a comienzos del siglo X, en el testamento de Alfonso III el Magnánimo. Ya en el siglo XI, Alfonso VI otorgó a la localidad un fuero y la categoría de “Villa de Realengo”. Es dicho momento se amuralló y comenzó a enriquecerse gracias al monopolio sobre el comercio portuario de sal.

En los siglos XV y XVI, sufrió dos graves crisis: un gran incendio y ataques de corsarios franceses e ingleses. Sin embargo, también logró una lucrativa autorización para comerciar con América. A lo largo de los siglos XVII y XVIII se produjeron de nuevo grandes calamidades, entre ellas otro gran incendio y tres terremotos.

Llegado el final del XIX, la expansión urbana e industrial promovió la desecación de las marismas. Estas se ubicaban donde actualmente se encuentra el parque del Muelle, la plaza del Mercado y los edificios del casco histórico. El regreso de algunos indianos con grandes fortunas potenció el desarrollo urbanístico. Así Avilés se convirtió en una de las primeras ciudades del norte de España en contar con alumbrado público, tren, teléfono o tranvías.

Hacia la mitad del siglo XX se establecieron grandes factorías metalúrgicas. Estas multiplicaron la población con trabajadores procedentes de diversos puntos de España. Esto propició la construcción de un ensanche industrial, origen a diversos núcleos de residencia en la periferia de la ciudad.

Avilés se convirtió en la ciudad más contaminada de España. Sin embargo, gracias a la recuperación medioambiental de la ría y del casco histórico, está resurgiendo. Siguiendo el ejemplo de Bilbao o Gijón, se ha volcado en la cultura. Su papel como escenario del rodaje cinematográfico de la película Vicky, Cristina, Barcelona, de Woody Allen, le ha dado mucha popularidad. También el Centro Niemeyer.

A continuación, lo mejor que ver en Avilés.

La tercera ciudad en importancia del Principado de Asturias vio incrementar su población y territorio con la instalación en los años cincuenta de empresas siderúrgicas como Ensidesa. A pesar de su reciente pasado industrial, cuenta con edificios civiles y religiosos de gran valor artístico. Así, lo que ver en Avilés abarca distintos periodos y estilos.

Las calles Galiana, Rivero, La Ferrería y San Francisco lucen típicos soportales y relevantes edificios. No en vano, el casco histórico es Conjunto Histórico-Artístico. Esta visita empieza en la avenida de los Telares, en la que se sitúan las estaciones de tren y de autobuses. No lejos queda el pintoresco barrio de Sabugo, antiguo arrabal de pescadores asentado en una suave colina.

Tomando la calle de La Estación se llega a la Iglesia Vieja de Sabugo o de Santo Tomás (siglos XII-XIII). Es un interesante edificio románico de transición al gótico, Bien de Interés Cultural. Destaca su portada oeste, con hermosos capiteles decorados con motivos animales, vegetales y antropomorfos. En el exterior todavía puede verse la Mesa de los Mareantes. Se trata del lugar donde la Cofradía de Mareantes de Avilés, fundada en el siglo XIII, realizaba sus reuniones y acuerdos.

Por la calle de Carreño Miranda, ilustre pintor asturiano en la corte de Carlos II, se llega al Parque del Muelle. Este se creo a finales del siglo pasado en terrenos ganados a la ría. El recoleto espacio muestra un aire decimonónico, con templete de música, fuentes y estatuas alegóricas.

Uno de los lugares más notables que ver en Avilés, es el monumento a don Pedro Menéndez (1916-1918), adelantado de la villa. Fue construido por Manuel Garci-González, quien ganó la batalla en concurso público.

Desde el parque del Muelle, cruzando la ría, se accede a los antiguos terrenos de Ensidesa. Allí se ubica actualmente el Centro Niemeyer. Uno de los principales revulsivos culturales de la ciudad, se instala en un complejo de edificios diseñados por el brasileño Oscar Niemeyer. Por él han pasado personajes de prestigio internacional como Brad Pitt, Woody Allen, Kevin Spacey, Julian Schnabel y Carlos Saura.

El Centro Niemeyer ha sido concebido con la idea de regenerar la ciudad y su ría de la mano de un conjunto emblemático. Además, es la única obra en España del arquitecto creador de la ciudad de Brasilia. El conjunto lo constituyen cuatro edificios, unidos a través de una gran plaza. Contiene las señas de identidad del autor: la escala humana, la línea curva, la amplitud visual del espacio y el color blanco como techo del horizonte.

Pasando al casco histórico que ver en Avilés, sobresale el Palacio del marqués de Camposagrado (siglos XVI-XVII). Luce dos fachadas muy diferenciadas. La norte, situada en la calle de la Muralla, más austera, se eleva sobre el adarve de la antigua muralla. Mientras tanto, la sur, en la plaza de Camposagrado, tiene torres barrocas a los lados. El edificio se considera el mejor ejemplo del barroco asturiano.

Desde la plaza de Camposagrado se puede continuar hacia la iglesia de Santa María Magdalena de Corros (s. XII), actual Iglesia de San Nicolás de Bari. Es un antiguo convento franciscano de los siglos XII-XIII. Ha sufrido profundas modificaciones pero conserva una interesante portada románica. Por dentro está enterrado Pedro Menéndez.

Adosada al lado oriental de San Nicolás de Bari se asienta la Capilla de los Alas (s. XIV), edificio funerario con interesantes motivos escultóricos góticos. También Los Caños de Avilés o de San Francisco (s. XVI), uno de los grandes símbolos que ver en Avilés. En la fuente aparecen los escudos de la ciudad y el de Castilla, con seis grifos con forma de cabeza humana.

Desde aquí puede tomarse la calle de la Ferrería, desembocando en la Plaza de España. A medio camino se halla el Palacio de Valdecarzana (s. XIV), también conocido como Casa de las Baragañas, sede del Archivo Histórico.

En la Plaza de España de Avilés llama la atención la fachada del Ayuntamiento (siglo XVII) e influencia postherreriana. También el Palacio del Marqués de Ferrera (siglos XVII y XVIII) y el Palacio de Llano Ponte. Por su parte, el Palacio del Marqués de Ferrera es un edificio de gran sobriedad. Destaca la planta irregular de su torre y portada principal, con balcones adintelados y el escudo de armas del marqués. Hoy día sirve como hotel.

Otro de los lugares que ver Avilés es la casa del indiano avilés Rodrigo García-Pumarino, más conocido como Palacio de Llano Ponte. Se la conoce además como Casa de Marta y María, en alusión a una novela de Armando Palacio Valdés. Incorpora al soportal siete arcos hacia la calle y una ventana sobre cada uno de ellos.

Por su parte, el paseo por la calle de Rivero da acceso a animadas chigres o sidrerías. Siguiendo, se llega al Parque de Ferreira y la calle de Galiana. En esta vía se instalaban antiguamente los gremios locales y acoge el popular Descenso del Galiana.

Volviendo a la Plaza de España, por la calle de la Cámara o la de la Fruta, se llega a la Plaza de los Hermanos Orbón, del Mercado o de las Aceñas. Es un ejemplo del urbanismo decimonónico, con fachadas con miradores y cubiertas metálicas en los soportales.